martes, 1 de agosto de 2023

INSEGURIDAD ALCANZA A MORENA

 


Los asesinatos de dos operadores políticos de dos de los aspirantes a la presidencia de la República por Morena, independientemente de cual haya sido el móvil, ha vuelto a demostrar la terrible inseguridad que se vive en el país, donde la delincuencia organizada sigue avanzando, a pesar de que el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador insista que se está bajando los índices delictivos con su estrategia de “abrazos y no balazos”.

El pasado 25 de julio, Zayma Soraya Zamora, conocida como Lady Pestañas  una de las promotoras políticas del aspirante presidencial Adán Augusto López Hernández, fue asesinada en Poza Rica, Veracruz, sin que hasta el momento se haya esclarecido el móvil del asesinato y hace apenas tres días, en Guerrero,  José Guadalupe Fuentes, operador político del candidato presidencial Marcelo Ebrard y su hijo José Manuel Fuentes, fueron asesinados supuestamente en un asalto para robarle sus pertenencias, pero independientemente del móvil, estos dos asesinatos se suman al índice de asesinatos que se vienen cometiendo en el país, hechos delictivos, que no ve, ni oye, el presidente de la República, cuyo gobierno ha superado en mucho al número de asesinatos dolosos que se cometieron durante el gobierno de Felipe Calderón, durante su llamada guerra contra los carteles de la droga, y de Enrique Peña Nieto, más los que se acumulen durante el año que le queda de gobierno a López Obrador.

A pesar de que muchas voces se han alzado exigiendo al presidente de la República que cambie su estrategia de combate a la delincuencia organizada, terco y obcecado a como es, una y otra vez se ha negado a realizarlo, aduciendo que su gobierno va bien en esa materia, que se está trabajando desde los cimientos, desde donde se genera este problema, porque están atacando las causas y no los efectos, pero ya se vio la inoperancia de su estrategia de seguridad que al paso que va, rebasará los más de 200 mil asesinatos dolosos en el todo el territorio nacional, lo que será una herencia de sangre y de muerte que deje a quien lo releve en la presidencia de la República.

Mientras que el aspirante presidencial Marcelo Ebrad Cassaubón, exigió en sus redes sociales a las autoridades de Guerrero el pronto esclarecimiento del asesinato de uno de sus operadores políticos y de su hijo, para saber a ciencia cierta el móvil de los crímenes, el otro aspirante presidencial, Adán Augusto López Hernández, guardó silencio no se pronunció por una investigación a fondo ante el lamentable asesinato de su colaborada, de la cual además, fiel a su costumbre de tirar la toalla, se deslindó, diciendo que apenas la conocía cuando en los primeros día de julio le había organizado una reunión en Poza Rica, en tanto que el gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García se concretó a informar que se ese asesinato se trataba de un ajuste de cuentas entre bandas delincuenciales que operan en la región, pero que se investigaría hasta sus últimas consecuencias.

Las declaraciones del gobernador de Veracruz, de que esa muerte es producto del enfrentamiento de grupos delincuenciales, le dan visos de credibilidad a la denuncia de grupos opositores al gobierno, que vienen sosteniendo que el gobierno federal no combate a los grupos delincuenciales porque Morena los utiliza para apuntalar los triunfos de sus candidatos a los gobiernos estatales, y que sin duda serán usados en las elecciones constitucionales de 2024 para intentar apuntalar el triunfo electoral de quien resulte candidato presidencial de ese partido,  porque no están dispuestos a soltar el poder, así tengan que pactar con el diablo.

Pero esto va más allá, reabre los señalamientos opositores de que vienen señalando que en este sexenio se puede cometer un magnicidio, tal como sucedió con el ex-candidato presidencial Luis Donaldo Colosio, quien fuera asesinado siendo candidato presidencial, y esto es en relación a Xochitl Gálvez, quien ha crecido como la espuma y se perfila para ser la candidata presidencial por el Frente Amplio por México, quien ha crecido como la espuma y ha propiciado ser objeto de ataques por el mismo presidente de la República, de allí que se cree que si llega a crecer de tal manera que rebase a quien resulte candidato presidencial de Morena, se podría cometer un magnicidio para que no les arrebaten el poder. 

Y es que con la aparición en la escena política de Xóchilt como aspirante presidencial las esperanzas del Frente Amplio por hacerse competitivo se vuelve real, al grado de que ya se apuesta a que puede  ganarle  la presidencia de la República al candidato que postule Morena, cuando hace apenas unos meses no tenían esperanza de consolidar una candidatura ganadora, pero la Senadora que ya rebasó la cifra de firmas requeridas para inscribirse en el proceso de selección de candidato presidencial  les ha dado ese aliento al ver como se le van sumando más y más liderazgos políticos, como de la sociedad civil. Xóchitl va creciendo rápidamente y es ahí donde radica el peligro, por eso hay voces que le piden que se cuida,  porque así como es atacada desde el púlpito presidencial, donde se alienta la división y el odio, podría sobrevenir un ataque de otra naturaleza, es decir, puede ser asesinada para quitarla del camino.

Pero regresando al tema central. Pareciera que a los aspirantes presidenciales de Morena, Marcelo Ebrard Cassaubón y Adán Augusto López Hernández,  ya los alcanzó el destino de la violencia, ya que mientras cómodamente desde sus oficinas en la cancillería y en la Secretaría de Gobernación, guardaron sepulcral silencio en torno a las miles y miles de muertes violentas que se han dado durante este sexenio de López Obrador, cuya cifra, sin estar en guerra ya superó a los muertos de Felipe Calderón que le declaró la guerra a la delincuencia organizada, pero en cuanto salieron a campo, en cuanto salieron a caminar al país para dar a conocer a sus militantes cuáles son sus aspiraciones, sus promotores han comenzado a ser asesinados, y sin importar el móvil de los crímenes, ya sea político, solo por robarle, o porque estaba ligado a un grupo delincuencial, o que se trate de debilitarlos en sus aspiraciones enviándoles mensajes de muerte, ya están sintiendo la terrible realidad que se vive en el país, la terrible realidad que han vivido decenas y decenas de familias que han visto cómo sus seres queridos han sido asesinados a manos de la delincuencia organizada, sin que los cuerpos policiacos responsables de brindarle seguridad a los mexicanos hagan algo para combatir a esa delincuencia, porque la política presidencial de “abrazos, y no balazos” les impide combatir a esos grupos delincuenciales que ya dominan gran parte del país.

De acuerdo a la última cifra estadística dado a conocer por el INEGI, en lo que va del sexenio de López Obrador, se han cometido 144 mil, 448 homicidios dolosos, en el gobierno de Enrique Peña Nieto se cometieron 90 mil, 393 asesinatos,  y con Felipe Calderón Hinojosa, fue de 69 mil, 282 muertes dolosas, lo que demuestra que hay una abismal diferencia de más de 54 mil muertos  entre el gobierno de Calderón y de AMLO, lo que indica que el actual plan presidencial ha fallado, que no se está atacando ni las causas, ni los efectos, porque si con Felipe que declaró la guerra a la delincuencia organizada hubo menos muertes que en el actual gobierno, eso significa que la política de “abrazos y no balazos” ha sido un rotundo fracaso y pese a ello el presidente López Obrador se ha negado a cambiar su estrategia, ¿por qué será?.

Pero las cifras del INEGI, que también ha reconocido que ha pagado derecho de piso para que sus censadores puedan realizar su trabajo en zonas rurales, es conservadora, porque hay otras organizaciones nacionales e internacionales que han reconocido que durante el actual sexenio en realidad se ha cometido más de   

161 muertes dolosas, en el gobierno de Peña Nieto fue de108 mil, mientras que en el gobierno de Felipe Calderón la cifra llegó a 85 mil muertes dolosas, lo que eleva aún más, la cifra de diferencia, más de 80 mil muertes dolosas. Y la pregunta obligada, ¿por qué si con Felipe Calderón, que desató la guerra contra los carteles de la delincuencia organizada, que se desató el baño de sangre y muertos la cifra de muertes dolosas es mucho menor que en el actual sexenio cuando existe paz, cuando se le tendió la mano a los grupos delincuenciales?, esto indica que la política de seguridad implementado desde Palacio Nacional, no ha funcionado como se esperaba, que los muertos los está poniendo la población mientras esos grupos avanzan, tal a como lo ha dado a conocer el gobierno americano de que el 81 del territorio nacional está copado por la delincuencia que goza de cabal salud.

La delincuencia organizada ya tocó a Morena, al  menos así se demuestra con los asesinatos de los operadores políticos de Marcelo Ebrard y Adán Augusto López, éste último es el más afectado, tal parece que los astros se le desalinearon, ya si de por sí ya venía en caída libre, ahora se le aleja aún más la posibilidad de obtener la candidatura presidencial, puesto que  además de la muerte de una de su operadora política a quien negó conocer pese a que le realizó un evento en Poza Rica, Veracruz, también uno de sus operadores financieros, quizás el más importante, murió en extrañas circunstancias cuando la avioneta donde viajaba se desplomó en aguas Veracruzanas, y tan le dolió la muerte de Daniel Flores, que suspendió su gira de trabajo que tenía programado para ese día. El día de su muerte Daniel Flores había acompañado a Adán Augusto al menos a dos de sus eventos, como se aprecia en las fotografías que circularon en redes sociales, sin saber que la muerte ya lo rondaba.

Independientemente sobre los móviles de estos crímenes que ha tocado a dos corcholatas de Morena, que también pudiera ser político, aunque uno, ya aseguró el gobernador de Veracruz que es ajuste de cuentas entre la delincuencia organizada que opera en ese estado, que pudo ser el motivo por el que se deslindó López Hernández de no conocer a Zaym Soraya, no deja de ser preocupante la alta inseguridad que se vive diariamente en todo el país, aunque el presidente por esa forma terca, obcecada y obstinada de gobernar, como Gabino Barrera, que no entendía de razones, una y otra vez insista en que su plan de seguridad es un éxito, pero quizás solo en su mente, porque este rubro se ha convertido en su talón de Aquiles, que está provocando que decenas de personas volteen los ojos a otras opciones políticas para ver si hay un cambio en esta equivocada estrategia de “abrazos, y no balazos”, para que se vaya recobrando la tranquilidad en el país, y quizás por eso, con el surgimiento de la de Xóchitl Gálvez como aspirante a la candidatura presidencial por el Frente Amplio por México, rápidamente va ganando consenso entre la población.

                                              OJITOS

En Tabasco, las mismas rémoras del pasado, que aprovechan cualquier circunstancia para montarse en los escenarios políticos ya están pensando en la conformación de un frente cívico para apoyar la aspiración de Xochitl Gálvez rumbo a la candidatura presidencial del Frente Amplio por México. 

Si este frente lo constituyen los mismos de siempre, los que están esperando una coyuntura para montarse en el escenario político y ser los principales protagonistas, el augurio del fracaso los rondará, porque ya están quemados, y en este frente lo que se necesita son caras frescas, son nuevos actores políticos con calidad moral y no los mismos de siempre, que solamente quieren aprovechar las circunstancias para sacar raja política, pues son chiles de todos los moles. Esperemos que por el bien de ese frente cívico, esas caras frescas sean las que vayan al frente, y no los mismos se siempre que ya son cartuchos quemados en la política, porque si hay ciudadanos deseosos de un cambio en el gobierno en el país y en el estado, al ver a los mismos de siempre, simplemente no le entrarán. Si no entienden, pues allá ellos.


  

   

    

              

          

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