EL pasado miércoles veintisiete de abril y el jueves diecinueve de mayo del presente año, en este espacio publicamos el calvario que una mujer cardenense venía sufriendo al interior de la cárcel de Barrientos de Tlalnepantla, Estado de México donde se encontraba recluida, luego de que en defensa propia asesinara a quien había sido su pareja sentimental, luego de que este bajo los influjos de la droga intentara asesinarla.
Denunciamos públicamente la forma en que el fiscal del Ministerio Público que tuvo conocimiento de los hechos de sangre, había ocultado pruebas sustanciales para que la presidiaria pudiera obtener su libertad, pues a cambio de actuar a su favor le había pedido la cantidad de un millón y medio de pesos, ya que de lo contrario se iba a pudrir en la cárcel, pero como la detenida no accedió al cohecho, a este vil acto de corrupción, las pruebas a su favor no aparecieron, y aunque el juez de oralidad al que se turnó la Carpeta de Investigación solicitó que se investigara al fiscal del Ministerio Público como a los agentes ministeriales que tuvieron conocimiento en este hecho de sangre realizando las pertinentes diligencias, dado que la detenida había asentado en su declaración que las pruebas sustanciales no aparecían, solamente quedó en el papel la petición del juez, porque hasta la presente fecha no se ha investigado a los involucrados.
Las denuncias que publicamos con el afán de que se conociera el calvario que estaba padeciendo la cardenense en la cárcel donde además estaba siendo objeto de extorsión con una cuota económica para que no la agredieran o atentaran en contra de su vida, tuvo resonancia en el estado de México, pues grupos de feministas se interesaron por el problema que estaba viviendo, en tanto que familiares del fallecido, pretendieron realizar una campaña sucia en contra de la detenida para que no lograra obtener su libertad, pues ellos acusaban que se había tratado de un homicidio doloso y no de un acto de legítima defensa.
Con serias irregularidades en la Carpeta de Investigación, Yuridia Brito Mascorro fue vinculada a proceso y pese a que durante el periodo de pruebas presentó testigos y denunció la desaparición de pruebas sustanciales como el hecho de que ella había llamado al 911 para que la policía acudiera a su domicilio, es decir, se entregó y no fue detenida, asó como estaba desaparecido el video de las cámaras de seguridad de su domicilio con lo que se podría constatar que actuó en legítima defensa, pues había sido el extinto quien primeramente la quiso asesinar y ella en un acto de miedo le arrebató la pistola con el que le disparó en repetidas ocasiones provocándole la muerte, el juez de la causa consideró que no reunía los requisitos como para ser considerada legítima defensa, sino que había sido un homicidio doloso por la que la condenó en el mes de julio de este año a una pena de 43 años de cárcel.
Al conocer la condena de 43 años, obviamente Yuridia Brito entró en un estado de depresión, supuso que a como lo había sentenciado el fiscal del Ministerio Público, quien le había pedido un millón y medio de pesos a cambio de su libertad y si no lo entregaba se pudriría en la cárcel, se cumpliría esa sentencia. Ella que había creído en la justicia y pudo huir de la escena del crimen, no lo hizo y prefirió entregarse a las autoridades para que se hiciera justicia, porque creía en la justicia, estaba sometida a una injusticia, y ahora sentenciada a 43 años de cárcel solamente por el delito de haber defendido su vida, de lo contrario ella hubiese sido la muerta en vez de su pareja, quien durante siete años que vivieron juntos, constantemente la violentaba, y precisamente por el temor de ser asesinada, pues continuamente la amenazas la amenazaba de muerte, es que no había querido abandonar el domicilio conyugal, hasta que ese fatídico día se decidió a dar el paso decisivo, de marcharse de su casa para no volver, y fue cuando se dio el hecho de sangre.
Estando en prisión a Yuridia Brito le fue mal, el primer abogado solo la timó y no realizó la respectiva defensa, por lo que fue despedido y se contrató a una abogada que se supone era especialista en derecho oral, pero tampoco hizo gran cosa para defender su caso, por lo que prácticamente estaba sola y todo dependencia de sus declaraciones y de los testigos que pudiera aportar, aunque el fiscal del Ministerio Público al ocultar las pruebas fehacientes de la legítima defensa, prácticamente la estaba condenando a que el juez de oralidad, a como finalmente pasó en el mes de julio de este año, cuando en vez de lograr su libertad, que era lo que esperaba escuchar en el juicio, Yuridia Brito, fuera sentenciada a 43 años de cárcel por homicidio doloso, por haber asesinado a mansalva a quien fuera su pareja sentimental.
Pareciera que el cielo y la tierra se había cerrado para Yuridia Brito, quien no alcanzaba a comprender como era posible qué por creer en la justicia, ahora estuviera sujeta a una injusticia, que prácticamente acabaría con su vida pues permanecería encerrada 43 años por defenderse de un acto de violencia de quien fuera su pareja, qué sumados a sus 46 años de edad, saldría de la cárcel si es que sobrevivía a la edad de 89 años.
Como ya no contaba con recursos económicos para pagar a un abogado particular que apelara a la sentencia dictada por el juez, a Yuridia Brito le fue asignada un defensor de oficio, una abogada que apeló en tiempo y forma a la sentenciada dictada en el mes de julio, que fue remitida al Segundo Tribunal de Alzada en Materia Penal, de Tlalnepantla, Estado de México.
Cuando se habla de un abogado de oficio, simplemente se piensa en un caso perdido, al que no le ponen mayor interés, pues simplemente es un formalismo que cumplen las autoridades para que con la persona que está siendo enjuiciada, para que se vea que no ha quedado en estado de indefensión, sin la defensa jurídica de un abogado, pero hay defensores de oficio que han hecho de su profesión un acto de fe, aunque son los menos, y a pesar que están pagados por el propio gobierno-Estado-realizan con profesionalismo la defensa que se les asigna y esto fue lo que pasó con el caso de Yuridia Brito Mascorro, porque hay que agradecer que la apelación a la sentencia por 43 años de cárcel que realizó la abogada de oficio, que actuó con todo profesionalismo, se logró revertir la sentencia.
El 25 de octubre de este año, el secretario de Acuerdos del Segundo Tribunal de Alzada en Materia Penal resolvió el fallo correspondiente al Toca de Apelación 52672022 formado con motivo del recurso de apelación en contra de la sentencia condenatoria que se emitiera el 8 de julio de 2022, dictada aYuridia Brito Mascorro por el hecho delictuoso de homicidio en contra de su concubino.
El Segundo Tribunal de Alzada consideró que fueron fundados los agravios expuestos por la defensa pública de la sentenciada por lo que determinó su libertad en forma inmediata, por lo que ese mismo día por la tarde Yuridia Brito Mascorro escuchó al actuario que le leyó la decisión del tribunal, por lo que no daba crédito a lo que estaba pasando, ella que ya se mostraba desanimada, prácticamente deshecha porque solamente un milagro la sacaría de la cárcel, finalmente ese milagro le llegó convertido en la defensora de oficio, que mostrando un acto de fe hacia su profesión, actuó como debía de actuar, checo completamente el expediente y al encontrar serias inconsistencias que estaban fuera del marco legal, donde los elementos de prueba que podrían demostrar la legitima defensa de la presidiaria, no aparecieron, donde el juez no tomó en cuenta los testimonios de los testigos, que daban cuenta de la violencia de género que ejercía el extinto, ni se tomó en cuenta la propia versión de Yuridia, por lo que se le dio la connotación de homicidio culposo, supo encauzar este asunto para que el tribunal tomara la determinación de dejar en libertad a Yuridia Brito Mascorro que el pasado 25 por fin vio las luces de las calles, vio la luz de la libertad, y lo primero que hizo fue darle gracias a Dios por recobrar su libertad, ya que por encima de la injusticia, una abogada de oficio supo realizar muy bien su trabajo, supo apelar jurídicamente la sentencia de 43 años de cárcel que se le había dictado, por lo que estaba en completa libertad.
El caso de Yuridia Brito, hija de Mariano Brito, originarios del municipio de Cárdenas, Tabasco, es uno de las decenas y decenas de casos penales de personas que se encuentran presos en los penales del país, siendo inocentes, que no tuvieron una buena defensa jurídica, porque les prefabricaron pruebas, o porque los impartidores de justicia se vendieron al mejor postor para mantenerlos en las cárceles.
Hay personas que como en el caso de Yuridia han cometido asesinatos pero en legítima defensa, que están en las cárceles debido a la corrupción que impera en el sistema de impartición de justicia en todo el país, que si no se mochan, simplemente les cambian las cosas para que ahí se pudran.
Lo de Yuridia Brito, además de las denuncias públicas que hicimos por medio de este espacio para que su caso tuviera resonancia y las autoridades del estado de México se vieran obligadas a revisar todo el procedimiento, también se trata de un acto de fe, y de un acto de interés por parte de la abogada de oficio que mostró todo su profesionalismo, porque si en vez de meterse a fondo a revisar el expediente para encontrar las inconsistencias, para encontrar los elementos de causa que pudieran servir para echar abajo la sentencia, nada más hubiera cumplido con la formalidad de apelar la sentencia pero sin ir al fondo del asunto, el Tribunal de Alzada simplemente hubiese confirmado la sentenciada dictada por el juez.
Por eso hay que recalcarlo, la abogada de oficio se metió de lleno a revisar el procedimiento, encontró las inconsistencias de todo el procedimiento penal que le permitió realizar una buena defensa, una buena apelación, con lo que logró que se decretara la libertad inmediata de Yuridia Brito Mascorro, quien no se cansará de agradecerle a Dios que se le concediera el milagro de lograr su libertad. Pocas, pero pocas son las personas qué estando sentenciadas, logran por medio de la impugnación revertir la sentencia y lograr su libertad.
Ahora Yuridia se prepara para regresar de nueva cuenta a su actividad farmacéutica, tratando de dejar atrás este pasado ominoso y violento que la mantuvo en prisión exactamente un año, en donde sobreviven los más fuertes, los más hábiles o quienes tienen la posibilidad de pagar protección.
En el penal de Barrientos de Tlalnepantla, Estado de México, Yuridia Brito Mascorro vivió un infierno, fue golpeada, fue torturada psicológicamente, le causaron heridas en el cuerpo, le exigieron un pago mensual, una cuota para no ser agredida o golpeada por otras presidiarias o las mismas celadoras pues todos quieren dinero, y explotan y extorsionan al más débil para que aporte la respectiva cuota o son agredidos.
La verdadera vida en un penal es un infierno, donde hay cuotas hasta para no lavar baños, donde se imponen los grupos de poder que están protegidos por los mismos celadores para someter a otros presidiarios pues ahí todo y todo es dinero y ganancias para esos grupos de poder de los propios internos.
El Ojo Visor, que en todo está, se siente congratulado con la liberación de Yuridia Brito, pues también cree que las denuncias que realizó a través de este espacio sirvieron para que otros medios de comunicación realizaran publicaciones sobre el caso y para que organizaciones de la sociedad civil se interesaran en este problema, porque en todo caso, de no haberse defendido Yuridia hubiese resultado muerta para sumarse a las estadísticas de los cientos de casos de feminicidios que diariamente se cometen en el país.
No hay comentarios:
Publicar un comentario