Si el gobernador florero, Carlos Manuel Merino Campos no se respeta así mismo, porque no tuvo la capacidad de respuesta que esperaban los tabasqueños, con mejoramiento en diversos rubros, como la salud, la educación, la obra pública donde existen muchas deficiencias, mucho menos ha sido respetado por el Congreso del Estado a como se vio durante la sesión solemne que se realizó el pasado domingo, durante la presentación de su ultimo informe de fracasos, donde informó que Tabasco es una maravilla, que su gobierno es ejemplo de bueno resultados, cuando ha sido un completo fracaso.
Durante la presentación de este último informe el gran ausente fue el secretario de Gobierno, José Antonio de la Vega, que se supone que en calidad de encargado de la política interna del gobierno, ha sido el intermediario del Poder Ejecutivo con el legislativo para darle celeridad a las iniciativas de ley para lograr su aprobación.
La ausencia del secretario de Gobierno a esa sesión solemne, sin duda, fue un acto de ofensa para el Ejecutivo, que sin chistar aceptó el veto que los legisladores locales impusieron en contra de José Antonio de la Vega Asmitia, luego del pasado enfrentamiento que públicamente sostuvo en contra del presidente de la Junta de Coordinación Política, Emilio Antonio Martínez de Escobar, cuando alargaron la aprobación de la iniciativa que establecía el traslado de los bienes muebles de inmuebles del sector salud al IMSS-Bienestar como parte del procedimiento que había establecido el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, que había decretado la desaparición del Insabi para que sea esta instancia la que se encargue de proporcionar los servicios de salud a la población a la población tabasqueña y en general a todo el país.
El gobierno estatal buscaba que el Congreso tabasqueño fuera el primero en aprobar la iniciativa de trasladar todos los bienes del sector salud para dar un ejemplo a nivel nacional de que estaban cumpliendo a cabalidad con la disposición presidencial, pero los legisladores locales que habían recibido en tiempo y forma la iniciativa del gobernador, durante el periodo ordinario de sesiones, decidieron no darle celeridad, cerraron el periodo ordinario sin aprobarlo, supuestamente con el objetivo de presionar al Ejecutivo para que les entregara un bono económico millonario, como una especie de jubilación de los diputados, y esta dilación propició que el encargado de la política interna ventilara públicamente este hecho, haciendo ver que los legisladores tuvieron dos meses del periodo ordinario, para estudiar, analizar y aprobar la iniciativa, lo que provocó un enfrentamiento verbal entre José Antonio de la Vega y Emilio Antonio Martínez de Escobar, porque este ultimo sostuvo que habían recibido una ofensa al ser llamados los legisladores flojos, haraganes, y era una ofensa que no se podía permitir, por lo que el presidente de la Junta de Coordinación Política exigió al Secretario de Gobierno una disculpa pública y en respuesta el encargado de la política interna, no solamente no se disculpó, sino que en un programa noticioso dio una amplia explicación de su exigencia. Al final los legisladores locales encabezados por el presidente de la Junta de Coordinación Política, si es que en realidad buscaban el bono económico de retiro no lo obtuvieron y en sesión extraordinaria se vieron obligados a aprobar la iniciativa del gobernador Merino, y en cambio fue el Congreso de Veracruz el primero en aprobar que los bienes del sector salud de aquel estado pasaran a formar parte del IMSS-Bienestar.
Este capítulo de agravios del Ejecutivo y el Legislativo que se creía que había sido cerrado, resulta que no fue así, porque los legisladores locales aprovechando que venía la sesión solemne para la entrega del ultimo informe del gobernador establecieron el veto en contra del secretario de Gobierno, y Carlos Manuel Merino, cuya actuación como gobernador ha sido gris y pusilánime, accedió al veto legislativo, y que el encargado de la política interna no acudiera al recinto legislativo, dizque para evitar mayores problemas, sin reparar de que se trataba de una ofensa, total una mancha mas al tigre no le hace daño.
Desde que el ex-gobernador, Adán Augusto López Hernández, decidió que Carlos Manuel Merino Campos fuera su sustituto en el gobierno estatal, y no uno de los integrantes del clan de los notarios, integrado por Jaime Lastra, Emilio Antonio Contreras y Enrique Priego ha subsistido una especie de inconformidad subterránea y falta de respeto hacia el Ejecutivo al que no veían con tablas para gobernar la entidad, pues se esperaba que cualquiera de ellos, sobre todo Emilio fuera el elegido para ser el gobernador interino, por lo que corrió la versión de que el propio Adán tuvo que sentarlos para calmarlos y que respetaran la investidura gubernamental cedido a su chalán que convertido en florero ha terminado por hundir al estado en el subdesarrollo y la mediocridad, al grado de que la propia población ha reprobado su gestión como gobernador, que en los últimos tres sexenios es el más deplorable.
El otro agravio durante la sesión solemne, fue el posicionamiento político que a nombre de la fracción parlamentaria de Morena en el Congreso local fijó la legisladora morenista Deysi Cervantes Sánchez, suplente de Jaime Lastra Bastar, quien solicitó licencia para competir como candidato a diputado federal, que al ganar su curul en el Congreso de la Unión decidió no regresar, y no es que no tuviera tablas políticas la legisladora para hacerlo, sino que más bien, por práctica política y por tratarse de un informe gubernamental, para darle mayor realce a la presencia del gobernador, le debió corresponder al presidente de la Junta de Coordinación Política y coordinador de la fracción parlamentaria de Morena, Emilio Antonio Martínez de Escobar, fijar el posicionamiento de su fracción en apoyo, obviamente, al Ejecutivo, pero esta falta de respeto político se vio mas bien, como un desdén, como un desprecio de parte del presidente de la Junta que le gustan los reflectores políticos, que le gusta los reflectores de los medios de comunicación, se puede argumentar que fue la fracción morenista la que determinó que legislador debía fijar el posicionamiento durante ese sesión, pero por la magnitud de la misma, por tratarse de una sesión solemne y el ultimo informe de la terminación del sexenio del gobernador, y la terminación del trienio de los legisladores, para un mayor realce debió haber sido el presidente de la Junta, por lo que puede verse como un desprecio a Merino por parte de Emilio, y es que como escribimos líneas arriba, tanto Jaime Lastra, como Emilio Antonio Contreras, tenían la esperanza de que su amigo Adàn Augusto López dejará a cualquiera de ellos como gobernador interino, pero la decisión fue para Carlos Manuel, aunque en realidad como gobernador solo ha sido un florero.
El otro agravio (el tercero), durante la sesión solemne, fue la fotografía oficial, en la que muchos, sin duda, no han reparado en lo que sucedió. Resulta que la fotografía oficial, la que solamente debió tomarse entre el gobernador Merino con los 35 legisladores locales, hay dos prietitos en el arroz, que no debieron salir en la fotografía, porque hay no son legisladores, pues solicitaron licencia a sus cargos para competir por otros cargos de elección popular, por lo que sus suplentes fueron llamados para ser legisladores locales.
En la fotografía oficial, sin ningún recato, y como una falta de respeto, no solo al Ejecutivo, sino a sus propios diputados suplentes, aparecen, Jaime Lastra Bastar y Jorge Orlando Bracamontes Hernández, que lejos del recato y como parte de su protagonismo político decidieron no perderse la oportunidad de aparecer en la foto oficial del gobernador con los legisladores locales, cuando ellos solicitaron licencia, y por lo mismo, debieron actuar con cordura y abstenerse de aparecer en la foto oficial.
Es como si los otros legisladores que solicitaron licencia para contender por otro cargo público, como en el caso de Euclides Alejandro, o Dolores Zubieta, hubieran decidido meterse al pleno del Congreso para tomarse la foto oficial, cuando sus suplentes son los legisladores en funciones. Vaya garrafal error, en la que también tiene responsabilidad el presidente de la Junta de Coordinación Política, que debió reparar en ese hecho, y que por respeto al propio Congreso se le debió pedir a Jaime Lastra y Jorge Bracamonte, de que no entraran al pleno para tomarse la fotografía, pero el error está cometido.
En cuanto a los legisladores opositores, que fijaron su posicionamiento en el pleno en contra del gobernador, que triste papel jugaron, solamente son legisladores balines que de palabra se dicen opositores, pues lanzaron descalificaciones en contra del último informe del Ejecutivo, al que no le vieron ningún avance durante su gestión al frente del gobierno estatal, no dijeron nada que no sea real, no se han visto los avances en educación, salud, obra pública, y seguridad por solo citar unos cuantos rubros, pero quizás en aras de esa falsa conciliación política, hasta posaron para la foto oficial. Que tiempos aquellos en que los legisladores opositores, fijaban su posicionamiento y no se prestaban ni para tomarse la foto oficial, porque sería tanto como contradecirse de los señalamientos que le hacían al gobierno.
Por su parte el gobernador florero Carlos Manuel Merino que camina entre las nubes y ve al Tabasco color de rosa que todos quisiéramos que así estuviera, cuando la población ve todo lo contrario, ve una entidad bañada en sangre día a día por su ineficiencia para combatir a los delincuentes que en el estado se mueven como pez en el agua, se mueven como Pedro por su casa, estamos seguros, que ni reparo en la falta de respeto de los legisladores locales a su envestidura como jefe del Ejecutivo, y que permitió que los legisladores como una total falta de respeto, vetará a su secretario de Gobierno, porque su presencia no era grato en el legislativo, y él se deje imponer esa mordaza, lo que demuestra su pusilanimidad.
En cuanto al último informe de gobierno del gobernador florero en donde dice sentirse satisfecho porque le cumplió al pueblo de Tabasco, nada más hay que hacer una encuesta para conocer con mayor certeza como piensa la población sobre su gestión gubernamental que ha resultado un fiasco, y verán que sale reprobado, decir por ejemplo que su gobierno redujo los índices criminales o los delitos hasta en un 80 por ciento, es una locura, cuando hay feminicidios, cuando hay secuestros, cuando todos los días y a cualquier hora, los delincuentes realizan ejecuciones, lo mismo que en Villahermosa, Macuspana, Paraíso, Comalcalco, Cárdenas y Huimanguillo, que ya la población lo está viendo como algo normal, al grado que si pasa un día sin ejecuciones, ya se preguntan que está pasando que los criminales están pasivos.
Decir que se ha cumplido en educación, cuando hay escuelas que se están cayendo a pedazos por la falta de mantenimiento, y ver a alumnos de preescolar o primara en varias partes del estado tomar sus clases bajo un árbol o en una palapa, es no es haberle cumplido a Tabasco, es no querer a Tabasco, es una acción detestable del gobernador florero.
Decir que se cumplió en salud a los tabasqueños, es una bajeza, es una acción criminal del responsable de gobernar el estado, porque, incluso, en los hospitales de la capital del estado, no se cuenta con material quirúrgico, con medicinas y todos los implementos, ya se imaginarán como están la mayoría de los centros de salud donde, ni una pastilla de paracetamol se encuentra para recetarle a los pacientes. Merino pasará a la historia como el peor gobernador que ha tenido Tabasco, pero “no tiene la culpa el indio, sino el que lo hace compadre” y el verdadero responsable de todo el desastre que se vive en la entidad, es el que será el próximo presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado, Adán Augusto López, que difícilmente volverá a caminar por las calles del estado sin ser abucheado, y es que lo que se siembra se recoge.
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