lunes, 30 de agosto de 2021

UN CHALAN COMO GOBERNADOR

 

OJO VISOR

Jacinto López Cruz

Jaclop62@hotmail.com


Como no se había dado en sexenios anteriores, en una forma desaseada y burlándose de la clase política con la que gobernaba a los que chamaqueó vilmente, sin ninguna necesidad, el ahora secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández impuso a su chalan como gobernador de Tabasco para demostrar que solo sus chicharrones truenan y que quienes actúan con servilismo son los que merecen ocupar los mejores cargos, quedando atrás quedó el currículum de quienes han hecho carrera política y que tienen mejores cartas credenciales.

Carlos Manuel Merino Campos, ahora embestido como gobernador de Tabasco, ha sido durante años el chalan del secretario de Gobernación, el de los mandados, el que asaba las carnes y servía las bebidas cuando al nuevo inquilino de Bucareli realizaba fiestas en su quinta allá por el aeropuerto, por lo que en premio a su servilismo, lo hizo su suplente como diputado local y luego cuando solicitó licencia por unos meses fue diputado al Congreso local y lo mismo cuando Adán Augusto López fue Senador de la República, al solicitar licencia al cargo su suplente, Merino, asumió la titularidad en el Senado, pero esos cargos fueron menores comparado con una gubernatura, donde el responsable debe tener tablas y manejo político para la buena conducción de un estado, porque de lo contrario los problemas le estallaran en las manos.

la clase política  morenista, la que gobernaba con Adán Augusto López Hernández, está molesta, resentida y con justa razón, aunque nunca lo van a expresar públicamente y se conformaran con darle su apoyo al gobernador Merino Campos de dientes para afuera, aunque por dentro se los esté llevando el carajo, están resentidos porque el secretario de Gobernación actuando con enorme soberbia y arrogancia, usó toda su rudeza para imponer cono gobernador a su chalan, al que le hacía los mandados, precisamente para que le cuide el cargo, por aquello de que si llega a fallar  en Gobernación se regresa a terminar de gobernar, el mensaje es claro, quiere mascar con los dos cachetes, quiere estar en Gobernación y seguir mandando en el estado, y eso solamente lo podía hacer con un incondicional a ultranza y no con un político tradicional, porque corría el riesgo de ser traicionado a como cuenta la historia política de Tabaco que hizo el extinto José María Peralta López, quien había quedado de gobernador interino porque González Pedrero se había ido a la campaña de Carlos Salinas de Gortari y cuando no le dieron un cargo de importancia quiso regresar a gobernar y ya no pudo, no se le permitió porque su licencia en vez de ser temporal por un error se convirtió en licencia definitiva, y aparte porque Chemita, quien,  cuando se enteró que sería gobernador interino expresaría “un año es un año”, también hizo lo propio para que González no regresara al cargo.

Sin ninguna necesidad, pero eso si envilecido de poder, el ahora secretario de Gobernación jugó rudamente con cada uno de los posibles aspirantes a relevarlo en el gobierno estatal, una vez que el presidente de la Republica, Andrés Manuel López Obrador en la última “mañanera” que realizó en Tabasco, confirmó que había invitado al entonces gobernador Adán Augusto López Hernández para que se fuera a colaborar con él, en un cargo en la administración federal, por lo que a partir de ahí comenzaron a correr las especulaciones políticas sobre quien sería su relevo en la gubernatura.

Nombres iban y nombres venían, mientras en el entonces gobernador mandaba señales políticas equivocadas, que quienes eran apapachos e invitados por el gobernador a sus iras por los municipios, ya daban como un hecho que ellos serían los ungidos y que solamente había que esperar el momento en que fuera llamado por el presidente de la Republica para irse a colaborar a una secretaría  de cuando recibirían la invitación para hacerse cargo del gobierno estatal, por la que estaban dispuestos a sacrificarse así fuera 60, 120 días o un año, porque como dijera Chemita Peralta “un año, es un año”, el nombre de Carlos Manuel Merino Campos no aparecía por ninguna parte, sobre todo, cundo los demás funcionarios del gabinete estatal le queda claro que Merino siendo super delegado de Bienestar se le hizo bola el engrudo con las inundaciones ya que se enredó  y no pudo establecer un mecanismo para proporcionar los apoyos a las personas damnificadas por lo que tuvo que bajar el propio secretario de Bienestar, Javier May, al que también le hicieron trampas con las marchas y plantones para intentar evidenciarlo, pero fue este quien le dio viabilidad a los apoyos que se comenzaron a entregar para salir del atolladero en que los había metido el mismo gobierno estatal.

Luego entonces hay funcionarios del mismo gabinete estatal que se preguntan,  que si Carlos Manuel Merino Campos como súper delegado de Bienestar no pudo con el paquete de las inundaciones y lo tuvieron que auxiliar, como rayos le hará para gobernar un estado que de nada en la pobreza, que está fragmentado, con cientos y cientos de problemas, y la corrupción a todo lo que da, porque si no sabe operar el estado se le puede despedazar en las manos, al menos coinciden que Merino era el menos indicado para el cargo de gobernador donde se necesita a un político con muchas tablas.

El ex-gobernador de Tabasco, Adán Augusto López Hernández aplicó una rudeza innecesaria a la clase política que el mismo invitó a que lo ayudaran a gobernar, los chamaqueo a todos hasta el último momento para imponer a su chalan, a su incondicional,  que con todo respeto no tiene más méritos que su servilismo, que no tiene las tablas políticas de Enrique Priego Oropeza, de Jaime Lastra Bastar, de César Raúl Ojeda Zubieta, de José Antonio de la Vega Asmitia y vaya hasta de Emilio Contreras de Escobar, a quienes jugueteó, a quienes utilizó, a quienes vilipendió y desprecio, cualquiera de ellos haría mejor papel como gobernador de Tabasco que Merino Campos, a quien hasta ahora le está quedando grandísima la silla de Plaza de Armas, hasta que demuestre lo contrario.

En los días previos a su salida del gobierno estatal, sin que hubiera necesidad, Adán Augusto López hizo gala de todo su poder, comenzó a placear por las plazas públicas a sus posibles sucesores en la gubernatura, ¿qué les decía?, solamente ellos lo saben, se creía que por ser cabeza del grupo gurriista-hankista al cual también pertenece Adán Augusto, y ya con probada capacidad para gobernar el estado, pues ya había sido gobernador interino, existía todas las posibilidades de que Enrique Priego Oropeza fue designado otra vez gobernador interino de Tabasco, al actual magistrado presidente del Tribunal Superior de Justicia, nadie, pero nadie le podía regatear que no tuviera capacidad para gobernar, si era magistrado era porque había pasado el filtro lopez obradorista para estar en ese cargo.

También Jaime Humberto Lastra Bastar, quien pasó el filtro presidencial para ser funcionario en la administración estatal y ahora es diputado local electo y próximo presidente de la Junta de Coordinación Política de la legislatura que en unas horas protestará para convertirse en legislador, era otro de los prospectos a relevar en el cargo a Adán Augusto López, tablas políticas tiene, amistad tiene, capacidad para gobernar un estado lo tiene, su cercanía con el entonces gobernador era innegable, por eso se le consideraba cono otro de los fuertes prospectos para ser gobernador interino, además de que pertenece al  mismo grupo político.

Cesar Raúl Ojeda Zubieta, quien en diversos eventos fue placeado por López Hernández, se le veía cara de felicidad, por lo que esa cercanía no le dejaba lugar a dudas a sus seguidores que sería ungido gobernador interino de Tabasco para cumplir su viejo sueño, además ya se lo debían, ya era justo y necesario, por lo que pataleó hasta el último momento y el desencanto no se hizo esperar, no estuvo en el ánimo gubernamental, mucho en el ánimo presidencial y su oportunidad de gobernar Tabasco se le esfuma. Ojeda Zubieta no es santo de mi devoción, pero sin duda pudo ser mejor gobernador interino que Merino Campos y aunque Ojeda lo va a negar, es claro que está resentido, ya se sentpia gobernador interino, pero fue chamaqueado vilmente por el secretario de Gobernación, quien lo utilizó, quien lo exhibió y le hizo crear falsas expectativas de que podía ser gobernador y luego se siguió promocionando para ser secretario de Gobierno, pero tampoco lo dejaron pasar.

Emilio Antonio Contreras Martínez de Escobar no cabía de felicidad al lado de Adán Augusto López, su amigo de toda la vida, se le había escapado la posibilidad de ser el coordinador de la fracción parlamentaria de Morena para convertirse en el presidente de la Junta de Coordinación, pero cuando vino el anuncio presidencial de que  el entonces gobernador se iba, le creció la posibilidad de que podía ser el sucesor, pero no, tampoco estaba en los planes del señor que al estilo del emperador Romano Calígula-Cayo Julio César-que estaba ciego de poder y quiso hacer Senador a su Caballo, ya tenía planes para que su chalán, se convirtiera en gobernador, pero se lo tenía reservado hasta el final de su salida del gobierno.

En los años 80´s cuando un grupo de jóvenes tabasqueños estudiaban sus respectivas carreras y se inspiraban en los grandes políticos que triunfaban en el altiplano como Nicolás Reynés y Salvador Neme Castillo, tres jóvenes alentaron sus esperanzas de que algún día gobernarían su estado, haciéndose un compromiso-una especie de juramento- que los tres se apoyarían a pesar de las circunstancias adversas que se pudieran presentar para que se convirtieran en gobernador.

Adán Augusto López Hernández, Manuel Andrade Díaz y José Antonio de la Vega Asmitia sellaron su pacto de convertirse en gobernador; dos de ellos ya lo fueron, y solamente faltaba uno, José Antonio de la Vega Asmitia, quien ante la licencia que presentaría el gobernador, Adán Augusto López, tenía ante sí todo el panorama para concretar su sueño, pues siendo secretario de Gobierno, de acuerdo a la Constitución Política del estado, era el indicado para asumir el cargo de gobernador interino, una vez que el Congreso local aprobara la licencia pero no, no fue así, otra vez la rudeza innecesaria, pudo más la rudeza de su compadre y amigo el todavía gobernador, quien por la tarde noche que se conoció de su nombramiento como secretario de Gobernación, le dio indicaciones de que renunciara a su cargo, porque se iría con él a la secretaría de Gobernación donde tendría otro cargo, ni siquiera el juramento que hicieron como estudiantes le bastó a Adán Augusto López para cumplirle el sueño de gobernar a Tabasco a su José Antonio de la Vega, quien con la amargura reflejada en su rostro le confió a sus propios amigos que se tenían que ir, y que él se iría a la ciudad de México a ocupar otro cargo.

Eta fue la mayor oportunidad que tuvo José Antonio de la Vega para convertirse en gobernador interino, no creo que exista otra posibilidad, la primera fue en el gobierno de Núñez donde lo mandaron a competir internamente y Gerardo Gaudiano le arrebató el sueño de ser candidato al gobierno por eso decidió apoyar a su compadre Adán.

Ahora como secretario de Gobierno, José Antonio de la Vega pudo convertirse en gobernador interino de Tabasco, pero tuvo que renunciar para que Merino Campos por unos minutos fuera secretario de Gobierno para cumplir con la ley y ser ungido gobernador. Los actores políticos morenistas se sienten agraviados, están molestos, pero nadie lo externará fueron chamaqueados burdamente por el secretario de Gobernación quien en forma soberbia y desaseada se impuso.

  

 

 

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