OJO VISOR
Jacinto López Cruz
El pasado jueves
catorce de octubre, la Comisión de Igualdad de Género y no discriminación del
Instituto Electoral y de Participación Ciudadana de Tabasco en sesión
extraordinaria aprobó por unanimidad el anteproyecto de acuerdo que propone el
protocolo para prevenir, atender y sancionar el hostigamiento, el acoso sexual,
y laboral en ese organismo, lo que demuestra que durante el periodo de la
expresidenta Maday Merino actuaron con toda impunidad violando la disposición
legal, ya que los funcionarios se ensañaron con las trabajadoras a quienes
corrieron para colocar a sus novias, yernos, concubinas, hermanos, cuñados, primos,
e hijos, cometiendo el delito de nepotismo.
Este protocolo para
atender el hostigamiento, acoso sexual, laboral, discriminación y violencia de
género debió haberse aprobado desde que los consejeros electorales, protestaron
el cargo de cumplir y hacer cumplir la Constitución y las leyes que de ella
emanan, pero no lo hicieron porque prefirieron no incomodar a la “jefa” Maday
Merino que convirtió en un cochinero al Instituto Electoral, en esto también
tienen un alto grado de responsabilidad los representantes de los partidos
políticos que por lisonja, conveniencia política, conveniencia económica o
acuerdos subterráneos no les interesó el que los trabajadores, pero sobre todo
las trabajadoras del Instituto Electoral estuvieran sometidos a un pleno acto
de violencia laboral, violencia de género y acoso sexual, por lo que al no
someterse fueron vilmente despedidos sin derecho a defenderse del porque los
estaban despidiendo, vulnerando su derecho de audiencia, pero lo más vil y
canallesco es que las corrieron para colocar a sus familiares e incondicionales
en esas plazas con salarios superiores a los 20 mil pesos, total que para eso y
más alcanza el presupuesto de ese organismo electoral, en donde los altos
mandos a pesar de que ganan fabulosos salarios que ninguna otra dependencia gubernamental van a
ganar, y que es casi el doble de lo que gana mensualmente un diputado local,
hicieron y deshicieron con el
presupuesto público del Instituto, a como el Ojo Visor, que en todo está, ha
venido denunciando y que no vamos a parar hasta que los responsables sean
sancionados.
Mientras la
ex-presidenta del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana de Tabasco,
Maday Merino y sus consejeros incondicionales Rosselvy del Carmen Domínguez
Arevalo, Hernán González Salas, y el Secretario Ejecutivo,
Armando Rodríguez
Córdova, se solazaban y magnifican el hecho de que estaban aplicando la ley de
violencia de género hacia afuera, entre políticos y periodistas, porque para
ellos supuestamente no había intocables, la pudrición les carcomía las
entrañas, pues junto con el ex-director de administración, Juan Manuel Segura,
a quien le tocó vivir su propio Karma, y el director de Recursos Humanos, Luis
Fernando García Carrera, entre otros, se dedicaron a promover la violencia de
género, la violencia laboral, la violación de los derechos humanos, y el acoso
sexual, al interior del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana de
Tabasco, por lo que deben ser castigados con todo rigor, pues existen varias
demandas ante el Organo de Control Interno de esa dependencia (Contraloría),
que a pesar de que dispone de más de 14 personas para darle celeridad a las
denuncias, van a paso de tortuga, quizás esperando que las aguas se vayan
calmando y todo quede en el olvido, pero no, porque las afectadas, después de
las denuncias públicas que hemos hecho en este espacio están dispuestas a
llegar hasta las últimas consecuencias para que los funcionarios del Instituto
paguen por lo que hicieron, por lo que en este interinato la consejera
presidenta María Elvia Magaña Sandoval debe dedicarse a dejar limpiar la casa a
la próxima presidenta, solicitando a la Contraloría interna que acelere los
procedimientos para aplicar las sanciones, porque al aprobar este protocolo del
pasado jueves, pareciera que lo que se busca es darle carpetazo a las denuncias
del pasado, de que haya borrón y cuenta nueva con la aplicación de este
protocolo, cuando no se debe soslayar que hay funcionarios señalados de ser
violentadores de género y laboral, incluido el Secretario Ejecutivo, y que sin
distinción de personas se debe aplicar la ley, si realmente hay interés en
sanear el organismo que hiede a la vil pudrición, porque tampoco se puede
cerrar los ojos ante la brutal corrupción que les dejo sembrada Maday Merino
Damián.
Hasta hoy, pese a
la violencia que ejercieron, no han sancionado a ningún funcionario del IEPCT
por violencia de género, acoso laboral, discriminación y violación a los
derechos humanos y laborales de la que fueron víctimas varias mujeres, por lo
que es el momento para seguir saneando a la institución.
Hay que darle las
gracias y que se vayan a su casa, al yerno de Maday Merino que cobra 22 mil
pesos mensuales por no hacer nada, porque forma parte del nepotismo dejado por
la expresidenta, hay que darle las gracias a la concubina de Juan Manuel
Segura, que jamás debió laborar en el Instituto; hay que darle las gracias, a
la mujer de Luis Fernando García, aunque se quede triste Armando, quien es su
jefe, hay que darle las gracias a la “novia” de Carlos Eduardo Mayo, quien
aprovechándose de su puesto y de su amistad con Armando también, la llevó a trabajar al Instituto.
El nepotismo en
todo su esplendor floreció en el Instituto Electoral y de Participación
Ciudadana de Tabasco, cuando todos los actos que se realizaban al interior
debió hacerse con toda transparencia, y si así está podrido
administrativamente, solamente hay que imaginarse cuál es el trabajo sucio que
realizó Maday Merino en su calidad de presidenta y cuando menos tres de los
consejeros electorales a favor del gobierno de Morena para que ganaran las
pasadas elecciones, porque la lista de quienes serían funcionarios de casilla
en la jornada electoral que tuvo en sus manos el partido oficial para operar la
sustitución de decenas y decenas de representantes de casillas, no les llegó
caído del cielo.
Por el propio bien
del Instituto Electoral se debe sanear internamente, porque hay quienes están
desacreditados, sin calidad moral, porque son violentadores de género,
acosadores sexuales, o porque se beneficiaron con el presupuesto público como
en el caso de la consejera Rosselvy del Carmen Domínguez, a quien le prestaron
200 mil pesos para casarse, total que dinero y más dinero hay en el Instituto
para esos menesteres, sí, pero hay un delito que se llama desviación de
recursos públicos y que es sancionado por la ley de la materia, o habría que
echarle una miradita sobre la forma en que le pagaron a la propia consejera lo
que supuestamente había dejado de cobrar de salario, porque al inicio de su
gestión lo consideró como un exceso, luego se arrepintió y finalmente cobró lo
que no quería cobrar; desde ahí comenzó a
simular como sería su trabajo de consejera, que ahora pasa por su falta
de calidad moral. Ni siquiera para exigir que se siga aplicando la ley de
violencia de género cuando ella es cómplice de toda la violencia de género,
laboral, y de derechos humanos, documentada que le cometieron a varias
trabajadoras dentro del Instituto Electoral, a quienes les pisotearon sus
derechos laborales, pero prefirió guardar sepulcral silencio.
Si los consejeros
electorales ganan mensualmente 97 mil pesos en números redondos y cuentan con chofer,
vehículos, gasolina, asistentes, secretario técnico, y asesores, fue una desmedida
voracidad como en el caso de la ex-presidenta Maday Merino que se haya confabulado
con Juan Manuel Segura, exdirector de Administración, el coordinador Financiero,
David Roberto Marín Isidro, en la que también participó el Secretario
Ejecutivo, Armando Rodríguez Córdova, como integrantes de la Junta Estatal
Ejecutiva que decidía todo, desde las compras, contratación de personal, y a que proveedores contrataban, claro para
que se cayeran con el clásico moche que operaba David Roberto, pues para que
les pagara los cheques a los proveedores tenían que hacer sus depósitos a la
cuenta bancaria que le indicaba este sujeto, por eso si el OSFE o los diputados
del Congreso local quieren investigar a fondo, deben ordenas la revisión de las
cuentas bancarias, de Maday, Juan Manuel Segura, David Roberto Isidro y Armando
Rodríguez y hasta se van a espantar.
Es tanta la
corrupción al interior del Instituto Electoral que hasta la directora de Comunicación-Lucila-fraguó
como llevarse unos pesos a la bolsa; como es su amiga del alma la ex-consejera
presidenta logró que le autorizara el incremento de salario a algunos trabajadores
de su área, pero a cambio estos estaban obligados a entregarle la mitad de lo
que ganaban. Lucila, quien llegó al Instituto Electoral por recomendación de su
esposo Nelsón Alonso quien le pidió a Maday que lo ayudara contratando a su
consorte que sigue siendo neófita en el
terreno de la comunicación, después que despidieron a Segura, en vez de actuar
de manera institucional, traicionó a la consejera presidenta interina, pues
utilizó su cargo para convencer económicamente a algunos reporteros para que le
dieran cobertura a la denuncia que realizó Juan Manuel Segura, para que por
medio del escándalo regresara a su cargo donde cobraba la módica cantidad de 66
mil 408 pesos mensuales, que en su vids va a volver a ganar en otra empresa y
por eso se aferraba a que no lo despidieran.
En el Instituto
Electoral y de Participación Ciudadana de Tabasco hay sueldos estratosféricos
que resulta insultantes para la ciudadanía y hasta para los diputados locales,
por ejemplo el Secretario Ejecutivo, Armando Rodríguez Córdova cobra
quincenalmente la cantidad de 47 mil 512 pesos. 44 lo que mensualmente
representa la cantidad de 95 mil 024 pesos 88 centavos, casi lo mismo que un
consejero electoral y el doble de lo que gana mensualmente un legislador local,
y aun así, también le entró a la corrupción que fomentó su ex-jefa, por eso
está temeroso de que sea despedido porque en ningún otra parte logrará obtener
lo que cobra en el organismo electoral.
La Secretaría de
Organización, Blanca Eni Moreno Roa, gana la cantidad de 31 mil 829 pesos con
39 centavos, lo que mensualmente representa la cantidad de 63 mil 658 pesos con
78 centavos; sueldo superior a la de un diputado local.
A pesar de que los
sueldos son sumamente elevados, por lo que no tendrían la necesidad de
pellizcar el presupuesto, la voracidad, la falta de conciencia, y la honestidad
ha propiciado que esa institución donde los recursos se deben manejar en forma
transparente, la corrupción haya sentado sus reales, para descrédito del propio
organismo, que deberá limpiarse, sanearse, si es que quieren recobrar la
credibilidad perdida.
OJITOS
Por cierto ya que andamos carrereados por el
rumbo del Instituto Electoral, quizás los consejeros del Instituto Nacional
Electoral, quienes antes del 28 de octubre deberán elegir a la nueva consejera
presidenta, tal vez les convenga saber, que una de las seis participantes, que
están en la recta final no ha sido del todo clara y transparente en la
entrevista que le realizaron.
Se trata de Lorien
Decle Pulido, a quien fuentes dignas de crédito la señalan de haber dejado sin
solventar la cantidad de 700 mil pesos cuando fue subdirectora de
Administración del Instituto Electoral, por haber realizado pagos duplicados a
proveedores los cuales están reflejados en los estados financieros del IEPCT,
la cual la descalifica para ser elegida consejero presidente. Ya veremos que
pasará, porque son muchos los intereses que se mueven alrededor de la
nominación de la nueva consejera presidente del Instituto Electoral, que deberá
combatir la corrupción y el nepotismo que ha metido en el descredito a la
institución electoral.
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