Conocí a Don Sebastián Lamoyi Ulín hace muchos años cuando fungía como delegado de Bonos del Ahorro Nacional, precisamente cuando apenas me iniciaba en las lides del periodismo, y puedo decir sin temor a equivocarme que era un hombre que conocía de la vida política, económica y social del estado como pocos la conocen y a partir de ahí, entablamos una buena amistad.
Era un hombre bonachón, pero a la vez enérgico, que todo aquel que lo buscaba en plan de amigo, encontraba a un verdadero amigo, que siempre estaba dispuesto a aconsejar. Cuando fui director editorial de Rumbo Nuevo fue uno de mis más severos críticos, pero a la vez discernía el buen periodismo, sabía reconocerlo cuando se hacía, y eso hizo que se consolidara esa buena amistad, como también tenía muchas amistades en todos los círculos sociales del estado. Era pues un hombre muy conocido entre nuestra sociedad que supo sembrar su amistad entre mucha gente.
Con mi director general del diario Rumbo Nuevo, Jorge Alberto Javier Quero mantenía una entrañable amistad, había mucha familiaridad entre ellos, mucha química, trabajaron juntos y departían el pan y la sal en la mesa de los viernes que Jorge encabeza desde hace muchos años a donde acuden no solamente periodistas, sino también líderes de opinión, políticos, ex-funcionarios y funcionarios públicos de todas las tendencias, que conviven en plena camaradería.
Este miércoles al filo del mediodía, después de una reunión en el diario Rumbo Nuevo fui invitado por mi director general, Jorge Alberto Javier Quero y por mi colega columnista Enrique Muñoz González para acudir por la tarde a visitar en su domicilio a Don Sebastián Lamoyi Ulín, pues debido a su enfermedad, incurable por cierto, quizás sería la última vez que lo vieran con vida, y vaya no se equivocaron en sus apreciaciones, sobre todo porque en los últimos meses Don Shebo ya no tuvo la capacidad de salir para convivir con sus amigos en la mesa de los viernes, y debido a esto, los integrantes de la mesa de los viernes decidieron visitarlo en su domicilio. Prácticamente fue la última vez que lo vieron con vida.
Debo confesar que no quise ir a visitarlo, no porque no quisiera, sino que al tener presente una amarga experiencia en mi vida, quise conservar hasta el último momento la imagen siempre viva, de un hombre inquieto, de un hombre que a pesar de su edad siempre se mantuvo en constante movimiento, siempre lúcido, mostrando en público su buen sentido del humor, hasta que la enfermedad lo postró en cama, y precisamente para no verlo físicamente enfermo, preferí conservar esa imagen bonachona, de su buen trato hacia mi persona.
Desafortunadamente, porque así es la ley de la vida y la muerte, porque los seres humanos solamente estamos de paso en esta tierra, en donde solo dejaremos las huellas de lo que hemos sido, de las cosas que habremos hecho para que se nos recuerde, ayer por la tarde nos enteramos del lamentable deceso de Don Sebastián Lamoyi Ulín, que así se nos adelante en ese viaje sin retorno, a ese viaje a donde más temprano o más tarde, todos caminaremos sin que exista retorno.
Así don Sebastián Lamoyi partió ayer al Eterno Oriente, al más allá, pero siempre será recordado en esta tierra por sus buenas acciones, porque fue un hombre de bien, que conformó y consolidó a una gran familia, que sin duda lo recordarán como el padre ejemplar, como el buen esposo, como el amigo que siempre fue amigo de sus amigos.
Para Jorge y Daniel, quienes también son mis amigos, para sus otros hijos, como el actual secretario de Finanzas del gobierno estatal, Víctor (a quien no conozco personalmente), para su yerno, el doctor Luis Manuel Ortiz Camberos, (a quien conocí por cuestiones médicas relacionado con la diabetes) y su esposa, como a todos los familiares de Don Sebastián, mis condolencias por su lamentable fallecimiento. Se va un buen hombre, pero siempre será recordado por sus amigos y familiares.
OJITOS
Sin importarle prácticamente la salud de los tabasqueños y a pesar de la exitosa cirugía que se llevó a cabo el 26 de noviembre de 2012 con la que se le devolvió una mayor calidad de vida al señor Bernabé Pérez Rojas de 46 años de edad que había perdió la vista en unos de sus ojos a consecuencia de una úlcera bacteriana, el oaxaqueño Lorenzo Pacheco Bautista, nuevo director del hospital “Juan Graham Casasús”, sin dar explicación alguna, pero con un revanchismo mezquino que lo tiene al borde de la locura, se niega a recontratar los servicios del doctor Adriano Jesús Carpizo Mena, joven galeno oftalmólogo especializado en trasplante de córneas, quien por iniciativa propia inició las gestiones para obtener los permisos de la Comisión Federal de Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) para que el nosocomio más importante de la entidad pueda realizar trasplantes de este tipo.
Sin importarle prácticamente la salud de los tabasqueños y a pesar de la exitosa cirugía que se llevó a cabo el 26 de noviembre de 2012 con la que se le devolvió una mayor calidad de vida al señor Bernabé Pérez Rojas de 46 años de edad que había perdió la vista en unos de sus ojos a consecuencia de una úlcera bacteriana, el oaxaqueño Lorenzo Pacheco Bautista, nuevo director del hospital “Juan Graham Casasús”, sin dar explicación alguna, pero con un revanchismo mezquino que lo tiene al borde de la locura, se niega a recontratar los servicios del doctor Adriano Jesús Carpizo Mena, joven galeno oftalmólogo especializado en trasplante de córneas, quien por iniciativa propia inició las gestiones para obtener los permisos de la Comisión Federal de Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) para que el nosocomio más importante de la entidad pueda realizar trasplantes de este tipo.
La lista es larga, son alrededor de 30 pacientes que esperan con ansias ser beneficiados con este tipo de cirugías que les devuelva la visión y no hay muchos especialistas que puedan realizar el trasplante de córneas, lo que indudablemente es un atentado en contra de esas personas que tienen radicadas sus esperanzas en que con una cirugía de esa naturaleza puedan recobrar la vista.
La comunidad médica del hospital está sorprendida con esta posición que ha tomado Pacheco Bautista junto con la administradora del hospital, Lucinda Chio, aunque de ésta última se puede esperar todo, ya que a pesar de los años que le deben enseñar a moderar su caracter, sigue siendo una mujer radical, amargada e intransigente, como lo demuestra su hoja curricular en todos los cargos administrativos en donde ha estado y que cree que puede jugar con la vida de los pacientes.
Este es el problema que se origina cuando se le da la oportunidad de figurar como director a una persona que en el alma lleva el revanchismo y no ve más allá de sus narices, porque prescindir de los servicios de un médico que ha demostrado su capacidad realizando operaciones de córneas, es atentar en contra de la salud de las personas.
Ojalá el secretario de Salud ponga orden en el hospital “Juan Graham” para desterrar la falta de atención a los pacientes, porque con la salud no se puede jugar.
Pacheco Bautista quizás quiere desterrar del hospital, todos los años de subordinación que tuvo para con el anterior director Azuara Forcelledo, a quien poco le faltó para que le besara la mano, pero no es negando la cruz de su parroquia como va a demostrar capacidad, es haciendo las cosas bien, es reconociendo el valor de los verdaderos especialistas que si tienen deseos de trabajar, de demostrar su capacidad en cada una de sus especialidades, de allí que el director del “Juan Graham” está jugando con fuego, obedeciendo ciegamente a su directora administrativa que sumida en su amargura y frustración destila veneno por los poros.
Otro ejemplo, delicado por cierto, es el caso del doctor Pablo Romero, a quien sin decir agua va Pacheco Bautista lo quitó como coordinador de Oncología, quien es reconocido a nivel nacional como uno de los mejores en su ramo, colocando en su lugar al doctor Francisco Bartilotti que aunque es oncólogo no se ha ganado los reconocimientos que tiene Romero, pero como es el afán del director de acabar con todo lo que huela a Azuara pensando que así quedara bien con el secretario de Salud, Ezequiel Toledo, está quitando de sus cargos a todos los especialistas, cuando son precisamente en estos que se debe de apoyar para que el hospital vaya retomando su ritmo de trabajo. No se puede seguir con improvisaciones, pero como Pacheco lleva en la carne el revanchismo, quiere ser más papista que el papa. En el pecado lleva la penitencia.
Visorcito
Quien a pesar de sus años de experiencia política no deja el protagonismo y ya entrampó a los diputados del Congreso local al dictarles línea de que deben de elegir a Javier Vargas Ramón como el presidente del Tribunal de lo Contencioso Administrativo, es el secretario de Desarrollo Agropecuario, Forestal y Pesca, Pedro Jiménez León, y aunque después dio marcha atrás, ya el daño estaba hecho.
Quien a pesar de sus años de experiencia política no deja el protagonismo y ya entrampó a los diputados del Congreso local al dictarles línea de que deben de elegir a Javier Vargas Ramón como el presidente del Tribunal de lo Contencioso Administrativo, es el secretario de Desarrollo Agropecuario, Forestal y Pesca, Pedro Jiménez León, y aunque después dio marcha atrás, ya el daño estaba hecho.
Por las declaraciones de Pedro Pueblo o Pedro Bemba a como lo llaman sus malquerientes o bienquerientes, es que endeblemente salió en defensa del Congreso, Rafael Abner Balboa, al afirmar que los diputados no se dejarán llevan por recomendaciones para que alguien en específico ocupe la presidente del Tribunal de lo Contencioso Administrativo, bueno pues ya veremos si no es así. Por lo pronto la terna que debió ser votada en la sesión de ayer se pospuso para el martes y ya veremos si el Congreso no recibió línea de votar por Javier Vargas, porque no habiendo necesidad de abrir la boca, Pedro lo hizo, lo que demuestra que sus años de experiencia no le están sirviendo para gran cosa. Si en realidad Pedro no le marcó línea al Congreso la muerte por agua de Javier Vargas ya fue decretada por quien quiso ayudarlo y no será favorecido.
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