lunes, 19 de junio de 2023

CHELO CANO, UN RAPAZ

 


Publicitado como el mejor presidente municipal que durante más de veinte años ha tenido la Atenas de la Chontalpa, al llegar por la vía independiente y que en su gobierno municipal, no se roba, no se trafica con el poder y que no se le exige a los constructores la conocida mochada por realizar una obra pública, el presidente municipal Jesús Abraham Cano González terminó por morderse la lengua, pues al menos en dos casos ha metido la pata hasta el fondo por lo que está dando la pauta para que el Organo Superior de Fiscalización del Congreso local, en manos de los contrarios del legislador Mario Llergo Latournieri de quien el alcalde se ha convertido en un incondicional, un arrastrado, le realice una auditoría para fincarles responsabilidades penales y administrativas por derrochar el erario público.

El Chelo Cano, quien se jacta de realizar un gobierno transparente como una caja de cristal, y de que en su gobierno municipal no cabe la corrupción, porque solamente él la practica, le entró la ambición por el dinero fácil, y esto puede ser entendible, pero no permitible, ya que si de vendedor de chácharas y perfumes baratos  se convirtió en presidente municipal, es ahora o nunca cuando tiene que hacer su “cochinito” para cuando deje el cargo público, porque a pesar de que está arrimado al legislador morenista Mario Llergo de quien es un servil dejando en entredicho que sea un verdadero alcalde independiente porque ya está al servicio de un partido, es difícil que pueda obtener otro cargo público.

Independientemente de que ya se le venía señalando de que es un alcalde corrupto, que navega con bandera de corderito manso pero que ha resultado un  buitre para el dinero, que obtiene por la vía de la dirección de obras públicas, independientemente del que recibe de reglamentos, tránsito, y policía municipal que le aportan menos recursos, en su momento fue cuestionado por el semanario Plural que edita en Cunduacán el colega Alejandro Landeros, por haber facturado más de 700 mil pesos en la reconstrucción de la delegación municipal de la comunidad La Lucha, cuya inversión no rebasaba los 500 mil pesos, y ya no se diga su miserable actitud, su ingratitud, su falta de hombría de hablarle de frente al que fuera su coordinador de campaña, Raúl Espitia Grijalva, quien durante las dos incursiones como candidato a la alcaldía, puso hasta su vehículo y dinero para promocionarlo y a cambio le pagó con una traición, al despedirlo de fomento económico, pero sin avisarle, sin llamarlo a su oficina para decirle que tenía que dejar el cargo, prácticamente despedirlo, sino que entero que ya había otro director en su lugar, sin que a él le pidieran la renuncia por lo que decidió demandar al ayuntamiento por despido injustificado, porque hay antecedentes que otros funcionarios despedidos arbitrariamente, han ganado la demanda. Ese es el verdadero rostro, de la ignominia, de quien se hace pasar como un alcalde noble, de quien se viste con piel de cordero pero que ha resultado un lobo, es dado a traicionar para no cumplir con los compromisos contraídos.

Los dos hechos, por lo que el Chelo Cano solito se montó en un barril de pólvora, es el haber tirado a la basura, la inversión, el dinero público en obras que inició la administración de Nidia Naranjo Cobian y que dejó inconclusa como es la construcción de un panteón público, en donde ahora el alcalde edifica  una deportiva, el segundo asunto, es la entrega de recursos público a un constructor para que en la propia propiedad privada donde edifica un conjunto habitacional privado, con recursos económicos del ayuntamiento, el mismo constructor, construya el parque público; así de grande es la soberbia del Chelo Cano que puede destinar dinero para los particulares.

Vayamos por partes: a finales de mayo de este año surgió un problema en Cunduacán, cuando el Chelo Cano detonó en sus redes de que se iniciaría la construcción de una unidad deportiva en Huacapa y Amestoy, nada más que el problema, es que en ese mismo lugar, en una fracción de terreno,  que forma parte de un rancho de 48 hectáreas del ayuntamiento y que en otro trienio se había concesionado a un particular para construir una universidad privada, fue rescatado por el gobierno de Nidia Naranjo, quien a pesa de encabezar un gobierno insensible y necio, supo valorar  ante la necesidad que están viviendo los cunduacanenses en la cabecera municipal, por la falta de un nuevo panteón, ya que el actual está saturado, por lo que con la aprobación de los 14 regidores que integraban el cabildo aprobaron la construcción de un nuevo panteón, por lo que se destinaron recursos públicos para su inicio y fue el entonces gobernador Adán Augusto López Hernández, quien acudió junto a la alcaldesa a poner la primera piedra de lo que sería el nuevo panteón, por lo que se iniciaron los trabajos.

El tiempo no le alcanzó a la alcaldesa para realizar por completo esa obra aprobada por el cabildo, pero según los conocedores le invirtió cerca de dos millones y medio de pesos, pues se está edificando una capilla y levantando la barda perimetral en la parte de adelante, por lo que se supone que la siguiente administración lo concluiría.

Claro, llegó un alcalde independiente, que en su loco afán de notoriedad y para demostrar que en su gobierno municipal está desterrado los actos de corrupción, comenzó a realizar pequeñas obras en comunidades otras administraciones dejaron en completo abandono, por lo que se ganó el mote de ser el mejor alcalde de la Atenas de la Chontalpa, el alcalde que durante más de veinte años le hacía falta a ese municipio, pero pronto sacó el cobre.

Así de repente, el Chelo Cano anuncia que se construirá una unidad deportiva en Huacapa y Amestoy, en la misma fracción de terreno donde el anterior trienio había iniciado la construcción del nuevo panteón para lo cual ordena demoler la incipiente obra, argumentando que el cabildo, le había autorizado la construcción de una unidad deportiva, que era una gran necesidad por encima de cualquier panteón, ya que le serviría a los jóvenes y a toda la ciudadanía para realizar ejercicios y alejarse del vicio de las droga y el alcohol, y ¿los muertos, podrían esperar para después, podrían seguirlos enterrando en comunidades cercanas a la cabecera municipal ´porque en el panteón municipal no cabe ni un alfiler.

Ante los cuestionamientos ciudadanos, pues ni los regidores de los partidos políticos representados en el cabildo no hicieron ni pío, no protestaron, no dijeron esta boca es mía,  porque la untada  de manos estuvo buena como para aprobar un nuevo decreto municipal y dejar sin efecto el anterior y de un panteón pasar a una deportiva, el alcalde salió al paso de sus detractores para decir que el anterior trienio comenzó a realizar una obra sin contar con los permisos de construcción, ni con el estudio de impacto ambiental por el daño que le podría causar a la comunidad por la cercanía del panteón, cuando el panteón municipal que está lleno, está en la plena ciudad y nadie dice nada, sobre si los vecinos están siendo afectados por los muertos, y hasta inventó que el manto freático estaba a ras de suelo cuando los conocedores del lugar afirman, que el manto freático estaba muy por debajo del nivel de profundidad donde se sepultan a los muertos, pero el alcalde nada dijo sobre el haber tirado al cesto de la basura la inversión pública realizada por Nidia, como parte del sello que impone, quien llega a la presidencia municipal para sepultar a su antecesor.

En realidad al Chelo Cano le interesaba realizar una unidad deportiva, en vez de un panteón, en la comunidad de Huacapa y  Amestoy, no porque le interesara la juventud, sino porque la inversión es millonaria, ya tenía al constructor amigo de él, que le había adelantado el veinte por ciento del valor de la obra, y por eso la urgencia de sepultar al panteón para dar paso a la unidad deportiva, y dirá que esto es mentira, que no hay prueba, claro, tonto sería aquel alcalde que deje huella de los cochupos que realizara, tonto sería si recibiera en sus manos el dinero del veinte por ciento porque para eso tiene enviados que serían los embarrados si todo sale mal, en fin al alcalde de Cunduacán le ganó su voracidad.

Pero del otro asunto, que les voy a platicar a continuación, ahí están las pruebas fehacientes de como El Chelo Cano desvió recursos públicos, donde además existe tráfico de influencias y de intereses, para beneficiar a un particular, y este particular, sin más recato, poniendo en entredicho el apellido que su padre a cuidado durante tantos años, el mismo realizó la obra, un parque en su propio desarrollo inmobiliario, pero en vez de hacerlo con su dinero, utilizó dinero público.

Mediante acta de la décima segunda sesión extraordinaria del cabildo de Cunduacan, celebrada el 22 de agosto de 2024, el alcalde de Cunduacán, Jesús Abraham Cano González, concedió el 7 de noviembre de ese mismo año el contrato CU-121-K240-PARK-2022, a la empresa URBAREA S.A.  de CV, propiedad del arquitecto Adriel Taracena Blé, por procedimiento de adjudicación directa por un monto de $1 millón, 684, 033.10 pesos para la construcción de un parque recreativo en el fraccionamiento Torino, proyecto desarrollado por la misma empresa inmobiliaria URBAREA S.A. de C.V. 

El fraccionamiento Torino es un conjunto inmobiliario desarrollado por Adriel Taracena con su propia empresa URBAREA S. A. de C. V. y como tal,  cualquiera, como un centro de recreación, de diversión o de esparcimiento como un parque público debe correr a cargo del fraccionador y no del ayuntamiento porque entonces hay una evidente desviación de recursos públicos.

La obra la realizó el hijo del recién nombrado ciudadano distinguido de Cunduacán durante la feria estatal, Heberto Taracena Ruíz, ambos amigos íntimos desde hace años del alcalde Jesús Abraham Cano González. El desarrollo inmobiliario es un bien particular, es de su propiedad para venderle al público, por lo que prácticamente al concederle el contrato para realizar un parque público con dinero del ayuntamiento, es una inversión que se está realizando para darle plusvalía a su propio proyecto habitacional y de terrenos comerciales, pero con dinero público, lo que constituye una ilegalidad.

Seguramente esta es una más de las inversiones del alcalde con dinero público, que le vienen señalando de realizarlo en forma irregular, mientras El Chelo se jacta de que sus detractores no tienen pruebas de sus dichos, inversiones que posteriormente acostumbra a cobrarse con propiedades en esos desarrollos inmobiliarios a través de prestanombres. 

En conclusión, aquí el alcalde le regala más de millón y medio de pesos de presupuesto público amigo suyo, para que éste construya un parque en su propio proyecto privado para vender más caras sus casas y obtener mayores ganancias, que posiblemente compartirá con su entrañable amigo de juergas.

Este caso da para más, pues debe intervenir el Organo Superior de Fiscalización para detectar esta irregularidad, sobre todo ahora cuando Mario Llergo por conducto de su cuñada decidió agraviar al Congreso con aquello de la petición de que se le hiciera una auditoria pues Hirám Llergo anda como Santa Claus, departiendo despensas, medicamentos y hasta dinero, pues creen que el municipio de Teapa es herencia cuando ellos son de Playas de Catazajá, y el Chelo Cano forma parte de esa cuadra, pues de independiente no tiene nada al convertirse en el servil del diputado Mario Llergo, conocido como El Perro Llergo. El contrato asignado a Adriel Taracena Ble, para que haga negocio  redondo fue firmado por el Comité de la Obra Pública Municipal, arquitecta Karla Nohemí Vinagre Ruiz, en su calidad de presidenta; fungiendo como testigos, Luis René Escobar Zardoni-¿se acuerdan de su pasado negro en anteriores trienios en Cunduacan?- en su calidad de vocal del comité y por Oscar Alberto Azcona Priego-que tiene su pasado pecaminoso en el  ayuntamiento de Centro- en su calidad de vocal, y desde luego firmó el contratista.

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