lunes, 10 de octubre de 2022

ERIC GARRIDO, AL BORDE DEL ABISMO

 


El pasado viernes por la tarde, los habitantes del municipio de Jonuta volvieron a entrar en pánico, luego de que se conociera a través de las redes sociales, que Uriel Ricardez Cabrera (A) El Yeyo, cuñado del presidente municipal, Erick Garrido Argáez, había sido asesinado de tres balazos, uno en la cabeza, dentro del tugurio “Polo Sur” que se localiza en el pleno centro de la cabecera municipal, en lo que se considera un ajuste de cuentas.

El alcalde que el día de los hechos de sangre no se encontraba en el municipio sino que iba volando a la ciudad de México, pues es Vox Populi en el pueblo que se encuentra de romance por eso viaja cada fin de semana a la capital del país o Palizada, Campeche, por lo que se comenta que próximamente se divorciará, y quien está plenamente enloquecido de poder, decidió mezclar a su familia en “negocios” donde no debería de meterlos porque son bombas de tiempo, como es el alcohol, por lo que adquirió para su hijo mayor Erick Garrido Ricárdez el tugurio conocido como “Polo Sur”, en el que desde luego utilizaron un prestanombres, por lo que su tío Uriel Ricárdez (a) El Yeyo era el administrador, lugar hasta donde llegó y entró el sicario que lo privó de la vida para salir tranquilamente como si no hubiera hecho nada, para así ser la segunda advertencia que le están haciendo el alcalde de que el pacto de Calakmul, el pacto con el diablo se cumple a cabalidad o corre el riesgo de irse al infierno.

Este ajuste de cuentas que no queda dudas que va dirigido al presidente municipal Eric Garrido Argáez, quien en el paroxismo del poder y la soberbia no quiere darse cuenta que va directamente al abismo pues hasta su misma familia está despedazando, esta correlacionado con otro hecho de sangre, el primer ajuste de cuentas que se dio en ese municipio el sábado 11 de diciembre de 2021 en contra de Angel Morales Acosta (a) El Chato conocido pollero de la zona y amigo incondicional del secretario del ayuntamiento, Félix Jiménez Morales, con quien prácticamente tenia acordado el “bisnes” del que no era ajeno el alcalde para seguir con la actividad que venía realizando, el tráfico de indocumentados y hasta droga cuyos distribuidores son también conocidos en la zona.       

Algo paso, alguien no estaba cumpliendo con lo pactado por lo que en diciembre de 2021 a tres meses de que haber llegado a la presidencia municipal Erick Garrido, sobrevino la primera ejecución que se dio en un taller mecánico donde se encontraba el Chato en compañía de otra persona, lo que causó nerviosismo entre la población jonuteca, ya que hechos de sangre de esta naturaleza no se había presentado en los gobiernos anteriores, sino que ahora se daba en este  gobierno de extracción morenista, lo que indicaba de que algo estaba mal.

Esa fue la primera advertencia para Erick que debía de cumplir el pacto acordado, mientras éste endurecía su discurso, de que en Jonuta no había cabida para la delincuencia pues sería combatidos por el cuerpo de seguridad municipal, que seguiría siendo un municipio seguro para vivir y que él lo estaba garantizaba, pronto se tragaría sus propias palabras, pues vendría una segunda ejecución de otras dos personas que fueron sacados de su casa en enero de 2022, y encontrados asesinados por Playas de Catazajá, Chiapas. 

Como ya lo hemos publicado en anteriores columnas, en plena campaña política por la presidencia municipal de Jonuta, y porque le venía pisando los talones el entonces alcalde Francisco Alfonso Filigrana, Erick Garrido Argáez, no dudó en aliarse con el diablo si eso le daba la seguridad de su triunfo, el cual se basaba en utilizar unos cuantos  millones de pesos para la operatividad electoral y así estar seguro de su triunfo electoral, pero esos millones de pesos no lo tenía a su disposición y tenía que conseguirlos, así tuviera que viajar fuera del estado. 

Una fuente bien informada, enteró al Ojo Visor, que en todo está, de cómo Erick Garrido llevando como intermediario al extinto Angel Morales con quien también mantenía amistad no conocida públicamente, en compañía de otras tres  personas se trasladaron hasta la población de Calekmul, Campeche, para concretar un pacto que le permitiera contar con esos millones de pesos que necesitaba con toda urgencia, para lo cual no dudó en aceptar las condiciones que se le impusieron que era hacerse de la vista gorda y hasta cooperar  cuando fuera necesario en el tráfico de indocumentados y drogas, por lo que loco de contento como el Jibarito se regresó a Jonuta trayendo en bolsas de plástico los fajos de billete que le permitirían realizar la operación electoral que le garantizaría el triunfo en las urnas, sin reparar que se estaba metiendo en un callejón sin salida, donde quien no cumple los tratos para con sangre las consecuencias de sus actos, pero hasta ahí parecía que la vida del Chivo era miel sobre hojuelas.

La primera revelación que hicimos en este espacio en los primeros días de diciembre de 2021, donde dábamos cuenta de la relación del finado Chato Morales con el secretario del ayuntamiento, Félix Jiménez de que estaban haciendo negocios sucios al amparo del poder, siguiendo los pasos de la anterior administración municipal que encabezó tito Filigrana, y sin importarles las consecuencias de lo que podría publicarse hasta fotografías se habían tomado en el malecón de Jonuta, mismas que circulaba en las redes, pero una vez que estalló la denuncia pública las bajaron pero ya habían sido copiadas, lo que hizo que el alcalde Erick Garrido estallara en furia en contra de este servidor y ordenara contrarrestar la publicación argumentando que era falso, que mentíamos,  y que como siempre se acusa a los periodistas, buscábamos un bien monetario, pero el tiempo y las circunstancias nos están dando la razón en  nuestras publicaciones.  

Paso a paso, hemos venido recabando información y corroborando las cosas,  como también se ha denunciado a tiempo de que el edil utilizó dinero de la delincuencia para ganar el proceso electoral, pero hasta ahora ninguna autoridad electoral se ha querido aventar el trompo a la uña de investigar, como tampoco las autoridades judiciales no  han querido hacerlo, quizás por complicidad, por desidia o porque francamente no les interesa ese municipio.

Con el asesinato del Chato le llegó la primera advertencia a Erick Garrido de que no estaba cumpliendo y que debía de cumplir su trato, porque a cambio había recibido dinero, pero creyéndose intocable volvió a retomar su discurso de que en Jonuta no cabía la delincuencia, que el combate era frontal y que por lo tanto la población podía estar tranquila de que no estaba pasando nada, porque ya no se permitiría más ejecuciones o asesinatos, pero en cambio reforzó su cuerpo de seguridad, quitó al subdirector de la policía municipal, Manuel Vicente que lo venía cuidando, y en su lugar puso al militar retirado y subdirector de la policía,  Emmanuel Correa porque se supone que tiene más experiencia y puede contrarrestar un ataque armado, aunque este jefe policiaco   se había hecho el compromiso de que ningún grupo delincuencial volvería a entrar a Jonuta, pero tampoco ha cumplido.

Como el hilo revienta por lo más delgado, y seguramente quienes ordenaron realizar la ejecución saben dónde pegar, con la muerte del Yeyo se puede acelerar el enfrentamiento familiar que mantiene Erick Garrido con su esposa Jhoana Karina Ricárdez, por sus constantes viajes a la Ciudad de México y Palizada, Campeche, los fines de semana, quien le reclamará fuertemente al alcalde el porqué no pudo evitar que la familia se bañara de sangre, porque en vez del cuñado pudo ser un hijo el asesinado, pero además, al Chivo no le interesó, no le importó  interrumpir o suspender su gira de “trabajo” tan intensa por la capital del país para regresar a Jonuta y estar presente en el sepelio de su cuñado El Yeyo , lo que demuestra no solo el grado de descomposición familiar que está viviendo, sino su actitud inhumana, soberbia, perversa y arrogante, al dejar sola a su mujer y la familia de ella en el último adiós a su extinto hermano, que fue ultimado en un ajuste de cuentas dirigido al propio alcalde.

Y es que hay personas cercanas al edil que aseguran  que está completamente transformado,  trastornado o “enrosado”, porque se parece a Gabino Barrera que no entiende de razones, no escucha a nadie, ni siquiera a sus asesores que lo han intentado convencer de que está haciendo las cosas mal, al grado que todos los fines de semana se pierde y aparece hasta el lunes para encabezar las reuniones donde se toca el tema de seguridad, de esa seguridad de la que antes gozaban los jonutecos, pero que con su arribo a la alcaldía, todo ha cambiado, todo de ha trastocado, la inseguridad avanza a pasos apresurados en el municipio y la muestra es el reciente asesinato a mansalva de su propio cuñado, y si asesinaron a este también lo pueden hacer con cualquiera.

Mientras la propia población observa como el alcalde se está desplomando, se está haciendo añicos él mismo, todo indica que el único que no se da cuenta que va camino al abismo, al despeñadero, es el propio Eric Garrido Argáez, porque cuando un funcionario público se ensoberbece y esto lo lleva a enfrentar a su propia familia, por las causas que sean, incluido una relación extramarital, vaya,  una infidelidad, es que ya perdió la proporción de sus actos y de la función que está realizando, y entonces se convierte en un peligro para sus gobernados.

Cuando un alcalde se atreve a retar a su patrocinador, a quien financió parte de su campaña política y luego se niega a cumplir el pacto, en este caso el pacto de Calakmul, luego de las dos advertencias que le han hecho, se le considera un suicida, que tal vez está esperando convertirse en la misma víctima o de que alguien más cercano a él, como es un hijo, sea la siguiente víctima como producto su propia ambición, al pactar con quien no debía pactar, no hay otra explicación a su comportamiento, porque después de pactar con delincuentes, aunque quiera dar marcha atrás, aunque quiera hacer valer la legalidad, es prácticamente imposible,  o cumple porque cumple o recibe plomo caliente, no hay de otra.  

Erick Garrido ensoberbecido por el poder que se le acabará a finales de septiembre de 2024, si es que termina su periodo y no vive una nueva tragedia, quizás no ha dimensionado que está montado sobre un barril de pólvora, confiando en los “sabios” consejos que le da su “tío” César Raúl Ojeda, sobre cómo debe actuar como alcalde y que si algo se atraviesa él está dispuesto a ayudarlo para que no pase nada  y pueda escalar a otros cargos de elección popular que difícilmente lo logre;  el chivo con los “consejos” del “Pirruris” se está hundiendo cada día que pasa, porque su “tío” todo lo que toca se convierte en fracaso.

La sangre se sigue derramando a borbotones en Jonuta, desde que el Chivo llegó a la presidencia municipal, ya son varias las ejecuciones que se ha presentado a manos de delincuentes a un año de haber llegado al cargo, mientras que su compromiso de mantener la paz y la tranquilidad del municipio de ha ido al cesto de la basura, porque no puede ni con si vida, que también la está haciendo pedazos. 

Y como el miedo no anda en burro, de la retórica paso a los hechos, el alcalde desde hace buen rato mantiene reforzada las medidas de seguridad en torno a su persona, teniendo como escolta personal que lo acompaña a todas partes al  ex-militar Emmanuel Correa, a quien dio de alta como subdirector de investigación de seguridad pública municipal a inicio de su administración, porque considera que es un experto en ataques armados, y que si intentan agredirlo en forma sorpresiva sabrá responder y lo pondrá a salvo de cualquier ataque. El soberbio Chivo solo piensa en él, sin pensar que solamente está cavando su propia tumba política.

  

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