Por más que nivel nacional ha querido mostrarse como un funcionario bonachón, buena gente, dialogador, buen interlocutor o intermediario, y hasta constructor de la paz, de repente le brota la soberbia, si, esa soberbia con la que gobernó Tabasco durante casi tres años en la que no admitió sugerencia alguna maltratando a mucha gente, e imponiéndose con leyes arcaicas y arbitrarias que le aprobó el Congreso local donde el partido Morena es mayoría, como la “Ley Compadre”, la “Ley Dedazo”, y la “Ley Garrote”.
Durante varios años Adán Augusto López Hernández se caracterizó por su buen trato, por su buena atención con todas aquellas personas que lo buscaban por una u otra causa, por mantener una relación personal con periodistas, medios de comunicación, y líderes sociales, y durante su campaña política en 2018 abrazaba y saludaba a todo aquel que se le acercaba, que se llegó a pensar que por su “don de gente” sería uno de los mejores gobernadores del estado, pero el tiempo que coloca a las personas en su lugar, mostró el verdadero rostro de la soberbia e intolerancia con la que gobernó Tabasco.
Una vez en el poder, Adán Augusto López se transformó, se convirtió en un gobernador intolerante, con un carácter agrio, soberbio, agresivo, ajeno al diálogo, que no atendía a nadie más que a su grupo político, que rompió relaciones con muchas personas, e impuso su voluntad por encima de la mayoría de quienes lo había llevado al gobierno estatal, con tres leyes arcaicas, tres leyes repudiadas por la población, la “Ley Compadre”, “Ley Dedazo” y “Ley Garrote” esta última en la que se apoyó Carlos Manuel Merino para ordenar que garrotearan a los maestros que protestaban en la vía pública por no pagarles a tiempo la homologación salarial y que llevó a que se le conociera a nivel nacional como un gobernador represor.
El Adán bonachón, dialogador y amigable se había terminado para dar paso a un gobernador soberbio, arrogante, intolerante, simulador, agresivo con muchas personas que no les cumplió el compromiso político que contrajo durante su campaña, hasta con los periodistas que antes recibía en su notaría pública se volvió grosero, pues se transformó, algunos dicen que fue producto de la alta votación que obtuvo, que lo hizo ver como el gobernador mejor votado en la historia de Tabasco, cuyo porcentaje fue superior a lo logrado por Andrés Manuel López Obrador, como candidato a la presidencia de la República, pero más bien quiso volverse una calca del mismo AMLO, quiso verse como uno de los mejores funcionarios del obradorismo, fiel e incondicional dispuesto a obedecer y hacer lo que se le indicara, pues todo lo que hacía el gobierno federal a nivel nacional el gobierno que encabezaba Adán lo replicaba en Tabasco.
Soberbio con sus gobernados, pero servil ante el presidente de la República, que le valió ganarse por completo su afecto y con ello ser llevado a la secretaría de Gobernación, donde ya sueña con convertirse en candidato a la presidencia de la República por el Partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), sin importarle que a Tabasco no le cumplió, pues prometió que sería un gobernador de tiempo completo sin estar pensando en otro cargo y rompió su palabra, prometió sacar al estado del subdesarrollo y la marginación, pero no cumplió, porque en cuanto se le presentó la oportunidad de otro cargo mayor, vio que Tabasco ya le quedaba muy chico por lo que pidió licencia y dejó a su chalan como gobernador interino para seguir manejando a larga distancia el estado, eso sin contar que prometió un sin de obras que no se ven por ninguna parte, como el banco rosa para las mujeres y la construcción a cuatro carriles con un puente elevado del tramo de la carretera la Isla a Cunduacán, entre otras promesas que hizo en campaña y que no cumplió.
Hace algunos días en este espacio, hicimos referencia al fantasma que persiguió durante años al ex-gobernador Roberto Madrazo Pintado, aquella frase célebre creada por Elba Esther Gordillo y puesto en espectaculares por todo el país: “¿Tú le crees a Madrazo?. Yo tampoco”, y que finalmente sirvió para que perdiera la candidatura a la presidencia de la República por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), en el fantasma que ahora rodea al secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, quien por más que quiere parecer amigable, quien por más que quiere parecer un funcionario dialogador y conciliador que resuelve los problemas, de repente le brota la soberbia y arrogancia y todo lo ganado lo echa a perder, pues en vez de resolver esos problemas termina por enredarlos con su actitud, aunque posteriormente su equipo de trabajo o él mismo, salgan a intentar desmentir, que siempre no quiso decir lo que dijo, pero ya lo dijo, por lo que palo dado ni Dios lo quita.
Las benditas redes sociales, que ahora para el gobierno de Morena es una maldición, dieron cuenta del momento en que el Secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, para intentar darse baños de pueblo salió de su oficina siendo abordado por un grupo de mujeres, de madres cuyos hijos están desaparecidos desde hace años, y que siguen luchando por encontrarlos vivos o muertos; ante los cuestionamientos de una dama que le exigía cumplir los compromisos contraídos, pero que estuviera plasmado en un documento firmado y sellado, el secretario se volteó y le pregunto: “a ver señora, ¿usted cree en mi?” , y la respuesta de la señora se dio: “la verdad no confío en usted”, y la respuesta espontánea, fiel a la soberbia de Adán Augusto López no se hizo esperar: “Yo tampoco confío en ustedes”.
Al igual que el fantasma que persiguió durante años a Madrazo “¿Tú le crees a Madrazo?. Yo tampoco”, que terminó por sepultarlo políticamente, ahora este nuevo fantasma perseguirá durante los meses que faltan para la sucesión presidencial a Adán Augusto López Hernández, y que no lo dejara tranquilo, pues la respuesta hacia la madre de uno de los desaparecidos fue producto de su actitud soberbia, del verdadero rostro que mantiene oculto, pero cuando pierde la calma lo saca a relucir, “a ver señora, ¿usted cree en mi?. Yo tampoco confío en ustedes”.
En Tabasco ese fenómeno de ya no creer en Adán Augusto López Hernández, porque es un político mentiroso, está permeando; es un político soberbio y arrogante que a nivel nacional trata de mostrar otro rostro que ya no engaña a los tabasqueños y que precisamente quedó demostrado en el pasado proceso de elección de los delegados que se convertirán en consejeros electorales.
En el estado, los seguidores de Adán Augusto López Hernández, que están pegados a la ubre presupuestal, festinan que este grupo alcanzó la mayor cantidad de consejeros que habrán de integrar el consejo político estatal de Morena para nombrar a la nueva dirigencia estatal, mientras que el grupo de Javier May ganó veinte de los 60 lugares que integran el consejo y que por lo tanto está acabado, que será el grupo de Adán el que decida, incluso, la sucesión del candidato a la gubernatura y si es necesario pulverizar al grupo de Octavio Romero y Javier May, el secretario de Gobernación cuenta con el respaldo del dirigente nacional de Morena, Mario Delgado, para maniobrar y operar para que en Tabasco se dé la paridad de género, y en vez de un hombre sea una mujer la candidata al gobierno para lo cual ya tienen a la “hermana incomoda” Rosalinda López y en caso de que no pase, ya está lista la alcaldesa de Centro, Yolanda Osuna para ser la candidata del grupo neomoremista.
Si bien los seguidores de Adán al hacer cuentas alegres solamente sumaron que ganaron 40 de los 60 espacios dentro del consejo estatal, se les olvidó algo importante, contabilizar el número total de personas que votaron para saber si el secretario de Gobernación sigue contando con el apoyo, de cuando menos, los militantes de Morena.
Resulta que es toda una sorpresa, pues entre los veinte consejeros afines a Javier May, lograron superar en mucho la votación que obtuvieron los 40 consejeros afines a Adán Augusto López, esto quiere decir, que entre los mismos morenistas ya hay desconfianza hacia el secretario de Gobernación, que su popularidad se está desplomando en Tabasco a consecuencia de sus malas acciones, a consecuencia de no cumplir los compromisos políticos, pero sobre todo, por no cumplir con la ciudadanía con las obras sociales que juro y perjuro realizaría, y como los tabasqueños ya lo conocen como un funcionario mentiroso que no cumple su palabra, que no le cumplió a la población, y ya no quieren que siga pasando lo mismo, por eso están urgiendo un cambio, por eso han visto en el grupo de fundadores de Morena que encabeza Octavio Romero y Javier May, la esperanza de que Morena recobre el camino perdido en Tabasco, que Morena sea de los morenistas y no de los neomorenistas que llegaron del PRI viejo y rancio, a ocupar los mejores cargos de la administración estatal, porque Adán en vez de preferir a los morenistas fundadores para integrar su gabinete, prefirió a los priistas que golpeteaban a López Obrador pero que sus amigos, para gobernar con ellos el estado y ahí están las consecuencias de que Tabasco siga sumido en la marginación y la pobreza.
Si 20 candidatos a consejeros de Morena del grupo de los fundadores lograron una mayor votación durante el pasado proceso interno que los 40 candidatos a consejeros, los neomorenistas del grupo de Adán Augusto López, quiere decir, que el secretario de Gobernación ha comenzado a perder el apoyo entre la población de Tabasco a consecuencia de sus malas acciones, a consecuencia de que no cumplió sus acuerdos políticos, de que maltrato a la población con su trato soberbio y que no quieren más de lo mismo es decir se hace realidad la frase que ya recorre el país: “¿Tú le crees a Adán. Yo tampoco”, en alusión al trato nada cordial que le dio a las madres de los desaparecidos, lo que también motivó que diversas organizaciones protestaran por la actitud soberbia del secretario de Gobernación.
Quedó demostrado que Adán Augusto López solamente utilizó a la base morenista para que votaran por él para que fuera gobernador, y una vez electo pateó a los fundadores de Morena y jaló del PRI para hacerlos funcionarios en su gabinete a sus amigos contra los que habían luchado los perredistas se fueron a Morena, donde siguieron luchando, es decir, como adversarios políticos lucharon en contra de los priistas que estaban en el gobierno, y ahora como morenistas, estando en su casa, siguen luchando en contra de esos priistas que se enfundaron en la casaca morenista para seguir disfrutando de las miles del poder, mientras que los que lucharon con pasión y construyeron junto con AMLO al partido Morena, están marginados por los arribistas.
La frase “¿Usted cree en mí?”, que ya le dio la vuelta al país y la contundente respuesta: “No creo en usted”, será el fantasma que persiga durante estos meses al secretario de Gobernación, que por más que quiera serenarse, por más que quiere mandar el mensaje de que es un funcionario conciliador, de repente le brota la soberbia, de la que hizo gala en Tabasco, la que utilizó para humillar a muchos tabasqueños y por sus malas acciones ha ido perdiendo el consenso, si es que una vez la tuvo, de la población tabasqueña.
Adán por su soberbia, está condenado a seguir los mismos pasos de Roberto Madrazo, justo cuando estaba en la cúspide de su carrera política, está condenado a no lograr la candidatura presidencial, justo cuando goza de las simpatías del presidente, por el que sus seguidores juran que lo hará candidato presidencial, pero el peje que no es suicida, que si tiene la lectura política de Tabasco conoce las encuestas donde Marcelo Ebrard y Claudia Sheinbaum mantienen en alto la preferencia entre los tabasqueños, mientras que Adán hasta en su tierra se desploma en las preferencias de la población tabasqueña.
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