Cuando Andrés Manuel López Obrador andaba en busca de los votos que lo convirtieran en presidente de la República, en la entidad, sus férreos promotores vendían la idea de que si el tabasqueño ganaba la presidencia, en automático Tabasco nadaría en el dinero y el desarrollo, porque vendría la realización de grandes obras, que se contaría con modernas carreteras, que habría servicios de primer nivel en salud, educación, que habría suficientes empleos, seguridad, que por fin la ganadería, la agricultura, la copra el cacao volverían a los primeros niveles de producción como antaño, porque al estado ya le tocaba salir del subdesarrollo.
En la misma vertiente, el candidato a la gubernatura por Morena, Adán Augusto López Hernández, le vendía quimeras a la población de que la hora de Tabasco había llegado, de que la hora del desarrollo para Tabasco sería una realidad, porque nadie mejor como Andrés Manuel López Obrador conocía las miles de carencias del pueblo tabasqueño, nadie mejor que AMLO que amaba a Tabasco con toda su alma como ningún otro político desde la presidencia de la República, haría todo lo necesario para que a la entidad le fuera bien, y que él como gobernador estaría en la misma tesitura de trabajar por el progreso y la prosperidad de la entidad para que todos los tabasqueños tuvieran un mejor nivel de vida.
Los dos ganaron, los dos llegaron a la presidencia de la República y al gobierno estatal, y las promesas de transformar a Tabasco como una entidad de primer nivel, las promesa de que Tabasco nadaría en el dinero con magnificas obras sociales y modernas carreteras, cuando ya falta año y medio para que concluya el sexenio no se ve por ninguna parte, pese a que ya en plena carrera como gobernador, Adán Augusto López Hernández hizo el compromiso de que todo mejoraría, y que en el caso del sector salud se modernizaría ya que los gobiernos que lo antecedieron lo dejaron en ruinas, anunciando la construcción de diversos hospitales, entre estos, dos modernos hospitales regionales, uno en la ciudad de Cárdenas y el otro en la ciudad de Macuspana, que contaría con todos los implementos necesarios para una buena atención a la población, porque los actuales, además de estar en pésimas condiciones ya eran obsoletos para atender a decenas y decenas de pacientes que diariamente acudían a los centros de salud como producto de la negligencia y corrupción que prevalecieron en los gobiernos que los antecedieron, pero que las cosas iban a cambiar para bien de la población.
Como parte de esos políticos demagogos, como “buen” político que le gusta decirle al pueblo lo que quiere escuchar, pero una vez que están en el poder se les olvida los compromisos que realizan, Adán Augusto López Hernández, dejó tirada la gubernatura a la que llegó por medio de los votos que le otorgaron los tabasqueños en una elección constitucional para hacerse cargo de la Secretaría de Gobernación, olvidándose de sus compromisos de campaña que haría realidad una vez que fuera gobernador, como en el caso del municipio de Cárdena que contaría con un moderno hospital regional que había dejado en obra negra el gobierno del químico Andrés Granier, y que por alguna razón, quizás por el revanchismo político para mostrar que el anterior gobierno era corrupto, el gobierno de Arturo Núñez jamás se preocupó, o no quiso que se concluyera, no quiso terminarlo, aun sabiendo lo importante que era para toda esa zona, lo que fue utilizado por Adán en su calidad de candidato de Morena a la gubernatura para fustigar a sus adversarios como unos corruptos, pero que con él eso se acabaría porque sí cumpliría su compromiso de campaña, que le tuvieran confianza ya que todos sus compromisos serían cumplidos, pero como todo político demagogo, acostumbrado a engañar, se marchó del estado, sin siquiera meterle un peso a ese hospital regional y como secretario de Gobernación, conociendo las carencias en materia de salud en el estado, no se ha preocupado, para que a la brevedad, se retome la construcción de ese nosocomio que tanta falta hace en ese municipio.
En Macuspana ni se diga, ahí también hizo el compromiso de construir otro moderno hospital regional de salud donde se contaría con todos los implementos necesarios, desde quirófanos, camas, utensilios médicos, médicos especialistas y medicamentos, porque la población necesitaba una atención de primera calidad, pero como de lengua cualquiera se come un plato, Adán Augusto López Hernández, como buen pinocho se volvió-ya era- un mentiroso porque no cumplió con su palabra empeñada con los tumbapatos, pese a que dijo que ya se tenía el dinero en la secretaría de Finanzas para comenzar la construcción, por lo que la población de ese municipio, incluyendo sus poblados, villas y rancherías, siguen padeciendo no el mal sino el pésimo servicio a la que se suma la negligencia médica.
¿Por qué viene a colación todo este comentario de las promesas sin cumplir del ahora secretario de Gobernación?, simple y sencillamente por lo que acaba de pasar en el municipio de Cárdenas, donde una joven madre que iba a dar a luz llegó al hospital del sector salud, donde hay hacinamiento, donde no hay camas, ni lugares para internar a los pacientes, donde no existe medicamentos, ni los utensilios para prestar la atención médica que se requiere, y la mandaron a un lugar que más parece un chiquero, y como si no fuera un ser humano, sino un animal, no le prestaron la atención que se requería.
Este tipo de acciones criminales que ya va siendo cotidiano en el sector salud de Tabasco, donde la vida no vale nada, porque no es el primero, ni será el último caso de negligencia que se presente, no solo porque no hay espacio o lugar donde colocar al paciente, sino porque también hay negligencia médica, en gran parte se debe a la mala actuación de la clase política, a la falta del cumplimiento de los compromisos políticos que realizan cuando andan buscando el voto y una vez que logran ganar el cargo de elección popular simplemente no cumplen.
Esta negligencia criminal en el sector salud del municipio de Cárdenas, que enluta y hace derramar lágrimas a una familia por el fallecimiento de un bebe en el vientre de su madre por falta de atención médica, por la falta de camas donde hospitalizarla y la mandaron a un chiquero, peor que si se trataba de un animal, no habría pasado, o no tendría razón de ser, si el entonces gobernador, ahora flamante secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández hubiese cumplido su palabra de retomar la construcción en obra negra del hospital regional que había dejado la administración estatal del químico Granier, que a estas alturas estuviera sirviendo al municipio, con toda la infraestructura necesaria para atender a los pacientes, pero no, simplemente se trató de un acto demagógico de campaña, no cumplió con su palabra y ahora los cardenenses están sufriendo en carne propia las mentiras de un funcionario de la Cuarta Transformación que seguimos afirmando que se trata de una Transformación de cuarta, donde la simulación, la mentira y el engaño son las armas predilectas que utilizan para convencer a la población de que son la mejor opción, y cuando llegan al poder se olvidan de sus compromisos de campaña.
Esa negligencia criminal que recién se acaba de vivir en el municipio de Cárdenas, es lo que está pasando en todo el país con la política errática en materia de salud que emprendió el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador que cuando llegó al poder decidió que desapareciera el Seguro Popular donde se atendía a más de cincuenta millones de personas, y pese a que sus cercanos colaboradores le dijeron que con todo sus defectos era uno de los mejores programas que le había dejado los gobiernos que le antecedieron, terco y amachado como es, decidió su desaparición para crear el Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI) que supuestamente sería mucho mejor que el Seguro Popular pero resultó el gran fracaso de su sexenio, pues fue inoperante, fracasó en su objetivo porque estuvo lleno de corrupción, por eso decidió desaparecerlo para que no se conozca a fondo la forma en que se operaron los recursos públicos durante la pandemia y pese a ese fracaso el presidente afirma que dejará un sector salud mejor que el de Dinamarca, donde ya el paciente no comprara sus propias medicinas porque los hospitales no cuentan ni con paracetamol, donde habrá camas suficientes, médicos suficientes y especializados para atender cada una de las deficiencias de los enfermos, lo cual es imposible de lograr pus ya se va, si en más de cuatro años no ha podido con el sector salud, en el año y medio de mandato que le queda, mucho menos logrará mejorarlo, es imposible, por eso su dicho es visto como una verdadera burla de su parte, porque como funcionario público mejor informado del país, debe saber o conocer las deplorables condiciones en que operan todos los hospitales del sector salud, incluyendo al IMSS, ISSSTE y en el caso de Tabasco el ISSET, por lo que no hay forma, de que cuando menos, opere de la misma forma que en los gobiernos neoliberales, porque con todas las deficiencias, cono todos los actos de corrupción, en el pasado operaba mejor que ahora, porque las deficiencias son brutales, supuestamente por la falta de dinero, ¿y en donde está todo el dinero, todo el presupuesto federal asignado al sector salud?, esa es la pregunta de los sesenta y tantos mil.
En el sector salud de Tabasco no se estaría operando con tantas deficiencias si el presupuesto público se apicara correctamente, porque es un mal endémico en todos los hospitales donde a los familiares de los pacientes les piden hasta utensilios médicos para la atención del enfermo, ni que decir de los medicamentos que le suministran porque ahí no tienen nada, ni paracetamol.
En el municipio de Cárdenas no hubiera fallecido este bebe en el vientre de su madre si en el hospital del sector salud le vieran brindado una buena atención médica, bien hospitalizada, en una cama y no tirada en un rincón, en un lugar que más bien parecía un chiquero, y es entendible en parte, la demanda es alta y no hay espacio, pero aun así los médicos están obligados por el juramento de Hipócrates a velar con el máximo respeto por la vida humana desde su comienzo, aun bajo amenazas, pero también hubo negligencia que puede ser catalogada como criminal.
En el sector Salud de Cárdenas se perdió la vida de un bebe en el vientre de su mare, porque no hubo un espacio para hospitalizarla, no tuvo una cama donde reposar, fue medio atendida como un animal, pero esto también se propició y hay que decirlo, gracias a la negligencia, a la desidia, gracias a la actitud demagógica de un político como Adán Augusto López Hernández que durante el primer año de su gobierno refrendó su compromiso de concluir o terminar la construcción del hospital regional y no cumplió, aún sabiendo que era una necesidad apremiante donde se pueden salvar vidas, porque de haberse construido, se tendría una mayor capacidad en hospitalización, con modernos quirófanos donde se salvaran vidas.
Ese gobernador de Tabasco que prometió que se construirían modernos hospitales regionales, como el del municipio de Cárdenas pero que mintió alevosamente, es el mismo secretario de Gobernación, que envilecido de poder, no para servir a la sociedad, sino para servir a su camarilla, anda caminando el país, anda engañando de que como tabasqueño el sí cumple su palabra, de que es humanista y sabe tratar a la población, no se dejen engañar, nada más hay que preguntarle a la población tabasqueña porque Adán Augusto López creó la “Ley Garrote” para reprimir las protestas, porque creo la “Ley Compadre” para entregarle las obras públicas a sus incondicionales, y la “Ley Dedazo” para acabar con la democracia en las comunidades que elegían en libertas a sus delegados municipales y ahora recae en los presidentes municipales nombrar a lesas autoridades.
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