martes, 7 de febrero de 2023

UN PARRICIDA POLITICO

 

Durante estos cuatro años de gobierno, el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, poco a poco ha dejado al descubierto su verdadero rostro, el de la simulación, la traición y la institucionalización de la corrupción, pues durante el tiempo que fue un opositor al sistema gobernante se dedicó a denunciar  todas las irregularidades exigiendo castigo, ahora resulta que todo lo está haciendo al revés, y lo que antes cuestionó es lo que ahora defiende con vehemencia.

Son múltiples los ejemplos que podríamos anotar en este espacio sobre el cambio de forma de pensar de Andrés Manuel, pues una cosa era lo que decía como líder opositor y otra cosa es lo que ahora hace como presidente de la República; prometió bajar el precio de la gasolina pues no tenía mayor ciencia extraer el petróleo del subsuelo y construir una refinería, y hasta ahora no bajado, sino por el contrario poco a poco ha ido subiendo el precio; prometió que metería a los cuarteles al Ejercito Mexicano porque no está hecho para las tareas de seguridad pública en el país, el cual debía estar en manos de civiles, y ya como presidente dio un giro abrupto, todos han podido observar cómo ha ido militarizando al país; como opositor luchó a favor de la democracia hasta que logró llegar a la presidencia de la República, pero una vez en el poder, ha decidido destruir la democracia para que el partido de Estado, Morena, se eternice en el poder a como lo hizo el PRI en casi noventa años, realizando  modificaciones a la ley electoral para amordazar a los organismos electorales; dijo que a diferencia de Peña Nieto que estaba supeditado al gobierno de Estados Unidos, si él llegaba a la presidencia pondría en lugar al entonces prepotente  presidente de la República de la Unión Americana, Donald Trump, pero resulta que no solo no defendió la soberanía del país, sino que se agachó refirmando lo que se ha dicho de que nuestro país es el patio trasero de Estados Unidos, al aceptar que miles de migrantes que eran deportados de ese país se quedaran en el nuestro, causando una serie de problemas en la frontera mexicana que se habría evitado si López Obrador se hubiese puesto firme en defender los intereses de México; en fin son decenas de ejemplos que podríamos seguir enumerando pero también se hace necesario mostrar el verdadero rostro de la traición y la deslealtad que durante todos estos años ha ido mostrando el presidente de la República.

Hace unos días, a raíz de la conformación de la nueva organización civil “Mexicolectivo” que busca darle rumbo, certidumbre y dirección al país, llamando a la unidad para acabar con la división que actualmente se está viviendo, se le preguntó al presidente de la República que pensaba del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano que supuestamente se habría integrado a ese proyecto, a lo que respondió que en todo caso sería su adversario político, un adversario de la Cuarta Transformación al convertirse en un “cercano al bloque conservador” y que como era tiempo de definiciones a manera de reproche dijo que era muchísimo mejor saber quiénes eran realmente los adversarios a enfrentar que tener simuladores, lo que originó una reacción de reproches en  cadena en contra de Andrés Manuel López Obrador y en defensa de Cárdenas Solórzano.

El ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano es considerado el padre de la izquierda mexicana, que se ha ganado el respeto de muchas personas y que fue el iniciador del movimiento de izquierda con la fundación de la corriente crítica dentro del  Partido Revolucionario Institucional (PRI), y posteriormente renunció a ese partido para fundar junto con  Porfirio Muñoz Ledo e Ifigenia Martínez, entre otros luchadores sociales, el Frente Democrático Nacional conformado por cuatro partidos que lo hicieron candidato a la presidencia de la República en 1988, enfrentando al candidato del PRI, Carlos Salinas de Gortari, que en un proceso fraudulento se quedó con la presidencia de la República, hecho en el que participó el ahora director de la Comisión Federal de Electricidad, Manuel Bartlett, que en ese entonces era el secretario de Gobernación y responsable de la elección porque el gobierno como ahora pretende López Obrador, tenía en sus manos la responsabilidad de organizar y dirigir las elecciones para ser juez y parte, por eso, Bartlett al conocer el día de las elecciones, el  seis de julio de 1988  al filo de la una de la tarde que Cárdenas Solórzano iba al frente de la contienda, que estaba arrasando dos a uno, ordenó “tirar el sistema” del incipiente proceso computarizado que estaban utilizando para contabilizar los votos, lo que propició el caos y la confusión para luego dar a conocer que el triunfador de la contienda había sido Salinas de Gortari. 

Cuatro días antes de la jornada electoral de 1988-dos de julio-, los dos operadores electorales de Cárdenas, Francisco Xavier Ovando Hernández, coordinador de Acción Electoral del FDN y quien que había creado una red o estructura nacional para recoger los datos y contabilizar la elección fue ejecutado junto con su asistente Román Gil Heraldez fueron ejecutados, los asesinos fueron detenidos 16 años después, pero esas ejecuciones fue el preludio de lo que vendría,  del fraude electoral que se cometió en el gobierno de Miguel de la Madrid.

El ingeniero Cárdenas Solórzano además de ser reconocido como el padre de la izquierda mexicana, de haber iniciado el proceso democratizador en el país,  también se le puede considerar el padre político putativo de Andrés Manuel López Obrador, pues fue directamente él quien convence a López Obrador en 1988 para que fuera el candidato a la gubernatura de Tabasco por el Frente Democrático Nacional (FDN), enfrentándose en esa lucha electoral a Salvador José Neme Castillo, quien fuera candidato del PRI y ganador del proceso electoral; tres años después en la elección intermedia de 1991 para elegir presidentes municipales y diputados locales, AMLO denunciaría fraude y organiza el llamado Exodo por la Democracia que partió de Tabasco a la capital del país en diciembre de ese año para llegar en enero de 1992, logrando negociar con el gobierno de salinas representado en ese momento por el regente que era Manuel Camacho Solís y el secretario de Gobierno, Marcelo Ebrard, el mismo que ahora es canciller de la Cuarta. El Exodo por la Democracia propiciaría posteriormente la caída de Salvador Neme, quien se vio obligado a dejar el gobierno para que llegara Manuel Gurría Ordoñez.

En 1994 AMLO volvió a ser candidato a la gubernatura siempre apoyado por  Cuauhtémoc Cárdenas, volvió a perder frente a Roberto Madrazo, denunciando fraude electoral, y posteriormente con la ayuda del ingeniero se convirtió en dirigente nacional del PRD, mientras Cárdenas se convertía en jefe de Gobierno de la ciudad de México; en el año 2000 Andrés Manuel volvió a recibir el espaldarazo de Cuauhtémoc Cárdenas para que fuera candidato a jefe de Gobierno, y pese a las advertencias que recibió el ingeniero de que podía ser traicionado por el tepetiteco, no hizo caso a lo que llamó rumores, lo impulsó y cabildeo para que se lograra que se le reconocieran la ciudadanía en la ciudad de México y así se convirtió en jefe de Gobierno, expresando entre sus cercanos que él nada le debía al pueblo tabasqueño que le había negado en dos ocasiones la oportunidad de ser gobernador del estado, sino que estaba agradecido con los defeños.

Es claro que AMLO aunque siempre recibió el espaldarazo del ingeniero Cárdenas también hizo lo propio para crecer políticamente, y por esa razón, por el espaldarazo que siempre recibió debía estar agradecido, debía guardarle respeto y hasta lealtad, pero llegó el momento en que sintió que la figura del ingeniero le estorbaba y como está visto que en política, son poquísimas las lealtades, y muchísimas deslealtades, en vez de seguir por la ruta del agradecimiento decidió convertirse en un desleal y traidor. 

Y lo volvió a repetir en su calidad de presidente de la República, al cuestionar a su padre político putativo, al llamar conservador y adversario político a su creador, al que lo convenció de comenzar a militar en la izquierda mexicana al hacerlo por primera vez candidato al gobierno de Tabasco por el FDN,  al que lo encumbró en la política nacional, y como es sumamente conocido lo que el ingeniero Cárdenas hizo a de AMLO, es por esa razón que recibió una serie de recriminaciones, una serie de denuestos, porque en política también se debe ser agradecido, porque el karma se revierte, porque el karma se suele cobrar los agravios que se comete, entonces el pejemán no está exento que a quien deje como su sucesor también le clave la espada por la espalda.

No es la única traición o deslealtad que Andrés Manuel López Obrador ha cometido durante su carrera política con quienes le dieron todo su apoyo en la lucha democrática que había emprendido contra el sistema gobernante, aun a costa de sufrir la represión de los gobiernos priistas encabezados por Salvador Neme, Manuel Gurría, Roberto Madrazo, que fueron los más reacios, los más férreos denostadores de AMLO, y ahora por paradoja de la vida, esos personajes de la política que estuvieron en esos gobiernos y combatieron ferozmente al Frente Democrático Nacional y luego al Partido de la Revolución Democrática, incluso utilizando la violencia y el encarcelamiento contra sus militantes,  ahora son prominentes funcionarios de primer nivel en el gobierno morenista. 

¿Qué te hizo Tabasco Andrés, para que ahora tus enemigos políticos, los que te combatieron, los que te persiguieron, los que te hicieron fraude en las dos elecciones de gobernador, quienes ordenaron garrotear a los perredistas, ahora gobiernen contigo y le hayas entregado la entidad, en tanto has pateado a los que te ayudaron a labrar tu camino político hasta que lograste llegar a la presidencia de la República?, a eso como se le llama, ¿deslealtad, traición?.

En 1988 cuando AMLO anunció que sería candidato del FDN al gobierno estatal, quienes se decían sus amigos cuando estaba en el PRI, se abrieron, hasta lo dejaron de hablar, incluso, quienes vivían en los alrededores de su casa en el fraccionamiento Galaxia, Tabasco 2000, mientras el gobierno estatal hacía su parte, cerraba las pinzas de la represión para todos aquellos ciudadanos o servidores públicos que dieran muestras de querer apoyar a López, aun así hay quienes desafiando al gobierno y su represión con firmeza se pusieron al lado de AMLO eran los menos, eran poquísimos.

Entre estos seguidores de AMLO, había un empresario originario de Tepetitán, Macuspana, que por la amistad y el paisanaje decidió no solamente caminar al lado de Andrés, sino apoyarlo económicamente, se convirtió en su financiador,  don Hermilo Pérez, dueño de la única gasolinería que había en Tepetitán, y concesionario regional de la manzanita Balseca, aunque sabiendo que ponía en riesgo su capital económico, de que vendría la represión, le entró a la lucha democrática convencido que era el mejor camino a seguir, y durante años apoyo económicamente al presidente de México, que constantemente se quedaba sin un peso en la bolsa, al grado que el mismo le costuraba los zapatos a sus hijos para que fueran al colegio americano que era subsidiado por el padre de la finada Rocío, don Gonzalo Beltrán, era tiempo de la miseria, en que el hueso no tenía carne. 

Es claro que ese apoyo al principal opositor del gobierno priista, AMLO,  le generaría consecuencias a don Hermilo Pérez, pues Pemex le rescindió la concesión para seguir operando la gasolinería, y también le retiraron la concesión regional de la manzanita. Hoy don Hermilo sigue añorando la amistad del presidente de la República, que envilecido por el poder, ahí lo dejó abandonado, ni siquiera por esa añoranza de que cuando no tenía para comer don Hermilo lo subsidió, debería ser agradecido y retribuirle con creces ese apoyo, a él o sus hijos que militan en Morena, pero no, el presidente ya no mira a los de abajo porque no son iguales, se muestra tal  cual,  es  su vileza, muestra lo que siempre ha sido un hombre desleal y traidor para sus amigos que lo ayudaron en los tiempos aciagos, pero en cambio se muestra complaciente con sus enemigos políticos a quienes les abrió la puerta de su gobierno, gobernar con el enemigo no es aconsejable. Hay muchas historias por contar.

          

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