miércoles, 2 de octubre de 2013

CRISIS LEGISLATIVA

 Apenas el pasado domingo durante su primer informe de labores como diputado federal, Juan Manuel Fócil Pérez, había llamado a los perredistas a cerrar filas y mantener la unidad en torno al gobernador del estado, Arturo Núñez Jiménez y en menos de 48 horas diputados integrantes de su tribu (focilista), decidieron fracturar esa  “unidad interna” al interior del Congreso local, amenazando que si no se va el presidente de la Junta de Coordinación Política, Rafael Abner Balboa Sánchez, se separarán de la fracción parlamentaria del Partido de la Revolución Democrática (PRD) para conformar otra fracción alterna. Si bien es cierto al interior del Congreso local hay una total inconformidad por parte de las fracciones parlamentarias que la integran, por la falta de transparencia y rendición de cuentas del presidente de la Junta de Coordinación Política, Rafael Abner Balboa Sánchez,  por la forma en que se ha ejercido el presupuesto asignado para este año por más de 330 millones de pesos, pero en especial,  por la ampliación presupuestal de 30 millones de pesos que recibió casi subrepticiamente  y que no ha sabido explicar en que lo invirtió,  lo que originó que el pleno aprobara por unanimidad un punto de acuerdo para que el titular del Organo Superior de Fiscalización, José del Carmen López Carrera, comparezca ante los legisladores el próximo 29 de octubre, la fracción parlamentaria perredista que siempre pregonó su unidad interna (según Rafael Abner y Francisco Javier Cabrera) ya se vio que era sostenida con alfileres porque ahora los legisladores focilistas han decidido pasar de las palabras a los hechos, o se va el presidente de la Junta o se deslindan de la fracción perredista para constituir otra. Fue el diputado por el municipio de Cárdenas, Rafael Acosta León, quien ayer  abrió fuego en contra de su líder y presidente de la Junta de Coordinación Política al advertir que un grupo de legisladores perredistas han propuesto separarse de su fracción parlamentaria para crear una alterna, ante la falta de transparencia y deshonestidad de Rafael Abner Balboa Sánchez. “Este señor (Rafael Abner) ya no es de fiar, ni es garantía de que esté al frente de la fracción parlamentaria”, afirmó ante los reporteros que cubren la fuente legislativa el diputado Rafael Acosta León, integrante de la tribu focilista, quien reconoció que al separarse de la fracción parlamentaria del PRD se estén declarando independientes o que vayan a renunciar a su militancia, sino que es simple y sencillamente desconocer a su coordinador parlamentario y presidente de la Junta de Coordinación Política porque no ha querido cambiar de actitud y hace todo para no transparentar los recursos públicos del Congreso local lo que indica que es una persona deshonesta que ya no puede seguir en el cargo. El legislador por Cárdenas no habló en término personal sino que lo hizo a nombre de un grupo de sus compañeros de bancada que integran la tribu focilista en el Congreso local, lo que indica que pese al discurso del pasado domingo del diputado federal del PRD, Juan Manuel Fócil, que encabeza esa tribu, su llamado a la unidad en torno al gobernador Núñez, no fue  más que una parte de la doble moral que lo caracteriza,  porque sediento de poder y dinero, los focilistas  no van a detenerse en falsas poses de unidad, hasta no ver rodar la cabeza del presidente de la Junta de Coordinación Política, pues a toda costa quieren quedarse con la presidencia de la Junta de Coordinación empujando a la legisladora Casilda Ruiz Agustín para que llegue a ese cargo. Independientemente que de acuerdo a la Constitución y demás leyes exista la separación de poderes en nuestro país y en cualquiera de los estados que integran el pacto federal, en la práctica política el Poder Legislativo  está ligado al Poder Ejecutivo, entre quienes tiene que haber concordancia para poder realizar todas las reformas, adecuaciones o adiciones a las diferentes leyes de la entidad, de tal manera que lo que pasa en el legislativo repercute en los otros poderes (Ejecutivo y Judicial)  porque es una caja de resonancia; por eso en cualquier Congreso debe cuidarse no violentar los ordenamientos legales, no transgredir sus propias normas internas, conducirse con transparencia en el manejo de los recursos públicos y mantener la gobernabilidad interna con las diferentes fracciones parlamentarias, utilizando el diálogo y la conciliación política para evitar enfrentamientos, fracturas o divisionismos internos, en un claro mensaje a la sociedad de que quienes calificarán las cuentas públicas de los otros Poderes, internamente están  cumpliendo con sus responsabilidades en un claro respeto a las leyes. Es claro que al interior del Congreso local prevalece la anarquía, el desorden, la falta de transparencia en la rendición de cuentas y la nula coordinación política entre el grisáceo presidente de la Junta de Coordinación, Rafael Abner Balboa con los diputados que integran las fracciones parlamentarias, y que esto no abona al trabajo que viene realizando el gobernador del estado, Arturo Núñez, pero ahí, cuando menos, ser sostenía con alfileres esa ficticia unidad perredista, pero apenas pasaron unas horas del discurso político de la cabeza de la tribu focilista llamando a la unidad en torno al gobernador, y ya sus  diputados en el Congreso local sacaron sus hachas de guerra para tumbar la cabeza de su coordinador parlamentario, lo que demuestra que utilizan una doble moral, diciendo una cosa, pero en los hechos hacen otra, de tal manera que la crisis del Legislativo afecta el Ejecutivo, entonces ¿a cuál unidad llama Fócil?. Los diputados focilistas que podrían separarse de la fracción perredista, sin renunciar a su militancia, sino más bien para desconocer a Nesho Balboa como presidente de la Junta y su coordinador parlamentario, son: Rafael Acosta León, de Cárdenas; Uriel Rivera Ramón, de Nacajuca; Tito Campos Piedra, de Cunduacán; Olegario Montalvo Navarrete, de Centla; Alipio Ovando Magaña, de Comalcalco; Casilda Ruiz Agustín, de Centro y Francisco Javier Cabrera Sandoval, de Jalpa de Méndez.                                            OJITOS        El término “corrupción” es una palabra fuerte que contiene una connotación que no deja duda acerca de su negatividad ética y que a pesar de ello califica comportamientos que desgraciadamente se han naturalizado por su repetición sistemática. Una repetición que va generando, además, en el plano de la cultura política, una de las perversiones éticas más dañinas: el cinismo social, basado en la presunción de que toda la gente es real o potencialmente corrupta y que, por lo tanto, más vale ser uno mismo el que se aproveche de las oportunidades de lucro ilícito, pues de otra manera alguien más va a hacerlo, preciso el gobernador del estado, Arturo Núñez Jiménez, durante su participación en la inauguración del Foro Internacional para prevenir la corrupción que duró dos días (lunes y martes), organizado por el Gobierno del Estado, la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el Instituto Nacional de Administración Pública, el IAP-Tabasco y la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT). En el evento, el gobernador externó que la corrupción es uno de los lastres mayores de la vida pública nacional y que ha causado daños enormes a la salud de la República y de sus entidades federativas, por lo que se puede afirmar que las democracias contemporáneas, y México no es la excepción, enfrentan hoy diversos retos ligados a la consolidación de un efectivo Estado de Derecho. Con mayor o menor éxito, en distintas circunstancias se ha intentado construir una forma de gobierno basada en el imperio de la ley, la transparencia de la gestión pública, la efectiva rendición de cuentas de los gobernantes, la división de poderes leída en clave de contrapesos y vigilancia recíproca entre ellos, así como en el cabal funcionamiento de las instituciones encargadas de procurar justicia y abatir la impunidad. Y basada también, evidentemente, en la socialización de una efectiva cultura de la legalidad tanto entre las élites políticas como en el conjunto de la ciudadanía. Reiteró que en términos esenciales, la corrupción es un atentado directo o indirecto contra la calidad de vida de las personas cuando no contra su supervivencia misma. Sobre todo en coyunturas de desastre natural como las que hemos vivido recientemente, salen a la luz los efectos de autorizaciones y permisos indebidos que permitieron edificar ahí donde no se debía, o que dieron vía libre al uso de materiales de mala calidad en obras diversas que ahora aparecen colapsadas. Por eso, frente al atentado contra el interés público y el quebranto de la moral social, no pueden caber ni el conformismo ni la pasividad justificada con la coartada de la estabilidad o los equilibrios políticos, amparados coloquialmente en ese imperativo insostenible del “no hacer olas” para transitar, sólo en apariencia, sin mayores contratiempos por las coyunturas difíciles. Con esa lógica lo único que se genera es el aplazamiento de las decisiones necesarias, cuando no la consolidación de hábitos perniciosos cada vez más difíciles de remover. Núñez Jiménez puntualizó que la corrupción vulnera y debilita la estructura gubernamental, por lo que se pronunció por impulsar un servicio público basado en principios éticos, liderazgo comprometido con la rendición de cuentas y que pondere el bienestar social. En este evento el gobernador  dejó en claro que él es uno de los más comprometidos e interesados con la transparencia pública y rendición de cuentas en el manejo de los recursos públicos, por lo que se trabaja en diversos mecanismos para transparentar las cosas, que desde luego no es tarea fácil porque la corrupción ha permeado, pero forzosamente se tiene que combatir.      

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