Durante los
anteriores sexenios priistas, el sistema de transporte urbano de la ciudad de
Villahermosa no solamente recibía fuertes subsidios del gobierno, sino que se
había convertido en la caja chica de
funcionarios públicos y de los líderes de ese sistema que se enriquecieron a placer porque coludidos eran utilizados con
fines electorales para preservar el poder y basado en ese círculo vicioso
pernicioso cada vez que tronaban el gobierno en turno entraba al rescate para que siguieran operando.
Bastaría con
revisar el historial de cada uno de los “líderes” de las diversas uniones del
sistema de transporte urbano en Villahermosa que durante años han operado, para detectar o descubrir, como a diferencia
de sus socios, estos dirigentes se enriquecieron al coludirse con los
ex-funcionarios públicos que se encargaban de regular ese servicio, y así bajo
ese círculo vicioso vinieron operando, incluso, hasta llegar a la conformación
de la llamada línea del Transbus y el transporte transmetropolitano creado durante
la administración de Andres Granier, supuestamente para modernizar el servicio
de transporte urbano en la capital del estado que a la postre ha resultado un
rotundo fracaso que solamente evidenció la voracidad y la lucha de los grupos
que se disputan la coordinación no para mejorar el servicio, sino para meterles
los dientes y las uñas al verlo solamente como un botín.
El arribo del
gobierno de la alternancia en 2013 a la administración estatal evidenció el
cochinero y la danza de los millones que el gobierno granierista inyectó al
fideicomiso del Transbús, que se utilizó cono fines electorales para intentar
preservar el poder de los gobiernos priistas, aunque la mayor parte del dinero
inyectado fue a parar a los bolsillos de los dirigentes y de los ex-titulares
de Comunicaciones y Transportes, encargados de vigilar la buena aplicación de
los recursos económicos, por lo que una vez que se detectó toda la corrupción que venía prevaleciendo en este
sistema, el gobierno perredista optó por
retirarles el apoyo extralegal, dejando solamente vigente el apoyo a gasolinas y
el apoyo a estudiantes como parte del subsidio legal, que debería alcanzarles
para cubrir todos sus gastos de operaciones.
A partir del
retiro de los recursos económicos extralegales al Transbús y de la violenta
disputa entre Layres Carrera, ahora desaparecido en Puerto Vallarta, Jalisco, y
el muerto vivo de Rubén Salomé Cárdenas por el
botín de guerra que representa la coordinación, esta empresa comenzó a
decaer, al grado que evidentemente para borrar evidencias de los actos de
corrupción que se siguen dando al interior, hace meses fueron quemadas por
“manos extrañas” cerca de 47 camiones que propició que decayera aún más la
prestación del servicio urbano en la ciudad o si se hizo con la finalidad de
que fueran rescatados por el gobierno estatal, ya se vio que no les funcionó;
el caso es que el Transbús que está a punto de quebrar, ayer recibió la
puntilla al ser embargados cerca de 50 unidades por parte de la Secretaría de
Planeación y Finanzas por un adeudo que data desde 2013 por concepto de pago de
tenencias y refrendos por la cantidad de un millón 520 mil pesos.
Haciendo un poco
de historia, recordemos que en el gobierno de Enrique Gonzalez Pedrero cuando
el sistema de transporte urbano en Villahermosa era chatarra se entró al
recate, poniendo en circulación los llamados Delfines que fue considerado
transporte de primera que operaba en dos rutas, del mercado por la vía Méndez y
del mercado por 27 de Febrero, ambos con destino a Tamulté. Ya en el gobierno
de Salvador Neme Castillo siempre para ayudar a los transportistas que desde
entonces decían que el servicio de transporte urbano no era redituable para
ellos, se volvió a entrar al rescate con el llamado Sistema de Autotransporte y
Enlace de Tabasco (SAETA) operado por el mismo gobierno Nemista, que
posteriormente a su caída y al arribo del gobierno de Manuel Gurría Ordóñez
siempre con la cantaleta de modernizar el transporte urbano, y con el cuento de
hacer más ágil el traslado del público usuario, se optó por sustituir los
camiones por combis y minibuses para lo cual el mismo gobierno gurriista
subsidió a las diferentes uniones de transportes, en donde siempre sus líderes eran
los que salían ganando para incrementar sus patrimonios personales.
Durante el
gobierno priista de Manuel Andrade, se optó por seguir con el apoyo a las
diferentes uniones, cuyos líderes estaban plenamente al servicio del partido
gobernante, por lo que siguieron recibiendo sus subsidios, como recursos
económicos extraordinarios para comprar nuevas unidades del servicio público.
Ya en el primer
año del gobierno de Andrés Granier, al considerar que las combis y minibuses
eran ataúdes rodantes y que los usuarios estaban en constante peligro de sufrir
accidentes por la velocidad con manejaban esas unidades, supuestamente, bajo
previo estudio que se realizó para la
modernización del transporte urbano, se llegó a la conclusión que los autobuses
desechados en el gobierno de Manuel Gurría por incosteables y porque las calles
de Villahermosa eran muy angostas para que pudieran circular, debían regresar,
ahora bajo el esquema de que al existir más de 250 mil vehículos particulares
circulando por calles y avenidas que las congestionaban a las horas pico, lo
mejor era mejor sacar de circulación a todos los ataúdes rodantes que eran más
de mil de las diferentes rutas, y que los autobuses darían mejor resultado,
porque llevarían más pasajes, serían menos que las combis y minibuses y
cumplirían el objetivo de la modernización para que la ciudadanía no tuviera
que esperar por más de media hora que pasará una unidad del transporte urbano
para trasladarse de un punto a otro de la ciudad.
La puesta en
marcha del Transbús fue vendida como la ´panacea para aliviar el evidente
problema del transporte urbano en Villahermosa, pues eran constantes las quejas
de los usuarios en los diferentes medios de comunicación de que el servicio era
pésimo, de malísima calidad, por lo que nuevamente el gobierno de Andrés
Granier destinó millones de pesos para la compra de los autobuses, que
iniciaron bien, circulando en un periodo corto de tiempo por las distintas
rutas, pero poco a poco y en los dos últimos años del granierato, ante la
evidente rapiña de sus directivos, comenzó a deteriorarse el servicio.
Pese a que desde
el gobierno del extinto Salvador Neme Castillo, ninguna de las avenidas de
Villahermosa, como sus calles se habían ampliado para hacer más fluida la
circulación vehicular, el gobierno granierista decidió implementar el sistema
de transporte Transbús, convenciendo a algunos, pero obligando a la mayoría de
los socios de las diferentes uniones del transporte urbano (UTUCC, UTPCAM,
ARVIT, entre otras) para que los presionaran con la consigna de advertirles que
perderían sus concesiones, por lo que
muchos, aunque no convencidos, para no perder su patrimonio tuvieron que
entrarle.
Ahora con este
embargo precautorio que ha hecho la Secretaría de Planeación y Finanzas al Transbús
por no pagar tenencias, ni refrendos de los camiones, todo parece indicar, que
es el tiro de gracia para esta empresa, que languidece por deudas generadas por
la mal utilización de sus recursos económicos, porque si se excava se va a
encontrar que sus ex-líderes como líderes actuales se ha enriquecido, tiene
moteles, gozan de diversas propiedades, viven en residencias y tienen vehículos
de lujo, que con lo que ganan con sus respectivas unidades de transporte
público no les daría para darse esa vida de lujos, mientras que la mayoría de
los socios aun no le pagan lo que les corresponde por sus acciones que tienen
en esta empresa.
En cuanto a este
asunto del Transbús, los legisladores Guillermo Torres López, José Antonio de la Vega Azmitia, se pronunciaron
en contra de que el gobierno estatal rescate de la quiebra a este sistema de
transporte.
El presidente de
la Junta de Coordinación Política del Congreso local, José Antonio de la Vega
Asmitia, quien es amplio conocedor del tema, porque casi durante tres años fue
el secretario de Comunicaciones y Transportes, sostuvo que el gobierno
estatal no debe rescatar al Transbus,
recomendando a los socios que hagan alianzas con otros empresarios para
rescatar a la empresa, la cual debe ser rentable.
Por su parte,
Torres López dijo que es lamentable la situación por lo que atraviesa esta
empresa pero que ya no lo debe rescatar el gobierno: “yo no estoy de acuerdo
que el estado esté rescatando empresas porque eso es crear un barril sin fondo,
a como está sucediendo con la Unión Ganadera Regional", por lo que se
deben explorar otras opciones, pero definitivamente "dinero ya no se le
tiene que dar a estos empresarios”
Es cierto,
durante varios sexenios los gobiernos estatales en turno le inyectaron recursos económicos al servicio de
transporte urbano para que pudieran tener unidades nuevas y prestaran un mejor servicio a la población, pero ha sido
repetitiva la historia de que al caer en bancarrota o quiebra por actos de
corrupción de sus diferentes líderes, el gobierno los haya tenido que rescatar económicamente convirtiéndose en un
barril sin fondo, sin llenadera.
En las actuales
circunstancias económicas que vive la entidad, y luego de tantas luchas para
equilibrar el presupuesto 2017 para que no fuera recortado por la Federación,
los recursos económicos deben ir focalizados para las obras de interés social
que demanda la población, de tal manera que si el servicio de transporte
público está concesionado a particulares, al dejar de ser un coto político para
allegarse votos en las elecciones, no tienen porque subsidiados a fondo perdido, por lo que los socios transportistas
deben resolver sus problemas, buscando los prestamos necesarios, aliándose con
otros capitales para reactivar su parque vehicular, pero ya no deben ser
subsidiados por el gobierno perredista en turno, porque no se saldría de ese
círculo pernicioso de recibir canonjías con el cuento de prestar un buen
servicio público.
Si el transporte
urbano de Villahermosa, no genera ganancias sino pérdidas para los socios,
como para que no puedan modernizar su
parque vehicular, entonces deben dejar la actividad para que otros empresarios
puedan prestar ese servicio, porque la etapa de la paternidad gubernamental se
debe acabar, aunque la otra opción sería la liberación del transporte para que
la preste el que tenga capital para invertir, porque el servicio se tiene que
prestar.
OJITOS
Al
destacar que al Gobernador del Estado, Arturo Núñez Jiménez, le preocupa y
ocupa el tratamiento humano de quienes están privados de su libertad, el
Secretario de Seguridad Pública, Miguel Ángel Matamoros Camacho, entregó ayer materiales, accesorios y suministros médicos
para distintos Centros de Reinserción Social y Centros Penitenciarios
Regionales de la entidad, en beneficio de tres mil 862
internos.
Precisó
que en Tabasco el sistema penitenciario garantiza la integridad física y
psicológica de las personas en reclusión a través de actividades de prevención,
curación y rehabilitación durante su proceso de reinserción a la sociedad, lo
cual es gratuito y obligatorio según la Ley Nacional de Ejecuciones Penales. Por su parte, Arturo Maldonado Pulgar, Director
General de Prevención y Reinserción Social del Estado, expresó que a las
personas privadas de su libertad se les brinda alimentación, deporte,
educación, capacitación para el trabajo y también atención médica y medidas de
prevención de la salud, lo cual se hace de la mano con la Secretaría de Salud.
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