Como síndico de Hacienda del ayuntamiento de Jonuta, María Soledad Villamayor Notario, se dio a la tarea de evidenciar los actos de corrupción que venía realizando el alcalde Eric Garrido Argáez, al negarse firmar documentos de pagos que para ella se estaba realizando en forma irregular, lo que propició un enfrentamientos entre ambos, por lo que la maestra fuera marginada por el chivo.
Este enfrentamiento por los actos irregulares del chivo Garrido que la maestra Villamayor que en su calidad de sindico se negó a avalar porque estaba dañando la hacienda municipal con sus actos de corrupción, pronto escaló a otros niveles, interviniendo el entonces secretario de Gobierno, Guillermo del Rivero para conminar a la síndico a que dejara de lado sus denuncias porque no era conveniente para la administración pública estatal que en un ayuntamiento hubiera un enfrentamiento entre el alcalde y la responsable de supervisar los recursos públicos, prácticamente le pidió que se hiciera de la vista gorda e hiciera las pases con el chivo Garrido, pero María Soledad Villamayor ante la violencia que ejercía en su contra el alcalde Eric Garrido lo denunció ante las instancias correspondientes logrando que fuera sancionado por violencia política en razón de género.
Con su actitud de no avalar los actos de corrupción del alcalde, la maestra Villamayor Notario, se granjeó simpatías dentro de la población, muchas personas vieron con agrado que la síndico de Hacienda se desmarcara de los actos de corrupción que venía cometiendo Eric Garrido, la consideraron una mujer honesta, honorable, que bien merecía la pena de apoyarla en sus pretensiones de ser la candidata a la alcaldía por Morena, por eso cuando logró su nominación a dicho cargo, cientos de jonutecos lo festejaron y decidieron avalarla con su voto para que se convirtiera en la presidenta municipal con la esperanza de que actuaría de forma diferente a sus antecesores, que con ella vendría el progreso del municipio, porque ahora sí, el dinero público para obras y servicios de los habitantes del municipio llegaría a su destino y se concluirían al cien por ciento, y se acabaría con los mismos vicios de corrupción, e enriquecimiento ilícito de los anteriores alcaldes, que además, se han quedado sin castigos.
Con una aureola de decencia, de honestidad, la maestra Marisol Villamayor llegó a la alcaldía, pero es muy claro el refrán que dice: “más pronto cae un hablador, que un cojo” o “el que escupe para arriba, en la cara de le cae”, que a diez meses de su administración, como si no bastara verse en el espejo del chivo Garrido que ahora está pariendo guaco por la reprobación de su cuenta 2023, mas la 2024 que existe la alta posibilidad de que sea reprobada, está cometiendo las mismas irregularidades, los mismos vicios de desviación de recursos públicos, de nepotismo, de tráfico de influencia y de todas esas irregularidades que huelen a corrupción que en el pasado le diera prurito o comezón, que le propició un enfrentamiento con el ex-alcalde Eric Garrido.
Desde la conformación de su gabinete, donde metió mano su esposo, Armando Narciso Correa Pérez (A) Tuko, al imponerle al director de Obras Públicas, Juan de Dios, que por cierto son consuegros y al secretario del ayuntamiento, Juan Choca Garrido, los conocedores de la política se dieron cuenta, quien realmente mandaría en el ayuntamiento, y lo que vendría para el sufrido pueblo de Jonuta, que sería otro trienio de desgracias, donde nacerán nuevos ricos.
Como suele suceder en política, el desencanto de varios líderes sociales, cuando vieron la conformación del gabinete, fue evidente, pues se incluyeron a directores que jamás participaron en la campaña, que no quemaron suela y resultaron ser los beneficiarios, mientras a quienes la maestra les prometió darles cabida en algún cargo dentro de su administración, por lo que se metieron de lleno a promover el voto para que ganara, fueron colocados en lista de raya con un salario miserable.
Con el pregón, de que se debía respetar la austeridad, ahora convertida en ley, la alcaldesa redujo dos veces los salarios a los directores, subdirectores, supervisores, jefes de departamentos, y despidió a trabajadores del ayuntamiento, pues uno de sus primeros actos que evidenciarían la frivolidad de su administración a los pocos meses de haber llegado al cargo, fue el viaje de placer que realizó en el mes de marzo a la ciudad de México para ver en primera fila el espectáculo de Shakira en vivo, en donde estuvo acompañada de si hija, la presidenta honoraria del DIF-municipal.
A diferencia de sus anteriores viajes, entre ellos cuando se realizó una concentración de la presidenta de la República, donde viajó en calidad de alcaldesa para lo cual lo realizó en los camiones polleros de viajes Hilda, para acudir al concierto de Shakira, doña María Soledad y su hija viajaron de primera clase de ida y de vuelta, demostrando que la austeridad le valía, un comino y mientras se los aplicaba a su personal, ella se daba la buena vida.
El velo de honestidad y de la austeridad se le ha caído de la cara a la maestra, demostrando que su enfrentamiento con Eric Garrido, es porque no tenía participación en sus bisnes, pronto se olvidó del combate a la corrupción, porque a solo diez meses de la administración municipal, resulta que Tuko, su marido, que tiene injerencia en la administración municipal, adquirió un rancho en varios millones de pesos, lo que está causando revuelo entre la población jonuteca, que no alcanza a entender, como la maestra cayó en lo mismo que decía combatir, que es la corrupción, pues ya en el poder le está permitiendo a su consorte que se despache con la cuchara grande.
El rancho San Cristóbal que se ubica cerca de la comunidad de Monte Grande, Jonuta y que perteneció al difunto ingeniero Manuel García, conocido como Pirul, fue comprado en varios millones de pesos por Armando Narciso Correa, quien además sin mayor recato lo presume, lo que hace suponer que de alguna parte salió el dinero para adquirirlo, justo cuando su mujer, María Soledad Villamayor, le aprieta el cinturón a todos los funcionarios de su administración al reducirle sus salarios, argumentando que se debe de cumplir con la ley de austeridad, pero eso solamente es válido para el personal, porque para la maestra y su familia haber llegado a la alcaldía representa el cuerno de la abundancia.
Sobre la adquisición del rancho San Cristóbal, que ahora es propiedad del Tuko, ya se sabe a nivel estatal, pues cuenta uno de los enterados que durante la pasada visita del gobernador a Jonuta, se comenzó a repartir como botana, un queso que se hace en la región para que los presentes la degustaran, y cuando se lo ofrecieron al secretario de Gobierno, Pepín López, este como una especie de sorna exclamo: “tan rápido ya está produciendo el rancho”, que sin duda fue en alusión de que ya sabe lo que está pasando en Jonuta.
La maestra y su marido pueden dar mil excusas sobre la adquisición de este rancho, de que tienen dinero para comprar eso y mas, pero cuando la adquisición se realiza cuando ella es presidenta municipal, no hay mas para donde apuntar que se trata de un acto de corrupción, que a diez meses de la administración municipal la mejor obra que hicieron fue la adquisición del rancho San Cristóbal, porque están en el cuerno de la abundancia.
La maestra que se rasgó las vestiduras condenando la corrupción en la que estaba montado el chivo Garrido, se le olvidó la honradez, y también decidió torcer el rumbo y entrarle a lo mismo que combatió en la pasada administración municipal, la corrupción, pues est´ña visto que en arcas abiertas hasta el mas honrado peca.
Pero no es solamente la corrupción la que está caracterizando a la administración municipal de María Soledad Villamayor Notario, sino también la inseguridad, y el brutal tráfico de influencias, en donde también participan sus hijos, que como se ha visto en otros sexenios, son los hijos de políticos quienes terminan enterrando a sus padres.
La semana pasada, un trans identificado como la Monse fue ejecutado a balazos en la cantina “El Campesino” de la cabecera municipal. Se cuenta que a las 8:50 de la noche, dos sujetos a bordo de una motocicleta, llegaron a la cantina y directamente entraron y ejecutaron a la Monse y se fueron tan tranquilos a como llegaron, mientras que la policía municipal brilló por su ausencia y media horas después llegó una patrulla para acordonar el área en espera de los elementos de la Fiscalía, como en la época del chivo se siguen realizando ejecuciones y la policía municipal, algunos de cuyos miembros están al servicio de un grupo delictivo, no detienen a nadie.
El martes 19 de agosto, el ayuntamiento de Jonuta vivió en silencio el accidente que tuvo el hijo mayor de la maestra Marisol Villamayor Notario, tanto el director de Seguridad Pública y el responsable de tránsito del estado en el municipio, se quedaron callados, se convirtieron en cómplices silenciosos pues ni siquiera elaboraron el parte accidente.
Según se sabe, el hijo de la edil, el ingeniero José Armando Correa Villamayor, funcionario del SAT, en uno de sus acostumbrados arrebatos violentos, tuvo un conflicto con su señora madre, tuvieron una fuerte discusión, precisamente porque ella se hace de la vista gorda y le permite excesos al Tuko, incluso, que tenga relaciones extramaritales, de la acalorada discusión y molesto porque como no tenía su camioneta a la mano, (la traía el trabajador de su negocio de alimentos para ganado), prestó el auto de una de las escolta de Seguridad Pública asignada a la protección de la presidenta municipal; la policía Rosa Herrera Reyes, no le quedó de otra mas que prestarle su vehículo, Aveo gris a José Armando a quien todos en Jonuta conocen como el apodo de El Chimi, quien salió de Jonuta enfurecido rumbo a Villahermosa en compañía de su esposa.
En la zona de Monte Grande, por el exceso de velocidad con que conducía El Chimi, perdió el control del vehículo, saliéndose de la carretera, dio varias vueltas, la unidad quedó con las llantas hacia arriba. Su actual pareja, Natalia Isamar Acosta que para completar el cuadro de nepotismo, es funcionaria del DIF- municipal, corrieron con suerte, solamente resultaron con golpes menores, y desde luego, el susto. No hubo parte de novedades, todos callaron como parte de la complicidad y el tráfico de influencias que antes combatía María Soledad Villamayor.
Pero como si fuera una maldición, la historia se repite, El Chimi no entendió que los arrebatos emocionales, o sea el encabronamiento, solo causan problemas; hace mas de una década, cuando Armando Narciso Correa era alcalde, a la altura de Bajadas Grandes, su hijo José Narciso Correa Villamayor, con quien había tenido una acalorada discusión, propició un accidente vehicular en donde perdió la vida su novia, prácticamente la mató al ser responsable del accidente de tránsito.
En esa ocasión, gracias al tráfico de influencias de su padre, pudo librar la cárcel al resultar culpable, logrando además, apaciguar los ánimos de los padres de la joven muerta en el accidente automovilístico, y quizás por ese cargo de conciencia es que la madre de la extinta joven de nombre Martha, ahora es funcionaria del área jurídica del ayuntamiento de Jonuta. pareciera que también pese una maldición sobre el pueblo de Jonuta, pues cuando parecía que el estigma de corrupción del chivo Garrido que ahora llora como Magdalena por la reprobación de su cuenta pública 2023, quedaría desterrado, no se fue, sino se remasterizó el gobierno municipal de María Soledad Villamayor Notario, a tan solo diez meses de haber llegado al cargo.
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