OJO VISOR
Jacinto López Cruz
Como no se había
dado en sexenios anteriores, en una forma desaseada y burlándose de la clase
política con la que gobernaba a los que chamaqueó vilmente, sin ninguna
necesidad, el ahora secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández
impuso a su chalan como gobernador de Tabasco para demostrar que solo sus
chicharrones truenan y que quienes actúan con servilismo son los que merecen
ocupar los mejores cargos, quedando atrás quedó el currículum de quienes han
hecho carrera política y que tienen mejores cartas credenciales.
Carlos Manuel
Merino Campos, ahora embestido como gobernador de Tabasco, ha sido durante años
el chalan del secretario de Gobernación, el de los mandados, el que asaba las
carnes y servía las bebidas cuando al nuevo inquilino de Bucareli realizaba
fiestas en su quinta allá por el aeropuerto, por lo que en premio a su
servilismo, lo hizo su suplente como diputado local y luego cuando solicitó
licencia por unos meses fue diputado al Congreso local y lo mismo cuando Adán
Augusto López fue Senador de la República, al solicitar licencia al cargo su
suplente, Merino, asumió la titularidad en el Senado, pero esos cargos fueron
menores comparado con una gubernatura, donde el responsable debe tener tablas y
manejo político para la buena conducción de un estado, porque de lo contrario
los problemas le estallaran en las manos.
la clase
política morenista, la que gobernaba con
Adán Augusto López Hernández, está molesta, resentida y con justa razón, aunque
nunca lo van a expresar públicamente y se conformaran con darle su apoyo al
gobernador Merino Campos de dientes para afuera, aunque por dentro se los esté
llevando el carajo, están resentidos porque el secretario de Gobernación
actuando con enorme soberbia y arrogancia, usó toda su rudeza para imponer cono
gobernador a su chalan, al que le hacía los mandados, precisamente para que le
cuide el cargo, por aquello de que si llega a fallar en Gobernación se regresa a terminar de
gobernar, el mensaje es claro, quiere mascar con los dos cachetes, quiere estar
en Gobernación y seguir mandando en el estado, y eso solamente lo podía hacer
con un incondicional a ultranza y no con un político tradicional, porque corría
el riesgo de ser traicionado a como cuenta la historia política de Tabaco que
hizo el extinto José María Peralta López, quien había quedado de gobernador interino
porque González Pedrero se había ido a la campaña de Carlos Salinas de Gortari
y cuando no le dieron un cargo de importancia quiso regresar a gobernar y ya no
pudo, no se le permitió porque su licencia en vez de ser temporal por un error
se convirtió en licencia definitiva, y aparte porque Chemita, quien, cuando se enteró que sería gobernador
interino expresaría “un año es un año”, también hizo lo propio para que
González no regresara al cargo.
Sin ninguna
necesidad, pero eso si envilecido de poder, el ahora secretario de Gobernación
jugó rudamente con cada uno de los posibles aspirantes a relevarlo en el
gobierno estatal, una vez que el presidente de la Republica, Andrés Manuel
López Obrador en la última “mañanera” que realizó en Tabasco, confirmó que había
invitado al entonces gobernador Adán Augusto López Hernández para que se fuera
a colaborar con él, en un cargo en la administración federal, por lo que a
partir de ahí comenzaron a correr las especulaciones políticas sobre quien
sería su relevo en la gubernatura.
Nombres iban y
nombres venían, mientras en el entonces gobernador mandaba señales políticas
equivocadas, que quienes eran apapachos e invitados por el gobernador a sus
iras por los municipios, ya daban como un hecho que ellos serían los ungidos y
que solamente había que esperar el momento en que fuera llamado por el
presidente de la Republica para irse a colaborar a una secretaría de cuando recibirían la invitación para
hacerse cargo del gobierno estatal, por la que estaban dispuestos a sacrificarse
así fuera 60, 120 días o un año, porque como dijera Chemita Peralta “un año, es
un año”, el nombre de Carlos Manuel Merino Campos no aparecía por ninguna
parte, sobre todo, cundo los demás funcionarios del gabinete estatal le queda
claro que Merino siendo super delegado de Bienestar se le hizo bola el engrudo
con las inundaciones ya que se enredó y
no pudo establecer un mecanismo para proporcionar los apoyos a las personas
damnificadas por lo que tuvo que bajar el propio secretario de Bienestar, Javier
May, al que también le hicieron trampas con las marchas y plantones para
intentar evidenciarlo, pero fue este quien le dio viabilidad a los apoyos que
se comenzaron a entregar para salir del atolladero en que los había metido el
mismo gobierno estatal.
Luego entonces hay
funcionarios del mismo gabinete estatal que se preguntan, que si Carlos Manuel Merino Campos como súper
delegado de Bienestar no pudo con el paquete de las inundaciones y lo tuvieron
que auxiliar, como rayos le hará para gobernar un estado que de nada en la
pobreza, que está fragmentado, con cientos y cientos de problemas, y la
corrupción a todo lo que da, porque si no sabe operar el estado se le puede
despedazar en las manos, al menos coinciden que Merino era el menos indicado
para el cargo de gobernador donde se necesita a un político con muchas tablas.
El ex-gobernador
de Tabasco, Adán Augusto López Hernández aplicó una rudeza innecesaria a la
clase política que el mismo invitó a que lo ayudaran a gobernar, los chamaqueo
a todos hasta el último momento para imponer a su chalan, a su
incondicional, que con todo respeto no
tiene más méritos que su servilismo, que no tiene las tablas políticas de
Enrique Priego Oropeza, de Jaime Lastra Bastar, de César Raúl Ojeda Zubieta, de
José Antonio de la Vega Asmitia y vaya hasta de Emilio Contreras de Escobar, a
quienes jugueteó, a quienes utilizó, a quienes vilipendió y desprecio,
cualquiera de ellos haría mejor papel como gobernador de Tabasco que Merino
Campos, a quien hasta ahora le está quedando grandísima la silla de Plaza de
Armas, hasta que demuestre lo contrario.
En los días
previos a su salida del gobierno estatal, sin que hubiera necesidad, Adán
Augusto López hizo gala de todo su poder, comenzó a placear por las plazas
públicas a sus posibles sucesores en la gubernatura, ¿qué les decía?, solamente
ellos lo saben, se creía que por ser cabeza del grupo gurriista-hankista al
cual también pertenece Adán Augusto, y ya con probada capacidad para gobernar
el estado, pues ya había sido gobernador interino, existía todas las
posibilidades de que Enrique Priego Oropeza fue designado otra vez gobernador
interino de Tabasco, al actual magistrado presidente del Tribunal Superior de
Justicia, nadie, pero nadie le podía regatear que no tuviera capacidad para
gobernar, si era magistrado era porque había pasado el filtro lopez obradorista
para estar en ese cargo.
También Jaime
Humberto Lastra Bastar, quien pasó el filtro presidencial para ser funcionario
en la administración estatal y ahora es diputado local electo y próximo
presidente de la Junta de Coordinación Política de la legislatura que en unas
horas protestará para convertirse en legislador, era otro de los prospectos a
relevar en el cargo a Adán Augusto López, tablas políticas tiene, amistad
tiene, capacidad para gobernar un estado lo tiene, su cercanía con el entonces
gobernador era innegable, por eso se le consideraba cono otro de los fuertes
prospectos para ser gobernador interino, además de que pertenece al mismo grupo político.
Cesar Raúl Ojeda
Zubieta, quien en diversos eventos fue placeado por López Hernández, se le veía
cara de felicidad, por lo que esa cercanía no le dejaba lugar a dudas a sus
seguidores que sería ungido gobernador interino de Tabasco para cumplir su
viejo sueño, además ya se lo debían, ya era justo y necesario, por lo que
pataleó hasta el último momento y el desencanto no se hizo esperar, no estuvo
en el ánimo gubernamental, mucho en el ánimo presidencial y su oportunidad de
gobernar Tabasco se le esfuma. Ojeda Zubieta no es santo de mi devoción, pero
sin duda pudo ser mejor gobernador interino que Merino Campos y aunque Ojeda lo
va a negar, es claro que está resentido, ya se sentpia gobernador interino,
pero fue chamaqueado vilmente por el secretario de Gobernación, quien lo
utilizó, quien lo exhibió y le hizo crear falsas expectativas de que podía ser
gobernador y luego se siguió promocionando para ser secretario de Gobierno,
pero tampoco lo dejaron pasar.
Emilio Antonio
Contreras Martínez de Escobar no cabía de felicidad al lado de Adán Augusto
López, su amigo de toda la vida, se le había escapado la posibilidad de ser el
coordinador de la fracción parlamentaria de Morena para convertirse en el presidente
de la Junta de Coordinación, pero cuando vino el anuncio presidencial de
que el entonces gobernador se iba, le
creció la posibilidad de que podía ser el sucesor, pero no, tampoco estaba en
los planes del señor que al estilo del emperador Romano Calígula-Cayo Julio
César-que estaba ciego de poder y quiso hacer Senador a su Caballo, ya tenía
planes para que su chalán, se convirtiera en gobernador, pero se lo tenía
reservado hasta el final de su salida del gobierno.
En los años 80´s
cuando un grupo de jóvenes tabasqueños estudiaban sus respectivas carreras y se
inspiraban en los grandes políticos que triunfaban en el altiplano como Nicolás
Reynés y Salvador Neme Castillo, tres jóvenes alentaron sus esperanzas de que
algún día gobernarían su estado, haciéndose un compromiso-una especie de
juramento- que los tres se apoyarían a pesar de las circunstancias adversas que
se pudieran presentar para que se convirtieran en gobernador.
Adán Augusto López
Hernández, Manuel Andrade Díaz y José Antonio de la Vega Asmitia sellaron su
pacto de convertirse en gobernador; dos de ellos ya lo fueron, y solamente
faltaba uno, José Antonio de la Vega Asmitia, quien ante la licencia que
presentaría el gobernador, Adán Augusto López, tenía ante sí todo el panorama
para concretar su sueño, pues siendo secretario de Gobierno, de acuerdo a la
Constitución Política del estado, era el indicado para asumir el cargo de
gobernador interino, una vez que el Congreso local aprobara la licencia pero
no, no fue así, otra vez la rudeza innecesaria, pudo más la rudeza de su
compadre y amigo el todavía gobernador, quien por la tarde noche que se conoció
de su nombramiento como secretario de Gobernación, le dio indicaciones de que
renunciara a su cargo, porque se iría con él a la secretaría de Gobernación
donde tendría otro cargo, ni siquiera el juramento que hicieron como
estudiantes le bastó a Adán Augusto López para cumplirle el sueño de gobernar a
Tabasco a su José Antonio de la Vega, quien con la amargura reflejada en su
rostro le confió a sus propios amigos que se tenían que ir, y que él se iría a
la ciudad de México a ocupar otro cargo.
Eta fue la mayor
oportunidad que tuvo José Antonio de la Vega para convertirse en gobernador
interino, no creo que exista otra posibilidad, la primera fue en el gobierno de
Núñez donde lo mandaron a competir internamente y Gerardo Gaudiano le arrebató
el sueño de ser candidato al gobierno por eso decidió apoyar a su compadre
Adán.
Ahora como
secretario de Gobierno, José Antonio de la Vega pudo convertirse en gobernador
interino de Tabasco, pero tuvo que renunciar para que Merino Campos por unos
minutos fuera secretario de Gobierno para cumplir con la ley y ser ungido
gobernador. Los actores políticos morenistas se sienten agraviados, están
molestos, pero nadie lo externará fueron chamaqueados burdamente por el
secretario de Gobernación quien en forma soberbia y desaseada se impuso.
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