Las elecciones del pasado domingo en donde el partido en el poder logró triunfar en cuatro estados, mientras la oposición lo hizo en dos, muestran una clara lección que no se debe despreciar, de que si los partidos opositores (PAN-PRD-PRI-MC), quieren dar la gran pelea por la sucesión presidencial en 2024, deben dejar de lado sus intereses personales o de grupo, y en vez de ir solos, deben unirse para privilegiar el interés colectivo y lanzar un solo candidato a la presidencia de la República.
Pese a que el partido gobernante Morena avanzó en su dominio territorial del país al conquistar cuatro de los seis estados donde hubo elección, tampoco pudo obtener el seis de seis que venían cacareando, porque también como partido gobernante ha sembrado una gran decepción en una parte de la población que votó por ellos en 2018, pero que ahora piensan y opinan diferente, por lo que no es descabellado que la oposición pueda dar la gran pelea en 2024 por la presidencia de la República, pero eso lo pueden lograr si se unifican, si realizan una gran alianza electoral en el país, y por supuesto con un gran candidato presidencial que convenza a la población para que salga a votar, porque ya se vio en las elecciones de los seis estados que el abstencionismo prevaleció en un amplio sector que no se movió a votar, pese a que el partido gobernante, al igual que se hacía en el pasado, echó mano de todos los recursos que dispone para poder triunfar en cuatro de los seis estados, pero no obtuvo el seis de seis que hubiera representado el carro completo, porque en esos estados donde perdieron la oposición fue unida con un buen candidato y eso le dio buenos resultados.
Pese a la celebración que realiza la cúpula de Morena por los triunfos obtenidos en cuatro estados del país, en realidad los miembros fundadores de Morena no tienen nada que celebrar, porque han sido relegados al rincón de las muñecas rotas o solamente han obtenido cargos menores, mientras que los personajes políticos que emigraron del Partido Revolucionario Institucional a Morena, han obtenido los mejores cargos, desde candidaturas a gobernadores, han sido premiados con embajadas o han sido colocados en puestos importantes dentro de la administración pública federal, por lo que existe amplias coincidencias con los analistas políticos nacionales que afirman que Morena es el nuevo PRI, partido que gobernará a 22 entidades, mientras sus aliados no hacen en dos, en tanto que los partidos opositores gobernaran solo en 12 estados, reduciendo su capacidad territorial.
Lo que pudiera representar el peor fracaso para el ex-partidazo hegemónico en México, el ex-partidazo que ganaba elecciones aun con los peores candidatos, el ex-partidazo que si postulaba una vaca ganaba a como arengaba en la plaza pública cuando era opositor López Obrador, representa una oportunidad para intentar perpetuarse en el poder, pero ahora transformado, como una herencia que se traspasa de familia en familia, que ahora el viejo PRI entrego a Morena, en lo que el presidente de la República ha dado en llamar la Cuarta Transformación, representa el verdadero gatopardismo por lo que todo cambia para que todo siga igual, en un giro de 360 grados y no de 180, todo gira y vuelva a quedar igual, y es que es claro que Morena no sería un partido ganador, sin todo el aparato del poder y la maquinaria electoral que le heredó el viejo PRI, bajo la conducción de AMLO, que hay que decirlo es quien también le da vida, por eso habría que observar que pasara con este partido una vez que Andrés Manuel deje la presidencia de la República, porque internamente tiene sus diferencias entre los fundadores y los que llegaron después a ocupar los mejores cargos públicos, por lo que habría que observar cómo se conducirá una vez que AMLO se vaya, si es que en realidad se va una que concluya su mandato.
Expertos en el sistema político mexicano han identificado una serie de similitudes entre ambos partidos que explica en gran medida por qué, aunque se quiera pensar lo contrario, el PRI se mantiene vivo dentro de Morena, a través sus formas y prácticas arcaicas. Las evidencias más palpables se dieron en el reciente proceso electoral, donde el partido guinda se valió de prácticas como el clientelismo a través de programas sociales, la mayoría de la población que votó a su favor es de 50 años en adelante; compra de votos y acarreo masivo, gracias a las estructuras territoriales de los liderazgos priistas que se cambiaron a Morena; disciplina partidista, gobernadores y miembros del gabinete operaron en los estados en disputa; ofrecimiento de cargos, varios gobernadores salientes han manifestado su interés de seguir colaborando con AMLO; así como la personalización del poder, ya que no hubieron propuestas locales sino promesas de hacer todo como el gobierno federal.
“Se viola la ley de manera muy descarada, con la operación política de gobernadores, presidentes municipales, no importa que sea fuera de horas laborales porque se usan recursos del gobierno, se moviliza a las personas, se presiona el voto y eso es muy parecido a lo que el PRI hacía”, refirió Francisco Reveles Vázquez, académico del Centro de Estudios Políticos de la UNAM, coincidiendo con él, el ex-dirigente nacional del PRI, Roberto Madrazo, quien afirmó que los candidatos ex-priistas Américo Villarreal, en Tamaulipas; Marina Vitela, en Durango, y Julio Menchaca, en Hidalgo, sirvieron para los intereses electorales de Morena. “Los candidatos ex-priistas que migraron hacia Morena movieron con ellos las bases y las estructuras del PRI. En apariencia terminaron de hundir al PRI. Pero en realidad el viejo PRI hegemónico de los 70’s sigue vivo… sólo que ahora opera desde Morena”, refirió Madrazo, y no se equivoca, solo habría que ver la conformación del gobierno morenista en Tabasco para darse cuenta, que nada ha cambiado, que los que ayer combatieron acremente a Andrés Manuel López Obrador y lo tildaron de loco y mesiánico, son los mismos que ahora son sus aliados y están en el poder, mientras que los morenistas que iniciaron la lucharon democrática en la entidad, han sido arrinconados y ahora vuelven a ser los adversarios contra los que se lucharon en el pasado, y así está todo el país, de eso se trata la Cuarta Transformación de refundar al viejo PRI pero en Morena.
Pero volviendo a los partidos opositores a Morena, si algo les queda claro a los dirigentes nacionales de estos partidos, PAN, PRD, PRI y MC, con la elección del pasado domingo, es que si siguen divididos, si no logran unificarse para las elecciones en los estados en 2023 y para la madre de todas las batallas políticas que se dará en 2024 con la elección del nuevo presidente de la República, serán planchados por el partido oficial y sus aliados, quizás por eso el dirigente nacional de Movimiento Ciudadano, Dante Delgado, ha dejado en claro que en siete meses, es decir para finales del mes de enero de 2023, deberá quedar conformado la nueva oposición en el país donde converjan actores políticos que verdaderamente representen a la sociedad para hacerle frente electoralmente al partido en el poder en las elecciones de los estados de ese año y en la elección presidencial de 2024.
A pesar de que Movimiento Ciudadano tiene un mandato de su Convención Nacional Democrática de que no aceptarían alianzas con otros partidos y de que irían solo en las elecciones, y así lo han venido realizando, Dante Delgado anunció que el 5 y 6 de diciembre de este año realizarán su Convención Nacional Democrática Extraordinaria para fijar la ruta del programa de acción y el proyecto electoral, por lo que podría existir la posibilidad de que Movimiento Ciudadano cambie de estrategia y decida realizar una alianza electoral con el PAN, PRD y PRI.
Lo cierto de todo esto, es que después de la elección del pasado domingo en seis estados, ya quedado demostrado que en las entidades donde PAN, PRD y PRI fueron divididos al proceso electoral al lanzar a sus propios candidatos a gobernador como en el caso de Quintana Roo e Hidalgo, fueron barridos por el partido oficial y sus aliados, en cambio donde fueron unidos, lograron obtener el triunfo electoral.
Los dirigentes de los partidos políticos tendrán que hacer un acto de conciencia y escuchar el clamor de muchas voces que les están pidiendo, que dejen de lado sus intereses personales o de grupo y que se fijen en los intereses de la nación para realizar una gran alianza y enfrentar en la sucesión presidencial a Morena y sus aliados, porque si se alían, y logran tener un buen candidato presidencial existen altas posibilidades de obtener el triunfo electoral, dado que el partido vino tinto no es hegemónico, hay discrepancias internas por la candidatura presidencial y una mala decisión del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, porque él pondrá al candidato presidencial, podría sobrevenir una ruptura que bien capitalizado por los partidos opositores podría cambiar el escenario político para el país.
Las posibilidades de triunfo son buenas, siempre y cuando logren una alianza electoral los cuatro partidos opositores, PAN, PRD, PRI y MC, si lo concretan podrían despertar el abstencionismo de los ciudadanos que al no ver opciones electorales prefieren no acudir a las urnas, y una copiosa votación anularía cualquier intento gubernamental de maniobrar para ganar la contienda electoral, pero si finalmente siguen como hasta ahora privilegiando sus intereses de grupo o personales, los partidos opositores pagarán las consecuencias de sus actos, perdiendo la elección presidencial de 2024.
OJITOS
En lo pareciera ser un robo a las arcas públicas, en el Instituto Tecnológico de Centla, se ha programado la construcción de 2 mil metros de barda para lo cual se ha asignado un presupuesto de veinte millones de pesos.
Si bien es cierto, la construcción de la barda perimetral del Instituto Tecnológico de Centla es una necesidad, y ya desde hace rato se buscaba la construcción para evitar que personas ajenas se metan a sus instalaciones y para darle seguridad a los maestros y alumnos, no se justifica, que de manera descarada su rector o director haya dispuesto la cantidad de veinte millones de pesos solo para la barda, saque usted su cuenta y verá que en esa barda bien construida no se gasta ni cinco millones de pesos en la construcción de los dos mil metros posiblemente cuadrados, pero cuando se le asigna un presupuesto tan alto, es que alguien se quiere echar al bolsillo la mayor cantidad de esos recursos públicos justificando que se gastó en la construcción de esa barda.
Ya los aspirantes a secretario general de la sección 29 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) andan desbocados, haciendo reuniones, invitando desayunos, almuerzos y cenas, y prometiendo que ellos sí, no abandonarán a la base magisterial y que alzarán la voz cuando la Secretaría de Educación de Tabasco no les cumpla en el pago a sus prestaciones o violen sus derechos sindicales, pero para realizar estos eventos se necesita dinero y el director o rector del Tecnológico de Centla, Guadalupe Arias Acopa, tiene y promueve a su candidato a la sección 29 que está caminando y necesita inyectarle recursos económicos porque a través de él quiere volver a controlar el sindicato luego de ser traicionado por la actual dirigente, pero para eso se requiere dinero, y más dinero. Quizás por eso se ha inflado el costo de la barda del Instituto Tecnológico de Centla, veinte millones de pesos para una barda, para que de ahí salga la lana para la campaña del candidato de Arias Acopa, que finalmente será dinero tirado a la basura porque la actual dirigente María Elena Alcudia que traicionó a Acopa, ya trae su propio candidato.
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