viernes, 24 de febrero de 2023

MARCHA CONTRA ANTIDEMOCRACIA

 


Al considerar que la democracia está en riesgo con el llamado plan “B” del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, que busca restarle facultades al Instituto Nacional Electoral (INE), como el hecho de que el padrón electoral ya no debe estar en manos de este organismo autónomo sino que dependería de un ente del gobierno, de nueva cuenta miles de ciudadanos de todo el país, saldrán a manifestarse públicamente para mostrar su rechazo por esta acción legaloide.

El próximo domingo 26 de febrero de llevará a cabo la segunda manifestación  en defensa de la democracia, en defensa del Instituto Nacional Electoral (INE)  convocado por diversas organizaciones civiles, entre ellas, “Unidos por México”, cuya finalidad es lograr frenar el llamado plan “B” del presidente de la República  que perjudicara sustancialmente a este organismo autónomo encargado de las elecciones en el país, justo cuando está a algunos meses de que inicie legalmente el proceso para elegir al nuevo presidente de la República que se realizará en julio de 2024.

Luego de que fuera rechazado por los legisladores federales opositores la reforma constitucional electoral promovido por Andrés Manuel López Obrador que buscaba desaparecer al INE para crear otro organismo que dependiera del propio gobierno, lo que representaba una regresión al pasado, el presidente de la República puso en marcha su llamado plan “B” que consistió en modificar diversas leyes secundarias electorales para para maniatar al INE, al restarle diversas facultades, como el que siga teniendo en su poder el padrón electoral, que es la verdadera arma que se utiliza en cualquier elección constitucional, porque es el registro de todos los electores en el país, para que pase a manos de un organismo gubernamental, lo que sería lo mismo volver a los años 70´s durante el gobierno de Luis Echeverría y Miguel de la Madrid, donde el gobierno priista era el responsable de organizar y realizar las elecciones constitucionales, convirtiéndose en juez y parte, porque el organismo electoral dependía por completo de la Secretaría de Gobernación, por lo que el mismo gobierno tenía todo en sus manos para ganar las veces que quisiera cualquiera de las elecciones, por lo que el Partido Revolucionario Institucional se volvió invencible, y eso es ahora lo que quiere hacer López Obrador, que su partido oficial, Morena, se vuelva invencible, si el mismo gobierno toma en sus manos en control de la elección, por lo que preocupados diversos organismos de la sociedad civil han salido a convocar para realizar la segunda manifestación que se realiza en la ciudad de México y que será replicada al mismo tiempo en 80 ciudades del país.

En julio de 2018 cuando Andrés Manuel López Obrador y su partido Morena arrasaron con las elecciones constitucionales al ganar la presidencia de la República, gubernaturas y el Congreso de la Unión, pulverizando a los partidos políticos, nadie en su sano juicio se hubiese atrevido a vaticinar, que en los próximos tres o cuatro años, la oposición o la sociedad civil, tendría la capacidad para organizarse y salir a marchar, de tal manera que sintiéndose seguro el presidente de la República sostuvo que si con el tiempo se realizaba una manifestación en su contra que rebasará los cien mil ciudadanos enseguida renunciaba al cargo, pero todo fue una simulación, ya que después de la primera marcha en favor del INE que algunos calcularon una asistencia de seiscientos mil, mientras otros, más de un millón tomando en consideración las manifestaciones que se dieron en diversas ciudades, incluso, el extranjero, es para que hubiera renunciado AMLO, pero hizo como que no vio, como que no escuchó y en respuesta a la marcha ciudadana convocó a la militancia de su partido a realizar una gran concentración para celebrar su arribo al gobierno, en lo que fue considerado como una medición de fuerza de los ciudadanos contra el aparato de gobierno que encabeza el propio presidente.

El 13 de noviembre de 2022 se realizó la primara marcha denominado “El INE no se toca” que buscaba frenar la reforma constitucional electoral que el presidente de la República había anunciado que enviaría a la Cámara de Diputados, su iniciativa no pasó porque no alcanzó la mayoría califica de los legisladores federales que integran la cámara, por lo que ante este hecho, AMLO envió enseguida su llamado plan “B” que consistía en reformar seis leyes  que no necesitaba la aprobación de esa mayoría calificada, sino de la mayoría simple, con lo que busca dañar al INE, por lo que de la marcha de noviembre  “El INE no se toca”, de nueva cuenta se ha llamado a una concentración masiva, la segunda que se realizará, denominada “Mi voto no se toca”,  con lo que se pretende llamar la atención de los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que será la última instancia que se encargará de resolver las controversias que se presenten sobre la legalidad o ilegalidad de las modificaciones a las leyes secundarias que realizó el Congreso de la Unión, para atrofiar, para dañar, para inmovilizar, prácticamente es una contra reforma promovida desde el poder presidencial, desde el mismo gobierno, contrario a lo que ha sucedido en otros sexenios que es la oposición la que promovía las reformas electorales constitucionales para que mejorar el marco legal, mientras el gobierno ponía resistencia, pero ahora fue el mismo AMLO el interesado en promover reformas bajo el viejo argumento desgastado que los consejeros integrantes del INE, son corruptos, que han promovido la compra de votos, el robo de urnas, que se han robado elecciones, pero sin presentar pruebas sustanciales solo sus dichos y cuando es cuestionado que él ganó el proceso electoral que organizó el mismo INE que ahora cuestiona sale con el cuento de que el ganó por la fuerza del pueblo que se impuso, y porque no les quedaba otro camino más que aceptar su triunfo electoral, pero ha sido el organismo que ha realizado otras elecciones donde Morena y sus candidatos han ganado, lo que indudablemente levanta las suspicacias de que al poder imponerse y doblegar a los consejeros del Instituto Nacional Electoral promovió su desaparición, porque quiere a un organismo electoral a modo que le garantice la permanencia de Morena en el poder, tal cual se hacía en el pasado, cuando los gobiernos del PRI, que era el partido oficial, tenían en sus manos la organización y conducción de los procesos electorales donde obviamente ganaban los candidatos del entonces partido oficial.

Es claro que a cuatro años de gobierno de AMLO y cuando se aproxima su relevo, pues en diciembre de este año, o  en enero de 2024  ya se sabrá quién será el candidato presidencial que postulará Morena con el visto bueno del presidente López Obrador, la oposición a su gobierno, va creciendo más y más, que si alguien en 2018  en perspectiva hubiese visto hacia adelante, no hubiera podido predecir o vaticinar que el presidente tendría enfrente muchos opositores, porque en ese momento, cuando acababa de ganar la elección de presidente se le veía invencible, imparable, no se veía forma de que se organizara la oposición, pero resulta que a cuatro años de distancia Andrés Manuel López Obrador convertido en su propio enemigo, en su peor enemigo, le ha dado elementos,  ha ido fortaleciendo a esa parte de la sociedad civil que votaron por él, pero que decepcionados ya se voltearon en su contra, y ese debe ser su preocupación, que si en 2018 era imposible que alguien le ganara una elección porque parecía invencible, a estas alturas de su sexenio, la posibilidad de una nueva alternancia en el poder, de que Morena sea flor de un sexenio va en crecimiento, y por lo tanto se hace latente de que Morena pueda perder la elección presidencial y con ello se vaya por la borda la Cuarta Transformación que realmente es una Transformación de Cuarta.

Como realmente hay el riesgo de perder la elección presidencial, aunque hay quienes opinan que el presidente y su partido son invencibles que en el 2024 volverán a ganar la presidencia, el propio López Obrador está mostrando un temor fundado con la reforma electoral, pues utilizando el viejo esquema del combate a  la corrupción, que es una vil simulación, porque la corrupción ahora está más enraizada que antes, enarbola la bandera de la corrupción para arremeter contra el INE y lograr su propósito de que con su reforma sea maniatada para que su partido pueda sostenerse en el poder, pero conforme pasan los días, las semanas y los meses, su propia actitud, su propia soberbia y falta de humildad lo va hundiendo, más y más opositores se le van sumando enfrente para combatirlo.

A pesar de que AMLO en sus mañaneras se ha dedicado a descalificar la nueva concentración para que la población no asista, se espera que “Mi voto no se toca”, de este domingo 2 de febrero sea una gran concentración, es casi seguro que al Zócalo de la ciudad de México como en 80 ciudades del país que han anunciado su participación, será impresionante, pues asistirán miles de personas que no son acarreados, que llegaran por sus propios medios y eso será motivo de preocupación para el inquilino de Palacio Nacional, que tal vez responda con otra concentración masiva de su partido. 

El desencanto de la población hacia AMLO cada día crece, porque se ha convertido en su propio enemigo por sus desatinos, por sus errores, por sus exabruptos, porque promueve la división que agravia, porque él se siente infalible que no acepta errores y que su gobierno es inmaculado, cuando muchos de sus funcionarios están hasta el cuello metidos en la corrupción, si en esa corrupción, cuya bandera blanca enarbola el presidente en señal de que se ha acabado, pero en realidad ahora se oculta, ahora se niega, lo que es una especie de institucionalización de la corrupción, cuyo combate es una vil simulación.

                                        OJITOS  

Ante el alza en la tarifa del transporte público como era de esperarse hay abusos por parte de los transportistas que no están cobrando el peso con cincuenta centavos que fue lo decretado como incremento, sino que están actuando en forma abusiva al cobrar tres o cinco pesos, contraviniendo las disposiciones legales.

Este abuso de los transportistas debió ser previsible para la Secretaría de Movilidad y actuar de manera inmediata, pero resulta que esta dependencia a cargo de Chicho Oropeza ha mostrado una vil torpeza y no actúa en contra de quienes incrementaron ilegalmente la tarifa, por lo que las quejas contra ese abuso siguen creciendo, al grado de que el gobernador Merino para salir al paso de este problema dijo que su gobierno no va a tolerar los abusos que se están cometiendo, que se sancionará a los transportistas que abusen, pero en los hechos, nadie hace nada para frenar esa irregularidad, total, el pueblo aguanta eso y más, por lo que se ve como una burla las declaraciones de, gobernador, que si se ve en otro sentido, hagan de cuenta que ha Merino nadie le hace caso, ni Chicho Oropeza, porque su cargo de lo debe al secretario de Gobernación y no al gobernador chalan que solo es un parapeto.

Podría decirse que existe una complicidad encubierta entre Semovi y los transportistas, porque el hecho de que no se actúe y muchos menos se sancione a quienes están abusando al cobrar no un peso con cincuenta centavos que fue el incremento a la tarifa, sino hasta tres y cinco pesos, y no pasa nada, es porque a ojos vistos hay una tolerancia de Semovi, dependencia responsable de vigilar el estricto cumplimiento de la tarifa incrementada; Movilidad se inmoviliza, no ve, no oye las quejas, y los transportistas abusan, total, todos ganan, gana los funcionarios de movilidad, ganan los transportistas que arbitrariamente no aplican la tarifa acordadas, sino que le están metiendo los dientes a los tienen la necesidad de utilizar el transporte público. 

 


  

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