Mientras los aspirantes al gobierno del estado por el Partido de la Revolución Democrática (PRD), siguen deshojando las margaritas y haciendo lo que tienen que hacer para posicionarse entre la población para lograr el ungimiento como candidato, lo que sí ha quedado claro entre las tribus perredistas nacionales, es que independientemente del cambio en la dirigencia nacional, en Tabasco es un hecho de que Candelario Pérez Alvarado será relevado en la dirigencia estatal por un fundador de dicho partido.
Como una forma de ponerle el sello a la verdadera militancia del PRD en Tabasco ante los tiempos electorales que se avecinan, a nivel nacional los grupos o tribus perredistas que han visto en el gobernador Arturo Núñez, a uno de los políticos mejor formado de ese partido e ideólogo en la construcción del Frente Amplio Democrático para lanzar un candidato a la presidencia de la Republica, llegaron a la conclusión de que era necesario el relevo en la dirigencia estatal del PRD, para que esa posición la asumiera un perredista fundador de dicho partido que enviara un mensaje de pertenencia y afinidad democrática a la militancia, sobre todo ahora que se entrará a la recta final para la selección del candidato a la gubernatura de Tabasco, que saldrá en el mes de diciembre, de entre todos los que en este momento están caminando entre la población, para posicionarse en las encuestas que es el método de selección que este instituto político ha decidido emplear para seleccionar a sus candidatos a los diferentes cargos de elección popular.
Desde luego que sería infantil pensar que solamente las tribus perredistas y la actual dirigencia nacional se pusieron de acuerdo en el cambio de la dirigencia estatal de Tabasco, o que esta decisión tomada después de realizar los consensos, fue porque los focilistas (Juan Manuel Focil y Candelario Pérez) aceptaron mansamente entregar la estafeta que han tenido en sus manos por más de una década con la que han logrado imponer candidatos a las presidencias municipales, diputaciones locales y federales, desde luego que no fue fácil que se tomara esta determinación en el altiplano.
Hay que decir que tanto la dirigencia nacional del PRD, como las tribus nacionales consensuaron, platicaron, dialogaron con el gobernador del estado, Arturo Núñez, quien siempre ha sido un gobernante respetuoso de su propio partido al que no avasalló para imponer un dirigente estatal desde el inicio de su administración, como algunos creyeron que lo haría, pero esto no quiere decir que como primera autoridad emanado del PRD no se le consulte o no se le tome en cuenta para una decisión de esta naturaleza, que es el relevo en la dirigencia estatal, del tal manera que si bien el gobernador no es ajeno a lo que pasa en el PRD, mantiene el respeto, dejando que el cambio de la dirigencia en Tabasco quede en manos de la dirigencia nacional y del consejo estatal que validará el nombramiento de quien se determine que sea el nuevo dirigente.
Es claro que para llegar al relevo de la dirigencia estatal, como es normal en estos casos, hubo el pataleo de la tribu focilista, que quiso vender caro su amor, que quiso imponer sus condiciones y pidió la alcaldía de Centro para Candelario Pérez Alvarado, pero hasta el propio dirigente de la corriente ADN, Héctor Bautista dio su aval para que sin condicionamiento alguno por parte de Juan Manuel Fócil se realice el relevo de la dirigencia estatal que el mismo Candelario ha confirmado que será en los primeros días de septiembre.
Los nombres de los tres posibles sucesores de Candelario Pérez Alvarado ha comenzado a divulgarse, ya no es un secreto, los tres mencionados tienen algo en común, han sido miembros fundadores del Partido de la Revolución Democrática, aunque los tres se identificaron plenamente con Andrés Manuel López Obrador en la lucha política, dos de ellos mantuvieron una estrecha relación, hasta que por circunstancias de la vida política y porque ya no eran indispensables en el proyecto alternativo de nación que AMLO planteaba, siguieron caminos diferentes, aun dentro del Sol Azteca, hasta que el tepetiteco decidió fundar su propio partido, Morena.
Los tres prospectos para ocupar la dirigencia estatal del PRD por su ascendencia partidista, y por el sello de ser miembros fundadores que le daría el sentido de pertenencia a esa dirigencia son: Auldárico Hernández Gerónimo, de la etnia Chontal; Darvin González Ballina, viejo líder agrario y seguidor a ultranza de AMLO y el abogado Pablo Rodríguez Bonfil, los tres han ocupado cargos de elección popular dentro del PRD, dos de ellos a nivel nacional y uno a nivel local; los tres acompañaron a AMLO en 1992 durante la marcha del famoso “Exodo por la Democracia2 que partió de Villahermosa al entonces Distrito Federal hoy ciudad de México, en demanda de que se limpiara las elecciones constitucionales intermedias, donde se habían elegido presidentes municipales y diputaciones locales.
Darvin González Ballina plenamente identificado con Andrés Manuel López Obrador siendo legislador federal en funciones postulado por el Partido Revolucionario Institucional y como dirigente estatal de la CNC, fue el primero en romper lanzas con el PRI (renunció) para irse a apoyar a Andrés Manuel en su primera incursión en la vida política del estado como candidato al gobierno estatal por el Frente Democrático Nacional en 1988.
Darvín González Ballina no ha sido dirigente estatal del PRD, pero si ha ocupado cargos partidistas internos y cargos de elección popular por ese partido, durante años se mantuvo leal a AMLO, hasta que junto a Auldarico Hernández Gerónimo, quien ya había sido Senador de la República, contraviniendo las disposiciones de Andrés Manuel López Obrador se atrevieron a disputarle la dirigencia estatal del PRD a José Ramiro López Obrador, el hermano incómodo, quien creía que la tenía fácil para ganar, pero no fue así, por lo que Auldárico paso por encima de José Ramiro, convirtiéndose en dirigente estatal con lo que se incrementó el distanciamiento con AMLO; podría decirse que de los tres, que de entre Darvin González, Pablo Rodríguez y Auldárico Hernández, este ultimo, también conocido como el Chontal, es el que tiene más tablas políticas, es el que sabe más de organización política-electoral, ya probado en el campo pues durante su gestión, ganó la mayoría de diputaciones en el Congreso local y en las presidencias municipales.
Todo indica que la ruta está trazada, que el relevo ya es inaplazable por diversas circunstancias políticas, y que con el nuevo dirigente estatal del PRD que podría salir de los antes mencionados (Auldárico, Darvín y Pablo) vendrá una nueva correlación de fuerzas, porque a cambio de la dirigencia estatal no hay un compromiso de entregar candidaturas a tal o cual grupo o tribu política, lo que también despeja un tanto el camino que deberá llevar la sucesión gubernamental, por lo que todos aquellos que aspiren a un cargo de elección popular deberán estar bien posicionados entre la población en edad de votar.
Pero el sentido de pertenencia que se le pretende dar a la nueva dirigencia estatal del PRD, desde luego que lleva jiribilla para aquellos perredistas seguidores de AMLO que se fueron con el canto de la sirena a fundar el Partido Movimiento de Regeneración Nacional, donde ya están sintiendo en carne propia lo que es la exclusión política de no lograr que los tomen en cuenta para ser nominados a un cargo de elección popular porque la mayoría de los derechos fueron reservados para los tránsfugas de otros partidos político como el PRI, que son verdaderos cartuchos quemados o que están señalados de haber participado en actos de corrupción y que estén en donde estén siempre harán lo mismo, porque a como dice un viejo y conocido refrán: “perro que come huevo, ni que le quemen el hocico”.
El nuevo dirigencia estatal del PRD, con el sello de ser miembro fundador desde 1989 en que se constituyó este partido, deberá tener la capacidad de inclusión, de diálogo, de seguir buscar los consensos para construir las alianzas necesarias, entre las distintas fuerzas políticas, entre organizaciones sociales y civiles dispuestos a trabajar por Tabasco para volver a refrendar el triunfo electoral de la izquierda que se dio en 2012 en nuestra entidad.
Los acuerdos para la renovación estatal del PRD ya están dados, no se trata de dar bandazos, no se trata de manejar nombres para crear confusión, porque la ruta está trazada, ahora solamente falta que se concretice esa renovación sin sobresaltos, para tener en la mano los hilos conductores de la sucesión gubernamental que algunos agoreros del desastre avizoraban álgida, con confrontaciones y empujones que está visto no se dará o serán menores, porque lo que está en juego, no es una cosa menor, es la conservación de la plaza para el Partido de la Revolución Democrática y sus aliados, donde el adversario a vencer, por su radicalización, por su soberbia, por su intransigencia, porque está visto que están ávidos de venganza política, es Morena, el partido de Andrés Manuel López Obrador, que en una doble jugada o estocada, debe morder el polvo de la derrota en las elecciones constitucionales de 2018, porque el peje sigue demostrando que no respeta a nadie, que jamás respetará acuerdos políticos en caso de llegar al poder, porque AMLO es proclive a traicionar a sus aliados como lo acaba de hacer con el delegado de la Cuauhtémoc, Ricardo Monreal, que jamás se esperó la cuchillada por la espalda, por eso se están dando hasta con la cubeta en redes sociales. Ya lo dijo Núñez, el PRD y el PRI no son enemigos irreconciliables en Tabasco. Al buen entendedor, que entienda.
Ojitos
Aunque manifestó su aspiración de pretender buscar la candidatura presidencial por el Frente Amplio Democrático que formarían el PRD, PAN, PVEM, PANAL, Movimiento Ciudadano y Organizaciones Civiles, el ex-candidato al gobierno estatal por el estado de México, Juan Zepeda, reconoció que hay ciudadanos que pueden estar al frente de este bloque y ganar la Presidencia de la República como Juan Ramón de la Fuente, José Woldenberg y Alejandro Martí.
De visita a Tabasco, en rueda de prensa en la sede de la dirigencia estatal del PRD, aseguró que quien busque ganar la elección presidencial del próximo año a “fuerza” necesita al Sol Azteca, y que en el caso de Tabasco recobra particular importancia porque es el partido que gobierna.
Juan Zepeda rechazó que el Frente Amplio Democrático esté contra alguien en especial, “está en contra de los temas que le están haciendo daño al país, como desempleo, inseguridad, crisis económica y otros”, apuntó.
Y agregó: “El próximo año quien quiera ganar la Presidencia de la República requiere al PRD, y bueno particularmente en Tabasco es importante que entendamos esto, porque aquí gobierna el PRD, y el próximo año tenemos elección a gobernador en este estado, tan emblemático para nuestro país”. Según Juan Zepeda, de acuerdo a encuestas de hace tres semanas, las izquierdas ganarían con un 30 por ciento de la votación, y con el Frente Amplio Democrático el 37 por ciento de los votantes del país.
Sobre la existencia de varios aspirantes del PRD y del PAN a la presidencia de la República, Juan Zepeda propuso tomar tres parámetros para la selección de candidatos: el primero una encuesta nacional; el segundo, una serie de debates, con temas importantes para el país; y tercero ir a una elección abierta, como en la Unión Americana, para sumar puntos. Por otra parte, dijo que “quien se está yendo del PRD, se está yendo solo”, por lo que el PRD sigue siendo fuerte con más de 5 millones 200 mil afiliados en todo el país.
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