El asalto perpetrado la semana pasada en contra del reconocido doctor Gustavo Velázquez Ortega especialista en Oncología, por una parte crisparon los ánimos del Colegio Médico de Tabasco cuya dirigencia inmediatamente salió a exigir justicia para uno de sus agremiados, pero por otra parte, se volvió a mostrar la mezquindad de quienes desde las sombras abruptamente circularon en reses sociales su deceso, para exacerbar los ánimos de la sociedad para que se lanzaran en contra de las autoridades estatales por la “falta de seguridad”.
La oportuna difusión del ISSET sobre el estado de salud del galeno que fue sometido a dos operaciones, que aunque delicado está vivo, echó por la borda esa pretensión de exacerbar los ánimos de la sociedad, en la que cayeron diversas personas que reenviaron la información sobre la supuesta muerte, y hasta “comunicadores” cuya “experiencia” les dicta que deben de verificar la procedencia de la información para saber su veracidad antes de reenviar, cayeron en ese juego perverso de difundir sin comprobar el supuesto deceso del galeno Gustavo Velázquez, que sigue vivo gracias a la ciencia médica y a Dios que el gran hacedor de vidas, y ojalá logre restablecerse completamente por su gran valía para nuestra sociedad.
Efectivamente el problema de la inseguridad golpea en todo el país, pero aquí en nuestro estado se ha ido agudizando en este año, al grado que de nueva cuenta la percepción ciudadana indica que vamos para atrás en vez ir para adelante del combate frontal, en la que desafortunadamente tiene mucho que ver el secretario de Seguridad Pública del estado, Sergio Ricardo Martínez Luis, a quien el gobernador del estado le dio toda la confianza para encabezar esa secretaría y poner en marcha los planes y programas que permitieran bajar los índices delictivos, sobre todo con la prevención del delito.
Martínez Luis llegó en un momento muy álgido, cuando el anterior secretario Audomaro Martínez Zapata, no daba una vez materia de seguridad, se le había hecho bolas el engrudo, porque en vez de fortalecer el asunto de la prevención del delito, se fue por la creación de la policía comercial y bancaría, por lo que buena parte de los elementos se fueron a brindar servicios al comercio organizado que paga por la protección, pero además uno de los garrafales errores de Audomaro es haberse rodeado de más de lo mismo, de los mismos mandos que estuvieron en el gobierno de Andrés Granier, muchos de ellos señalados actos de corrupción y por estar aliados a la delincuencia para filtrar información que les permita realizar sus “bisnes” y poder escapar sin que sean detenidos.
Sergio Ricardo Martínez Luis obtuvo el beneficio de la duda de la ciudadanía, prometió mucho y está haciendo poco; es cierto, en cuanto llegó inmediatamente se puso a trabajar, empezaron a verse los patrullajes por distintos rumbos de la ciudad y se comenzó a percibir un clima de tranquilidad, pero solamente fueron unos cuantos meses, porque después le agarraron la medida al interior de la corporación, donde a la inversa de Audomaro sentó a los policías amañados que estaban en los mandos para llenarla de militares que desconocen el territorio tabasqueño y por supuesto el municipio de Centro, que es donde residen los poderes del estado, y que solamente han venido a llenarse las bolsas de dinero bueno y malo y que se marcharan dejando el problema de la inseguridad, mostrando una gran incompetencia para desmantelar a la delincuencia, por lo que pareciera como en el pasado en el Gurriato, donde el director de la policía judicial estaba ligado a delincuentes, con la llegada de los militares también se incrementó la alta delincuencia.
La secretaría de Seguridad Pública está llena de militantes que por su mismo rango deberían traer o tener información de inteligencia para combatir la delincuencia pero parece que todo es al revés y el clamor ciudadano de la inseguridad va otra vez a la alza; de nada sirve tener al inspector Juan Carlos Vallejo como director de la Policía Estatal, cuando no está dando el ancho, y lo mismo sucede con Miguel Angel Matamoros Camacho, comisionado de la Policía Estatal, que también está estancado y solamente le echa el ojo al cargo del secretario Sergio Ricardo, a ver a qué hora se cae para ser su sucesor, pero de nueva cuenta los militares están dejando mucho que desear en materia de seguridad a favor de la población de Tabasco, por lo que el clamor de que se vaya el general Sergio Ricardo Martínez Luis va a la alza.
Si hay puros militares en los mandos de confianza de la Secretaría de Seguridad Pública del estado, los mandos donde se toman decisiones, es cuando más eficiencia debería de haber en cuanto al trabajo de inteligencia para frenar a la delincuencia, pero aquí en Tabasco ha resultado todo al revés.
El general Martínez Luis recibió vara alta del Ejecutivo, hasta la Policía Estatal de Caminos le entregaron en sus manos, pero los avances en prevención del delito, ya ni se diga en el combate a la delincuencia han resultados nulos, los asaltos con violencia a transeúntes, automovilistas y quienes retiran dinero en los bancos es cotidiano, los robos a casa-habitación, ya ni se diga, pero la efectividad de los militares metidos a policías es casi nula, por no decir que nula, por lo que algo delicado pasa en Seguridad Pública.
En el gobierno de Manuel Gurría se trajo a un chilango de apellido Arjona, a quien años más tarde asesinaron en la Ciudad de México, como director de la Policía Judicial de la antigua Procuraduría General de Justicia, y a los pocos meses de su arribo, los asaltos y robos con violencia de vehículos se incrementaron en forma alarmante, cuando se largó del estado, por esas extrañas cosas de la vida, casi inmediatamente bajaron esos índices delictivos, ver para creer. ¿Será que lo mismo está pasando con los militares?.
El enfrentamiento que perpetraron este fin de semana, los elementos de la Fiscalía de Alto Impacto de la Fiscalía General del Estado y los policías de “inteligencia” de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado, hablan por sí solos, de una falta de coordinación en ambas dependencias, por lo que es urgente que retomen los hilos conductores los titulares de la FGET y SSP, porque este tipo de hechos de sangre mandan un mensaje completamente negativo a la sociedad de que algo está fallando entre ambas corporaciones.
OJITOS
Para los funcionarios públicos del gobierno estatal, para todos los presidentes municipales, y para todos aquellos que son servidores públicos es recomendable que lean y relean lo expresado por el secretario de Gobierno, Gustavo Rosario Torres, el pasado viernes durante el Cuarto Encuentro Informativo con Organizaciones No gubernamentales (de la sociedad civil), que organizó la subsecretaría de Desarrollo Político a cargo de Williams Castillo, donde sostuvo que el afán del gobierno no es propiciar la desunión, ni tampoco establecer la brecha entre la sociedad y los gobernados, “por eso la instrucción del gobernador Arturo Núñez es que los servidores públicos debemos de tener una comunicación permanente y una correlación con la ciudadanía y con las organizaciones de la sociedad civil. Juntos, sociedad, gobierno y organizaciones civiles, podemos lograr un Tabasco más reconciliado y un Tabasco menos dividido”.
El que quiera oír que oiga, y el que quiera escuchar que escuche; “la Secretaría de Gobierno es una instancia que tiene como propósito fundamental, entre otras tantas responsabilidades, la de ser facilitadora, mediadora con otros organismos. Un gobierno tiene que estar con los ojos y oídos bien abiertos para que la población se exprese. Tenemos que entender que somos eso, servidores públicos, más que privilegios tenemos responsabilidades y eso me ha pedido el señor gobernador que yo se los transmita”, dijo ante las ONG’s.
El mensaje es claro y precisó: “somos un gobierno que está atento a las necesidades de todos y abierto a las organizaciones sociales, al conocimiento y la interacción entre sociedad y gobierno. Nuestra responsabilidad es servir a Tabasco no andar con rollos”. Nuestra responsabilidad son hechos concretos. Creo que el tiempo nos dará la oportunidad de que prueben la voluntad que hoy estoy manifestando ante ustedes y que se vuelva realidad. Cuando menos voy a poner mi granito de arena”.
El secretario de Gobierno habló fuerte claro y precisó, y aunque el mensaje lo dio ante las Organizaciones No Gubernamentales, es claro que va dirigido para todo el aparato de gobierno ´para que se pongan a trabajar, para que se pongan a servir a la población y no servirse del presupuesto.
También va para esos negligentes presidentes municipales que no acaban de entender que el ciclo del desorden se acabó, que si estaban sueltos haciendo lo que se les pegaba en gana que ahora entiendan que desde la secretaría de Gobierno se les tiene puestos los reflectores para evitar que dejen crecer los problemas, que deje de irse a jugar a los centros de apuesta o jugar boliche o Golf para que atiendan sus verdaderas responsabilidades, porque si querían ser servidores públicos pues ya saben que deben estar al servicio de la población, que deben estar atentos a todos los problemas sociales que se van presentando en sus municipios para resolverlos, pero que estarán articulados desde la Secretaría de Gobierno y no como hasta hace días que están sueltos, haciendo lo que se les pegaba en gana.
La mayor muestra de cómo se deben destrabar los problemas lo dio la semana pasada el secretario de Gobierno en el caso de la villa de Tapijulapa, en donde no fue nada fácil resolver el conflicto, donde si se analiza se tardaron siete horas en llegar a acuerdos porque había resistencias por aceptar las condiciones que planteaban ambas partes, pero supo convencerlos para que hubiera buena disposición, y finalmente las cosas se resolvieron para bien, y eso es una muestra de que ahora en adelante, las cosas se están tomando con mucha seriedad y mucha responsabilidad.
Quienes no conocen al secretario de Gobierno, Gustavo Rosario Torres, pues vayan conociéndolo, porque es un hombre de palabra con mucha experiencia, con muchas tablas políticas que le servirán para ir resolviendo los asuntos que se vayan presentado, pero también para descubrir las trampas o para saber dónde se encuentra tal o cual funcionario, incluso si está jugando boliche o golf en horas de trabajo.
VISORCITO
Hace algunos ayeres, un ex-funcionario de Gobierno dijo públicamente que se iría a cuidar nieto, hasta que se le cumplió su deceso hace algunos días, pero resulta que metido en esos menesteres-creí que no era cierto- se descuidó, no pudo con el paquete o algo pasó, pero lo cierto, es que el Ojo Visor, que en todo está, se enteró que uno de los nietos se cayó y se fracturó por lo que ahora se comprueba que ni para cuidar nietos es efectivo.
Si quien pretende erigirse como unificador de las izquierdas no supo cuidar un nieto es difícil que logre esa unificación entre la clase política de izquierda que es especial. El que se fue a cuidar nieto, como fracasó en la política, también fracasó en su encomienda familiar, ver para creer.
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