La indolencia del secretario de Educación, Rodolfo Lara Lagunas, y del subsecretario de Educación Media Superior y Superior, Emilio de Ygartua y Monteverde, que debieron solucionar de origen los problemas que venía creando el recién nombrado rector de la Universidad Intercultural de Tabasco, enclavado en Oxolotán, Tacotalpa, José Lourdes Félix Hernández, llevó a que los maestros cerraran las instalaciones universitarias para poner un alto a las vejaciones, malos tratos, y despidos injustificados de la plantilla docente que este indígena ladino venía realizando, desobedeciendo, incluso, las órdenes superiores. Desde su desafortunado nombramiento como rector de la Universidad Intercultural de Tabasco (UIT), José Lourdes Félix Hernández, fue inmediatamente denunciado por los propios catedráticos por violentar con lujo de prepotencia, arrogancia, malos tratos, y hasta mentadas de madre, la vida académica de dicha institución, dejando muy mal parados a sus promotores para que llegará al cargo, quienes por su extracción indígena lo vieron como la panacea que lograría elevar el nivel académico de la UIT, sin que repararan que una vez en la rectoría serían traicionados por este indígena ladino que siendo de ser de San Carlos, Macuspana, reniega y se avergüenza de sus orígenes, el cual arrogándose facultades que solamente tiene conferida la junta de gobierno, se adjudicó un súper salario de 95 mil pesos mensuales, rodeándose de funcionarios nefastos, inhabilitados a nivel federal para tener cargos públicos, es decir, en pocos días José Lourdes comenzó a dinamitar a esa universidad, convirtiéndola en una cueva de pillos, déspotas, sinvergüenzas y acosadores sexuales que más pronto que tarde incendiarían irremediablemente la serranía chol, a como en su momento lo denunciaría públicamente el Ojo Visor, que en todo está, y no nos equivocamos, porque ayer ese centro de estudios fue cerrada por los propios profesores quienes exigen la renuncia del nefasto rector, que enloquecido de “poder”, sostiene que solo muerto dejará su cargo porque en la Universidad nadie más que él manda, lo que demuestra su alto grado de locura o demencia, que ha propiciado que toda la comunidad universitaria se le vaya encima. Carente de principios morales, capacidad política, formación ética y con un claro desequilibrio mental al no encontrarse apto psicológicamente para desempeñar la función de rector de la UIT, la cuenta regresiva, para que sea renunciado José Lourdes Félix ha comenzado a correr, su permanencia en el cargo es un riesgo que no debe correr el gobierno estatal, menos, cuando estamos a cinco días del primer informe del gobernador del estado, Arturo Núñez, quien debe llegar con toda tranquilidad al evento donde habrá de rendirle cuentas claras al pueblo de Tabasco. No se puede permitir que una de las universidades indígenas que ha costado mucho esfuerzo formarle académicamente, se venga al suelo por la actitud déspota, arbitraria y corrupta de un patán, que su deporte favorito en el Instituto Tecnológico de Villahermosa, fue acosar sexualmente a las señoritas para ponerles buenas calificaciones, y hay testigos de esos hechos deleznables. Desde que llegó a la rectoría de la Universidad Intercultural de Tabasco, José Lourdes Félix Hernández, la preocupación de la comunidad académica se centró en que éste, era un completo desconocedor de los fundamentos filosóficos, legales y políticos de la educación intercultural a pesar de ser indígena chontal de San Carlos, Macuspana, ya que de primera intención pretendió desaparecer el proyecto educativo original de la UIT sin consultar a la comunidad universitaria ni mucho menos a la Junta Directiva, comenzando a designar personal administrativo que no cubría el perfil, despidiendo a profesores de carrera que supuestamente no compartían con él “su burda visión educativa”, fuera de contexto y de la realidad de lo que debe de ser una institución indígena, pero lo más deleznable, lo más arcaico, lo más grotesco, es que siendo de extracción indígena (chontal) se olvidó de sus raíces ancestrales y comenzó a tratar en forma despectiva, con la punta del pie, a los estudiantes también indígenas, utilizando además, motes clasistas que denotaron su bajeza y su pobre condición humana, demostrando en los hechos que siendo indígena odia a los indígenas, y que a pesar de haber estudiado una maestría y un doctorado, es un sujeto pusilánime y mezquino, lleno de ambición y codicia, pues lo primero que hizo fue adjudicarse un salario de 95 mil pesos mensuales, mientras que su antecesor en el mismo cargo cobraba 35 mil pesos mensuales. Aparte del salario estratósferico de sus compinches que oscila entre 75 y 78 mil pesos mensuales; ¿que presupuesto de una universidad aguanta con esos sueldos de lujo del rector José Lourdes y su pandilla?, ninguno. A pesar de que el secretario de Educación de Tabasco, Rodolfo Lara Lagunas, y el subsecretario de Educación Media Superior y Superior, Emilio de Ygartua, quienes forman parte de la Junta de Gobierno, estuvieron enterados de que José Lourdes estaba destruyendo la UIT que con tanto esfuerzo se ha venido levantando, lo dejaron hacer y deshacer a su antojo, no frenaron los despidos arbitrarios, injustificados, de profesores fundadores, con conocimientos académicos y experiencia en cada una de sus materias para dar cabida a improvisados veracruzanos y campechanos, y personas de dudosa reputación que fueron colocados en los cargos claves, quienes creyendo que llegaron a tierra de conquista inmediatamente le metieron los dientes a los recursos económicos, claro, en complicidad con el rector que jamás en su vida soñó con tener un salario de 95 mil pesos mensuales, más viáticos, vehículos y gasolina como parte de su representación personal en sus viajes a Villahermosa y México. Dejar pasar, ver y no actuar, es igual a indolencia o ser omisos y eso trae sus consecuencias, porque ese vacío de poder fue aprovechado por este nefasto indígena ladino convertido en rector, para colocar en un puesto clave a la manzana de la discordia, a la que finalmente le clavó la estocada mortal al propio José Lourdes, quien llevado por sus bajas pasiones y su instinto de “Macho” colocó en el lugar equivocado, destituyendo de su cargo al Coordinador de Programas Académicos de la licenciatura en Desarrollo Turístico, Ulises Contreras Castillo, para nombrar en su lugar a Cristel del Carmen Plata Domínguez, que fue la gota que derramó el vaso, porque el nefasto rector, para demostrar que solamente él manda en la UIT, utilizó a la policía para correr al profesor, y ahora las instalaciones permanecen cerradas, hasta que renuncie o lo renuncien. El encargado de la extensión universitaria de la UIT en la villa Vicente Guerrero, Luis Alberto Méndez May, podría ser la solución al problema que enfrenta dicho centro de estudio. La mafia que ahora corrompe las entrañas de la Universidad Indígena de Tabasco la encabeza el rector José Lourdes Félix Hernández, el nombrado director de la División de Administración y Finanzas, el veracruzano Nolberto Seledonio Gil, inhabilitado por la Secretaría de la Función Pública para ejercer cargo público y el campechano Ramón de Jesús Palí Casanova, también director de la División Académica, aun en contra de la decisión de la Junta de Gobierno de la universidad que rechazo esos nombramientos, pero el rector como todo indígena ladino, sostiene que ahí solamente falta él, y que esa Junta es una bola de políticos gana gracia que no saben nada de la cuestión académica. Sin la aprobación de la Junta todos los actos que realicen Nolberto como Ramón de Jesús Palí, carecen de legalidad o validez oficial, pero eso no le interesa a ese rector marrullero. El verdadero poder tras del trono que manipula a José Lourdes Félix como a un títere es Nolberto Seledonio, quien hace y deshace en la UIT, pues se autoasignó un sueldo mensual de 74 mil y una cantidad similar para el director Académico, sin contar los 95 mil pesos mensuales para el “austero” y “honesto” rector Lourdes Félix. Todos esos sujetos nefastos deben ser cesados de esa universidad a la que en mala hora llegaron a destruir.
OJITOS
El zafarrancho protagonizado ayer en el Congreso del estado entre elementos de logística y mujeres del municipio de Macuspana integrantes del movimiento “México Despierta”, que encabeza el ex-diputado Julio César Alvarez de los Santos, mejor conocido como La Cochinita, no es gratis, es que quiere su cocol el susodicho experredista expulsado de ese partido durante el gobierno de Roberto Madrazo al aceptar la diputación plurinominal en el Congreso local, cuando Andrés Manuel López Obrador había ordenado a los legisladores que no protestaran el cargo en repudio al fraude electoral de esa la época. Su manifestación obedece a que estando a cinco días del primer informe del gobernador Núñez, cree que lo van a llamar para “negociar” y quedarse unos días tranquilo, pero no, equivoco su estrategia. Las estupidez del propio presidente de la Junta de Coordinación Política, Rafael Abner Balboa, quien debió ordenar el repliegue de los elementos de logística para no caer en la provocación y su posterior huida para no atender a las manifestantes, fueron el aderezo al pastel del zafarrancho que ayer se vivió en las instalaciones del Poder Legislativo de Tabasco. Rafael Abner en vez de tomar al toro por los cuernos prefirió huir como un cobarde. Pobre Congreso. Julio Alvarez solo presiona para sacar raja y tener tranquilas a las mujeres, porque sabe que no ha cumplido con los requisitos de establecen las reglas de operación del Programa de Apoyo a la Productividad Indigena (Procapi), como es el contar con el proyecto, tener el terreno para establecer la maquiladora de ropa, así como las instalaciones para su operación, tal como se lo ha pedido la delegación de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los pueblos Indígenas (CDI). No ha cumplido con los requisitos, porque en el fondo quiere que el gobierno les de todo. Así de fácil.
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