Tabasco, al igual que otros estados del país, no ha sido ajeno, a los ataques sistemáticos que desde hace años se viene cometiendo en contra de periodistas, que han sido asesinados, o desaparecidos, y que en la mayoría de los casos, a pesar del compromiso del Estado mexicano, de que no habrá impunidad, que se investigará para encontrar a los responsables, ha quedado sin castigo, ha quedado sin solución.
La profesión u oficio de periodistas, es considerado en México como una de las mas riesgosas, mas peligrosas para ejercer, pues durante estos años han sido asesinados o desaparecidos decenas de periodistas por todo el territorio mexicano por manos criminales que pretenden imponer una mordaza, a quienes se atreven a cuestionar, denunciar, señalar, actos irregulares o denigrables para la sociedad, y aunque cada vez que es asesinado un comunicador ante las exigencias de las organizaciones periodísticas el compromiso gubernamental, es el mismo, de que esos crímenes no quedaran impunes, y de que habrá mayor seguridad para los periodistas, ni uno, ni otro caso se concretiza, pues la mayoría de los asesinatos las investigaciones se han quedado en el limbo, mientras se siguen asesinado a mas obreros de la comunicación.
Como ya es del dominio público, el pasado sábado a través de las redes sociales la Fiscalía General del Estado lanzó una alerta por la desaparición del periodista y catedrático universitario Alejandro Gallegos León, ya que sus familiares desde la tarde del viernes habían perdido contacto con él vía telefónica, y al mediodía de ese sábado se conoció la infausta noticia, de que su cuerpo había sido encontrado entre unos maizales a la altura de la colonia El Parnaso del municipio de Cárdenas, a donde el comunicador se había trasladado para darle seguimiento a uno de los litigios que estaba llevando en su calidad de abogado.
Como era de esperarse, ante la ola de violencia que se vive en la entidad y que ciertamente tiene crispada a una parte de la sociedad, las recriminaciones en contra de las autoridades estatales no se hicieron esperar en las redes sociales, acusándolas de ser las responsables de este homicidio o ejecución, y no faltó quienes alentaran a los mismos comunicadores de que había llegado el momento de salir a las calles para expresar un abierto repudio al gobierno por supuestamente maltratar a los periodistas, por intentar coartar la libertad de expresión, exigiendo el esclarecimiento de la muerte del comunicador, aunque es claro, nadie cayó en el garlito de salir a protestar aunque le duela al gremio periodístico la forma artera, ruin, y cobarde como privaron de la vida a Alejandro, por que lo primero que se debe hacer, es esperar la actuación de las autoridades, en este caso, de la Fiscalía General de Justicia Tabasco que ya abrió tres líneas de investigación para esclarecer este artero crimen que conmocionó a la sociedad y que fue repudiado a nivel nacional por diversas organizaciones periodísticas y de derechos humanos que exigieron el pronto esclarecimiento, conocer el motivo, causa o razón del porque se le privó de la vida al comunicador y que lleve a la detención de los asesinos.
El gobernador del estado Javier May, quien el pasado sábado al conocer este lamentable asesinato envió sus condolencias a la familia del extinto comunicador Alejandro Gallegos, ha reiterado este lunes durante su mañanera que su gobierno está pendientes de las investigaciones que realiza la fiscalía y que como lo ha venido reiterando no habrá impunidad para nadie, por lo que se tiene la certeza que este crimen se esclarecerá y se conocerán las causas por la que se cometió, porque su gobierno no esconderá ninguna información, sino que por el contrario, se hará público la parte que se pueda dar a conocer para no cometer errores en cuanto al debido proceso.
Con el asesinato de Alejandro Gallegos León, en lo que va de cuatro sexenios, desde el gobierno de Andrés Granier a la fecha se han cometido siete asesinatos en contra de comunicadores tabasqueño; en cada sexenio, fueron asesinados dos periodistas; dos en el gobierno de Andrés Granier, dos en el gobierno de Arturo Núñez, dos en el gobierno de Adán Augusto López Hernández, y ahora uno en el gobierno de Javier May, algunos de ellos relacionados con su actividad periodísticas y otros más, relacionados con su vida personal, algunos resueltos, con detenciones, pero siempre se mantuvo la duda sobre si esos gobiernos dijeron la verdad, si el móvil que se dijo era una realidad o se ocultaba información, y en otros casos no se resolvieron, porque no se pudo esclarecer el móvil muchos menos pudieron detener a los responsables por falta de una investigación rigurosa por parte de las autoridades encargadas de realizar las respectivas diligencias, por eso ahora ante el clima de violencia que se vive en la entidad, no falta quienes desde las sombras azuza a algunos compañeros del gremio de que es el momento de salir a protestar en contra de las autoridades porque son las responsables de proporcionar seguridad a los ciudadanos, como a los periodistas y que la muerte de Gallegos León va circunscrito a la ola de violencia que han desatado células de la delincuencia organizada.
Hay varias conjeturas o suposiciones sobre la forma artera en que fue asesinado nuestro compañero periodista, Alejandro Gallegos, pero son solamente eso, conjeturas o suposiciones, por eso es indispensable y necesario, les guste o no a algunas personas, dejar trabajar, dejar que realice su trabajo la Fiscalía General de Justicia de Tabasco para que realice las investigaciones que sean necesarias para establecer y conocer el verdadero móvil del crimen, y lo más deseable, el reclamo de la sociedad, que se detenga al o los verdaderos implicados, a los culpables materiales e intelectuales, porque los debe de haber, porque para haber cometido este crimen en forma alevosa, quien o quienes lo realizaron, debieron conocer las actividades del también abogado, que al decir con algunos de sus compañeros de trabajo, Alejandro les externó que viajaría a Cárdenas a realizar algunas diligencias con respecto a un asunto que estaba ventilan en dicho municipio, por eso se deduce que quien o quienes lo asesinaron sabían cual era su ruta por ese municipio y como interceptarlo, aunque también es probable que el extinto conociera a sus victimarios.
Durante la mañanera de ayer lunes, el Fiscal General, José Barajas Mejía, dio a conocer que se siguen tres líneas de investigaciones sobre el crimen cometido en contra del periodista Alejandro Gallegos León, la primera es en función de sus actividades profesionales como abogado, sobre los asuntos que litigaba, la segunda, está relacionada con su actividad periodística, donde se mantenía de bajo perfil y la tercera es lo relacionado en su actividad como consultor o asesor jurídico de una institución educativa (Alfa y Omega) en donde prestaba sus servicios, no se descarta que por cualquiera de estas tres actividades pudo ser asesinado, incluso que en la institución educativa donde laboraba, dada su papel como asesor jurídico, pudo haber afectado intereses, dejando entrever el fiscal que las investigaciones van por buen camino, existiendo la probabilidad de que pronto se logre esclarecer este asesinato.
También para las organizaciones periodísticas y de derechos humanos que han pedido que el asesinato del periodista Alejandro Gallegos fuera atraída por la Fiscalía General de la República, esa petición fue escuchada, pues ayer también se dio a conocer que la Fiscalía Especializada en delitos cometidos contra periodistas, ya atrajo el caso, ya le está dando seguimiento a este asesinato para que se tenga una mayor certeza de que habrá una buena investigación para llegar hasta el fondo y conocer si fue por su actividad periodística o por los otros trabajos por lo que fue asesinado el comunicador; la fiscalía estatal de Tabasco estará como coadyuvante de la fiscalía especializada aportando los datos que puede obtener de todas las investigaciones que se están realizando para conocer el móvil.
Ante las condiciones que se está viviendo en el estado, donde ciertamente existe incertidumbre por los hechos delictivos que se cometen a diario, el gobernador Javier May ha reiterado de que se combate la delincuencia y que en este caso no habrá impunidad para nadie, por lo que precisamente su gobierno el más interesado en que el asesinato del comunicador Alejandro Gallegos no quede impune, de que se conozca el móvil, de que se encuentre y se detenga al o los responsables para que la sociedad sienta que se está respondiendo ante sus exigencias de que existe justicia, como también el gremio periodístico que está agraviado pueda sentir alivio por el esclarecimiento de este artero y cobarde asesinato, pero es necesario esperar a que la Fiscalía prosiga con las investigaciones y logre resultados que se espera, para que ser haga una justa valoración si fue bueno o malo la actuación en las investigaciones que realizaron para esclarecer el crimen.
En enero de 2007, en el gobierno de Andrés Granier, el gremio periodístico se estremeció por la desaparición del periodista Rodolfo Rincón Taracena, que laboraba para el Diario Tabasco Hoy; extrañamente salió de las instalaciones del diario en donde incluso dejó su libreta de apuntes y su grabadora, y nadie supo de su paradero, hasta que años después al ser encontrada una casa de seguridad de Centro y detenido uno de los lideres delictivos que se dedicaba al tráfico de enervantes, se logró conocer que el comunicador había sido disuelto en ácido y que su muerte se derivó de su actividad periodística, pues semanas atrás había publicado un reportaje señalando una serie de “pocitos” o “puntos” donde se vendía la droga y eso propició su secuestro y su desaparición.
En septiembre de 2008, Alejandro Zenón Fonseca, mejor conocido como “El Padrino”, quien se tomó muy en serio lo del combate a la delincuencia organizada en el estado que encabezaba el gobernador, una tarde noche se decidió a colocar varias mantas en apoyo al combate contra los secuestradores y la delincuencia organizada. En la confluencia de las avenidas Ruiz Cortines y Paseo Tabasco (por el retorno) fue baleado por un sujeto (sicario) conocido como El Pony que posteriormente fue detenido, no se sabe si sigue preso o ya logró su libertad.
Lo que las autoridades callaron en ese momento, la entonces Procuraduría de Justicia, pero después se supo, es que fue un policía activo al servicio del grupo delincuencial de la última letra del abecedario, que era la que tenia presencia en la entidad, y que era encabezado por el comandante Mateo, el asesino del comunicador.
Por paradojas de la política, algunos detractores del gobierno de Javier May, que ahora denuncian que no puede con el combate a la delincuencia, ni pio dijeron cuando asesinaron a Fonseca, ni cuando bue baleado el general Fernández Solís donde murió uno de sus escoltas, no cuestionaron al entonces gobernador Granier, no lo hicieron porque eran funcionarios del gobierno granierista, como es el caso de Lorena Baurregard que ahora desempleada, se rasga las vestiduras en contra del gobierno Maycista, cuando no tiene calidad moral.
En febrero de 2016, la sociedad tabasqueña se cimbró al conocer del asesinato del empresario radiofónico y ex-diputado federal, Moisés Dagdug Lutzow; como era de esperarse no faltaron las voces discordantes que se lanzaron contra el gobierno de Arturo Núñez acusándolo de haber mandado a asesinar al ex-gobernador, incluso hasta la hermana del extinto cuestionó la actuación de las autoridades, hasta que varios videos, no editados, le fue mostrada a su familia, que prefirió callar. Aunque algunas voces argumentaron que el gobierno lo asesinó por ser un crítico del sistema gobernante, los videos mostraron la cruda realidad, había sido asesinado por problemas personales que las propias autoridades decidieron callar a petición de la familia.
Luego vendría la ejecución del comunicador radiofónico Juan Carlos Huerta Martínez, el 15 de mayo de 2018, que volvió a cimbrar a la sociedad tabasqueña y la condena a nivel nacional exigiendo el esclarecimiento de ese asesinato. Se resolvió a medias con la detención del asesino, pero en la camioneta del sicario iban dos personas. El gobierno de Núñez le quedó a deber a la sociedad pues no dijo si el asesinato de Huerta estaba relacionado con su actividad de comunicador o fue por otra índole, y ahí está pendiente en el aire la detención del otro sicario.
En febrero de 2019, en el municipio de Emiliano Zapata, un solitario sicario se acercó a la mesa donde Chuchín Ramos, conductor del noticiero en la radiodifusora local para asesinarlo. Su muerte fue relacionada con su actividad periodística, pero sigue sin esclarecer, pese al compromiso del gobierno de Adán Augusto López se llegar hasta sus últimas consecuencias, pues no se conoce quien lo asesinó, y quien o quienes ordenaron su ejecución.
Luego vendría la ejecución de la comunicadora Norma Sarabia, en junio de 2019 en el municipio de Huimanguillo a manos de sicarios que llegaron hasta la puerta de su casa para asesinarla. Se logró la detención de un comandante de la policía de la policía ministerial de nombre Uriel acusado de ser el autor intelectual de ese asesinato, pero de los sicarios nada se sabe. La actividad periodística de Norma fue el detonante para su asesinato.
Ahora en 2025 se comete el asesinato de Alejandro Gallegos León, que tendrá que ser investigado cono todo rigor para encontrar a los responsables, como para conocer si su asesinato está ligado a su actividad periodística, de abogado o de catedrático en una universidad privada. Lo cierto, es que no debe haber impunidad en torno a esta ejecución.
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