JUEZ DE DISTRITO APLICA MULTA

 

Por realizar acciones para obstaculizar el cumplimiento de la sentencia de  amparo concedido a Julio César Lezama Zubieta para la devolución de su ganado, que en forma arbitraria e ilegal la Fiscalía General de Justicia de Tabasco por conducto del fiscal del Ministerio Público Especializado en el Combate al Abigeato le incautó hace dos años, el Juez Primero de Distrito, Mariano Suárez Reyes, impuso una multa a la autoridad vinculada a este caso y fijo nueva fecha para la entrega de los semovientes, apercibiéndolos que de no cumplir se les aplicará otras sanciones.

Dicha multa que está establecida en la Ley de Amparo, sienta un precedente de que en caso de que la Fiscalía General del Estado cuyo titular es Nicolás Bautista Ovando, y el fiscal del Ministerio Público Especializado en el Combate al Abigeato, Pedro Hernández Méndez, sigan poniendo obstáculos y trabas por medio de chicanadas jurídicas para no cumplir con la entrega del ganado, se les seguirá con el proceso para pedir la destitución de ambos funcionarios, que de acuerdo a todas las actuaciones se han coludido, han abusado arbitrariamente de sus cargos, ya que en vez de aplicar una justicia pronta y expedita, han sido los primeros en obstaculizarla al desacatar una sentencia de amparo que ya debieron cumplir, lo que pone en evidencia ante la sociedad a la propia fiscalía responsable de impartir justicia.

Luego de que el Juez Primero de Distrito había fijado la fecha del 12 de septiembre para que la Fiscalía General de Justicia de Tabasco por conducto del Fiscal del Ministerio Público Especializado en el Combate al Abigeato con sede en el municipio de Balancán, como el depositario de las reses o tercero interesado, Manuel Ordorica Alamina se presentaran en el rancho San Gerónimo de la comunidad Alto Amatitán del municipio de Jonuta para realizar la entrega de las reses a su propietario, Julio César Lezama Zubieta, pero volvieron a incumplir al poner  una serie de obstáculos, como el hecho de que la Fiscalía de Campeche (Palizada)  no cumplió en el procedimiento de entrega, por lo que volvieron a desacatar la sentencia de amparo, la familia afectada procedió a interponer su queja ante el Juez de Distrito, que decidió aplicar una multa para dejar en claro que la ley se tiene que respetar y que los implicados tienen que cumplir o se llegará hasta las últimas consecuencias que es seguir con todo el procedimiento para proceder a la destitución de los funcionarios implicados y someterlos a proceso penal.

Está visto que el hilo revienta por lo más delgado, ya que a pesar de que la Fiscalía General de Tabasco, junto con su Fiscalía Especializada en el Combate al Abigeato, han desacatado una y otra vez el amparo concedido al quejoso, se pudieron zafar y le echaron la culpa a la Fiscalía de Campehe, por lo que la sanción impuesta recayó en esta última. 

En su resolución el Juez Primero de Distrito estableció que resulta evidente que la autoridad vinculada a este caso, que es el Coordinador Policial de Campo de la Fiscalía del Estado de Campeche, José Francisco Herrera Carmay, realizó acciones que obstaculizaron el debido cumplimiento de la sentencia de amparo, las cuales, al ser del orden público, no están al arbitrio de los responsables, por lo que de conformidad con diversos numerales de la Ley de Amparo, procedió a aplicar la multa de cien veces el valor de la unidad de medida actualizada.

Sin  embargo, Julio César Lezama Zubieta se inconformó porque solamente se le aplicó la multa al Coordinador Policial de Campo de Campeche, sino que también se debe aplicar la misma medida al Fiscal General de la Fiscalía de Tabasco, Nicolás Bautista Ovando, y al Fiscal del Ministerio Público Especializado en el Combate al Abigeato, Pedro Hernández Méndez, y al tercero interesado que es depositario judicial de las reses, Manuel Ordorica Alamina, porque es evidente que desde que se  dictó la sentencia de amparo el día 15 de diciembre de 2021, se han confabulado para poner una serie de obstáculos y realizar chicanadas jurídicas para no cumplir con la Ley de Amparo, lo que deja en claro que es un desacato al ordenamiento judicial, y porque además, el Juez de Distrito había establecido que tanto los representantes de la Fiscalía, como el tercero interesado, debieron presentarse a las siete de la mañana en el rancho San Gerónimo para ponerse de acuerdo con el quejos sobre la entrega de las reses, pero no llegaron, con lo cual se demuestra que cometieron el delito de desacato al amparo, por lo que también deben ser multados de acuerdo a la ley.

Hay que recordar que en el mes de abril de 2021, cuando el Fiscal del Ministerio Público Especializado en el Combate al Abigeato, en forma ilegal se introdujo al rancho San Gerónimo junto con elementos ministeriales, se llevaron el ganado arriándolo hasta otro rancho localizado en Palizada, Campeche, para lo cual no requirieron de permisos de ganadería, ni le dieron vista a la Fiscalía de Campeche, pese a que invadieron territorio de otro estado, pero resulta que para no devolverle las reses a Julio César Lezama recurrieron a una serie de chicanadas y artimañas, como el hecho de informar al Juez de que el retraso en la entrega se debía a que tenían que darle vista a la Fiscalía de Campeche, que tuvo que entrarle al conflicto, y por esa razón, es que la multa recayó en el Coordinador Policial de Campo, porque el fiscal de abigeato en su informe a la autoridad, sostuvo que había sido este funcionario campechano el responsable de que no se realizara la entrega de los semovientes, ya que quería que se llevaran en un solo viaje el hato ganadero, mientras que el Fiscal de Abigeato, por la gran cantidad de animales y porque no había un transporte que llevara a todos los semovientes propuso irlos trasladando por partes en una sola panzona, cuando debieron contratar varias unidades para trasladarlos al  mismo tiempo, pero como aquí entró parte de la mañosidad, le tiraron la piedra al Coordinador Policial que ahora tendrá que pagar la multa para que no se deje engatusar.   

Ante el incumplimiento de la Fiscalía de Tabasco, del Fiscal del Ministerio Público Especializado en el Combate al Abigeato, y el tercero interesado, el Juez Primero de Distrito, fijo una nueva fecha para la entrega de las reses, que será el 26 de septiembre a las siete de la mañana en el rancho San Gerónimo, por lo que cada una de las partes deberá velar por el debido cumplimiento de la sentencia de amparo, debiendo cooperar y suministrar los medios pertinentes para su consumación, advirtiendo que de volver a incurrir en hechos que la autoridad demuestre como tácticas dilatorias para no cumplir, serán sancionados de acuerdo a la Ley de Amparo, lo cual puede llevar a que ese Juzgado solicite se les inicie un proceso penal y se pida la destitución del Fiscal General, Nicolás Bautista Ovando, y el Fiscal del Ministerio Público que en forma irregular incautó el ganado, Pedro Hernández, para que se les prosiga el proceso penal.

Desde que el Juez Primero de Distrito decretó la sentencia de amparo a favor de Julio César Lezama Zubieta, han transcurrido más un año y nueve meses, en que la Fiscalía General de Justicia de Tabasco por conducto del Fiscal del Ministerio Público Especializado en el Combate al Abigeato han realizado una serie de chicanadas jurídicas para no cumplir con el amparo, cuando una vez que les fue majada la mano contra la puerta y se descubrió que cometieron una brutal irregularidad al incautar un hato ganadero que supuestamente era robado, pero que no era cierto, porque con las pruebas en la mano Julio César Lezama demostró ante el juzgado que era de su propiedad por lo que se le concedió el amparo, debieron haber cumplido con la ley, pero resulta que la misma autoridad impartidora de justicia, en un evidente tráfico de influencias para no cumplir con la disposición legal, estuvieron poniendo una serie de obstáculos hasta que fueron  arrinconadas para cumplir, y no les queda otro camino, más que devolver las redes incautadas, por lo que durante la entrega el propietario tendrá que verificar que se trata de sus mismas reses, que dos años atrás fueron sustraídas de su rancho, si son las mismas, si tienen su fierro y sus respectivos aretes que tenían cuando fueron incautadas por la Fiscalía o si pretenden darle gato por liebre, es decir, entregarle otros semovientes que no le corresponden, porque a dos años de distancia                    

Ahora hay que esperar a que llegue la nueva fecha de entrega del hato ganadero ordenado por el Juez Primero de Distrito para observar que otros obstáculos pondrá la Fiscalía General de Justicia de Tabasco por conducto del Fiscal del Ministerio Público Especializado en Combate al Abigeato con sede en el municipio de Balancán para seguir retrasando la entrega de esto animales, aunque ya vieron que el Juez se portó más estricto al aplicar una multa por el desacato a la sentencia de amparo, que si siguen con sus tácticas dilatorias, también serán multados, aunque con la inconformidad de la parte quejosa que exige multa para la FGJT y el Fiscal de Combate al Abigeato, el juez pude reconsiderar y aplicarles la primera multa, que sería otro más precedente para la institución que se supone está encargada de impartir justicia, pero en el caso de Julio César Lezama está cometiendo una gran injusticia porque ha dañado su patrimonio, desde el momento que en forma irregular incautaron un hato ganadero que además publicaron oficialmente como el golpe más grande que se había dado al abigeato, y posteriormente fueron desmentidos cuando el Juez Primero de Distrito amparo al quejoso que demostró que el ganado sustraído de su rancho era de su propiedad.

Se imagina usted lector, que si Julio César Lezama, no hubiese tenido la precaución de mantener en reglas sus papeles, que hasta fotografías tenía de  cada una de sus reses donde se ve el arete y el fierro que ampara su propiedad, que habría sido de él, seguramente la Fiscalía General de Justicia ya lo tendría en la cárcel acusado del delito de abigeato, mientras que el verdadero abigeo, que falsificó documentos y metió en un brete a la Fiscalía estuviera disfrutando de lo robado, que tremenda injusticia se habría cometido. De hecho con este asunto la Fiscalía General está en entredicho

                                                OJITOS

La dirigencia estatal en Tabasco del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), cuyo dirigente es el diputado Miguel Velez, que estaba entregado en los brazos de Adán Augusto López Hernández, al considerarlo como el más viable prospecto a la candidatura presidencial, luego de su derrota ha metido reversa, y en el caso de la designación del Coordinador Estatal de Morena que habrá de convertirse en el candidato al gobierno estatal, decidieron mirar hacia otro lado.

El encuentro que sostuvo ayer Javier May Rodríguez con los legisladores del Verde encabezados por su dirigente estatal, habla por sí solo, de que en esta ocasión no se quieren equivocar y que deben caminar por la ruta correcta con miras a las elecciones constitucionales de 2024, si es que quieren que Miguel Vélez sea medido o contemplado como un prospecto para la alcaldía de Centro en una alianza de Morena con el Verde.

Pero este encuentro, que al igual al que realizó Jesús Alí de la Torre a puesto verde tanto a los seguidores como a los jilgueros de Adán Augusto López, que ven en Yolanda Osuna y César Raúl Ojeda como los que puedan derrotar a May, de tal manera que de traidores no bajan a Alí, ni al dirigente del PVEM, que decideron marcar su raya para no volverse a equivocar y no irse con el canto de las sirenas. La verdad que quienes no entienden de los signos y los mensajes políticos se van a lleva otra desagradable sorpresa cuando sean medidos y no sean ellos los seleccionados. En este espacio hemos dicho hasta el cansancio desde antes que se decidiera la Coordinación Nacional, que el ex-secretario de Gobernación se iba a quedar como el perro de las dos tortas, sin candidatura presidencial y sin poner de decisión para poner a su candidato a la gubernatura. La primera derrota ya la sufrió, su segunda derrota será aun todavía más mortal, pues como político quedará por los suelos. ¿Alguien quiere apostar¿.